Miami Heat se impuso a Oklahoma City en el tercer partido de las Finales de la NBA 2012 y se adelanta 2-1 en la serie tras ganar 2 encuentros seguidos. LeBron James y Dwyane Wade lideraron al equipo de Florida. OKC no tuvo las mejores versiones de Durant y Westbrook en el cuarto final.
Fue este tercer encuentro el más igualado de toda la serie. Ningún equipo fue capaz de despegarse en el luminoso. La máxima ventaja del partido fue para OKC en el tercer cuarto, pero sólo alcanzó los 10 puntos. Desafortunadamente para Thunder, en esos momentos Durant hizo su cuarta falta y tuvo que sentarse, Scott Brooks aprovechó para dar descanso a 4 de sus 5 titulares y Miami remontó el marcador y con un parcial de 15-3 alcanzó el final del tercer cuarto 2 arriba (69-67).
Miami terminó ganando 91-85 con 29 puntos y 14 rebotes de un gran LeBron James, 25 tantos, 7 rebotes y 7 asistencias de Dwyane Wade y doble doble apurado de Chris Bosh (10 puntos y 11 rebotes, pero 3 de 12 en el tiro). Bosh le puso 2 tapones a Durant, pero fue de más a menos. Battier hizo 9 puntos tras meter los 5 tiros que intentó, 2 triples y 3 libres.
En OKC, 25 puntos y 6 rebotes de Kevin Durant, que no dio una sola asistencia y flaqueó esta vez en el cuarto final bien defendido por James, al que las ayudas defensivas de sus compañeros le apoyaron lo suyo. Westbrook acabó con 19 puntos y resultó decisivo en la derrota, ya que falló un triple para empatar cuando estaba solo y fue parte con Sefolosha de una pérdida de balón decisiva al final.
Perkins brilló esta vez con 10 tantos, 12 rebotes y buen trabajo defensivo. También aportaron Fisher y Sefolosha, que se marcó un tercer cuarto extraordinario ante LeBron James en defensa. Harden mal -las Finales le están pesando- y el español Ibaka jugó poco: 5 puntos, 5 rebotes y 2 tapones en 22 minutos.
El acierto de los locales desde el tiro libre resultó vital (31 de 35). Y es que Miami ganó a OKC anotando sólo el 37,8% de sus tiros de campo.
OKC se atascó en ataque en la recta final y aunque no perdió muchos balones en el partido, sí lo hizo en momentos decisivos. Lo peor, que ni Durant, ni Westbrook, ni Harden supieron desatascar al equipo en los minutos finales.
Miami 91 Oklahoma City 85 (2-1)
Esta vez fue diferente. En esta ocasión, Thunder no tuvo que remontar ningún partido complicado. Hasta la fecha, OKC se había plantado en el último cuarto dispuesto a hacer la hombrada, y lo había conseguido varias veces, tanto con Spurs como con Heat. Pero esta vez, la ventaja en el tercer cuarto era suya y el partido se rigió durante sus 48 minutos por estrictos criterios de igualdad.
El equilibrio en el marcador se estiró hasta el final del partido a pesar de que Miami abrió una pequeña brecha (84-77 a 3:47 del final) que algunos creyeron insalvable. Hubo un tiempo muerto del que OKC salió con una canasta de Durant y con la vuelta a pista de Sefolosha, vital en su defensa a James en el tercer cuarto. Y todo cambió. Parcial de 2-8 y un marcador de 86-85 a 1:30 de la conclusión. Oklahoma volvía a mostrar su poderoso 'rush' final. Había partido.
Pero, sorprendentemente, Thunder, lejos de rematar a su rival, ofreció un final caótico.
Con 88-85 para Miami, un grave desajuste defensivo local permitió a Westbrook lanzar un triple solo, pero el base de OKC erró desde su posición comodísima lo que hubiera sido el empate. Error crucial. Luego, James erró un tiro libre y anotó otro para poner el 89-85 a 16 segundos del final. Tiempo muerto y Thunder en busca de su tabla de salvación, que apenas duró unas décimas de segundo: el saque de banda de Sefolosha sobre Westbrook se perdió por la línea de fondo. La coordinación entre ambos jugadores resultó nefasta y el partido se cerró ahí. A Brooks se le llevaban los demonios. No era para menos. Pedir un tiempo muerto para tirarlo todo por la borda en el saque.
Westbrook había estado involucrado en las dos acciones negativas que destrozaron a los suyos. No tuvo un partido feliz.
Fue un partido de 'big two' más que de ' big three'. En Miami, Bosh fue de más a menos y se cayó del cartel, aunque contribuyó al triunfo; en Oklahoma, Harden mejoró en el cuarto cuarto, pero resultó insuficiente. Hizo un mal partido. Y hubo una diferencia: el dúo estelar local (James y Wade) resultó mucho más letal que el visitante (Durant y Westbrook).
La igualdad presidió el partido, aunque estuviera a punto de quebrarse en el tercer cuarto.
Miami había ofrecido una magnífica impresión en el cuarto inicial haciendo añicos la defensa rival con infinidad de canastas desde la pintura. Los locales penetraban con facilidad hasta el corazón de esa defensa. Lo hacían con una rica circulación de balón y con gran acierto de su big three, incluido un gran inicio de Bosh. Casi 11 minutos tardó en anotar una canasta en Miami un jugador ajeno al trío James-Wade-Bosh. Fue un Mike Miller que está hecho trizas físicamente.
El segundo cuarto fue otro cantar. La diferencia radicó en que la defensa visitante mejoró a pasos agigantados hasta ahogar a la ofensiva local. Oklahoma, que había llegado a perder por 8 puntos -nunca hubo diferencias sustanciales-, se adelantó 35-36 con una cesta de Harden a 4:40 del descanso. Para entonces, Miami sumaba 9 puntos en los 8 minutos disputados del segundo cuarto y el parcial era de 5-14.
Acabó el segundo cuarto con profusión de triples, hasta 4, cuando ningún equipo había metido uno solo en los primeros 21 minutos de juego. Durant estrenó el casillero, Battier abrió su cuenta anotadora con un par de canastas desde más allá del arco y Westbrook cerró la primera parte con otro: 47-46, y a vestuarios.
En el ecuador del partido, James acumulaba ya 16 puntos y 8 rebotes, Wade había lanzado en demasía (15 tiros) y Miami, que sólo había perdido 2 balones, estaba haciendo mucho daño a Oklahoma en el rebote ofensivo. Hasta 10 capturas en el aro rival llevaban los Heat.
En OKC, 26 puntos de Durant y Westbrook, 13 cada uno, pero sólo 1 asistencia entre ambos. Perkins, a gran nivel (8 puntos y 7 rebotes), Harden muy mal (1 de 6 en el tiro) e Ibaka jugando poco (13 minutos), aunque en la segunda mitad aún jugaría menos.
El tercer cuarto siguió con la tendencia marcada en el segundo. Gran mejora defensiva de Oklahoma, pero llevada a un mejor nivel aún tras la reanudación del choque. Como ejemplo más paradigmático: Thabo Sefolosha. El suizo hizo un tercer cuarto magistral, diríase perfecto, en su marca sobre LeBron James. El 'Rey' se vio abrumado por su defensor. Y fue dejar de funcionar James y caer de forma abrupta el juego de su equipo.
A 4:33 del final del tercer cuarto, OKC adquirió su mayor ventaja del partido (54-64). James no había anotado un solo punto en el cuarto y Miami sumaba 7 en casi 8 minutos. El atasco local era considerable y Thunder iba, poco a poco, equilibrando el rebote. En 8 minutos, Heat no capturó ni un solo rebote ofensivo, ya que Brooks hizo que los suyos taparan esa sangría, y Thunder había logrado 5. Las cosas habían cambiado.
Pero he aquí que Kevin Durant, en plena máxima ventaja de los suyos, cometió su cuarta falta personal y se fue al banquillo. Entonces, Brooks aprovechó la ventaja para dar un respiro a hombres importantes y jugó los minutos finales del cuarto sin 4 de sus 5 titulares, incluidos Westbrook y Durant. El quinteto lo integraron Harden, Fisher, Cook, Sefolosha y Collison. La decisión sirvió para que Westbrook, Durant y Perkins afrontaran descansados el último cuarto, pero supuso también perder toda la ventaja acumulada. Parcial de 15-3 en la recta final del cuarto, que acabó 69-67 a favor de Miami.
Luego, llegaron esos minutos finales en los que no apareció el gran Durant, y su equipo bien que lo sintió. Sin Durant haciendo magia en el último cuarto, los Thunder se quedaron cojos hasta perder pie en la parte final del encuentro. En ese final, Westbrook falló un triple que estuvo bien tirado, porque estaba solo en busca del empate, pero lo peor vino con 89-85 en contra, tiempo muerto y ataque para sobrevivir. Ese saque de Sefolosha perdiéndose en el vacío tras un requiebro de Westbrook a su propio compañero fue letal. Ya se vio cómo Westbrook abandonaba el primero el tiempo muerto con gesto poco alegre. No parecía concentrado. Y no lo estuvo en pista, aunque no fuera suya toda la culpa.
Porque Oklahoma perdió por más causas. Su escaso acierto en el triple, su peor desempeño desde los tiros libres o las pérdidas cometidas en momentos importantes del cuarto período.
A partir de ahora, Oklahoma, lejos de buscar culpables, deberá encontrar soluciones. Miami ha ganado dos partidos consecutivos y está a 2 del anillo. Este guión le suena a LeBron James. Pero ahora, quiere hacer historia y completar esos 2 pasos.