Russell Westbrook metió a Oklahoma City en el partido en el tercer cuarto y Kevin Durant firmó un prodigioso cuarto final para dar la victoria a los suyos, pero no fue menos importante el trabajo de Sefolosha en este primer partido de las Finales, primero defendiendo a Wade y luego a James.
Fueron los 3 hombres claves en un triunfo de OKC sobre Miami por 105-94 que se fraguó en una gran segunda parte (58-40) del equipo de Brooks, que superó tácticamente a Spoelstra tras el descanso.
El equipo local terminó ganando con Collison como única referencia interior y sin 3 titulares en pista: Perkins, Ibaka (el español hizo 10 puntos y 6 rebotes) y un desafortunado Harden. Porque Harden es un falso suplente. La mejora defensiva de OKC en la segunda mitad y la exhibición final de Kevin Durant fueron decisivas. Y es que Durant, en su primer partido en unas Finales, metió 36 puntos, 17 de ellos en el último cuarto. Casi nada. Y sólo tiene 23 años.
Miami empezó mucho más centrado que su rival y completó una muy buena primera parte, pero en la segunda se hundió. Battier y Chalmers fueron los factores sorpresa en ese primer tiempo.
James acabó con 30 puntos, pero flaqueó en el último cuarto, cuando Sefolosha se puso en su marca. Wade tiró de orgullo al final, pero no es el Wade verídico. Y Bosh no está para grandes cosas. De este modo, el 'big three' no fue tal. Pero lo peor fue el desastre defensivo de los Heat en la segunda parte. Algo impropio del equipo de Spoelstra.
Oklahoma City 105 Miami 94 (1-0)
Dos partes bien diferenciadas en el partido inaugural de las Finales 2012 de la NBA. La primera fue dominada por los Heat, que entraron rápido en el partido avalados por su mayor experiencia en partidos de esta enjundia. La segunda constituyó toda una demostración de fuerza de los Thunder, un equipo plagado de estrellas jóvenes, tocado por un vigor y una clase indiscutibles y especialmente dotado para jugar en campo abierto. Y el triunfo correspondió al que dio el último, es decir, a OKC.
Oklahoma tuvo una puesta en escena dura. El escenario le era ajeno por completo, aunque jugara en su pabellón. Nunca había encarado la última puerta cerrada que da al anillo. De ahí, tal vez, su comienzo, dubitativo, timorato, falto de convicción. En realidad, el único que no notó ese debut en el marco más grande fue Kevin Durant, que parece que en vez de tener 23 años tenga 30. Mediado el primer cuarto, los locales sólo habían metido 8 puntos y perdían por 6. Durant había anotado todos. El resto andaban todavía ubicándose entre tanto foco.
Miami no. Miami salió a por todas con protagonismo inicial de secundarios como Shane Battier y Mario Chalmers, acierto espectacular desde el triple y gozosa relación entre asistencias y balones perdidos. El primer cuarto acabó 22-29 tras un canastón sobre la bocina de James Harden, la gran decepción local en el encuentro. Porque no hay que olvidar que OKC ganó a Miami con Harden aportando sólo 5 puntos.
Ese primer cuarto fue el cuarto de Battier (9 puntos) y Chalmers (8). Los visitantes metieron 5 de sus 6 intentos triples, dieron 9 asistencias y sólo perdieron 1 balón, y dominaron a pesar de que ninguna de sus estrellas funcionó. James, de hecho, acabó el cuarto con 1 de 5 en el tiro.
En el equipo local, Durant había metido 11 puntos con 4 de 6 en el tiro y el resto del equipo otros 11 con 5 de 13. Las cosas no marchaban bien para el equipo de Scott Brooks.
El segundo cuarto empezó con Miami ofreciendo una brillante circulación de balón, con Battier sin dejar de estar enchufado en ataque y con los Heat adquiriendo sus máximas ventajas del partido (24-37 y 26-39).
La cosa pintaba muy mal para Thunder, pero entonces surgió el 'fantasma' de los playoffs, que siempre surge en instantes como estos para meter miedo al rival. Se llama Derek Fisher y no se arruga en los momentos grandes. Y es que el acierto puntual del veterano base local ayudó a que en esos momentos no se le escapara el partido a OKC, que sufría por entonces la actuación lamentable de Russell Westbrook.
Aún así, Miami estabilizó su ventaja en torno a los 10 puntos y jugó cómodo a partir de un extraño 'big three' constituido por James, Battier y Chalmers, toda vez que Sefolosha -crucial en la victoria- estaba anulando a un Wade menor y Bosh no daba signos de estar en su plenitud física.
En la parte final del segundo cuarto, Ibaka vivió sus mejores momentos y los Thunder alcanzaban los vestuarios con un resultado esperanzador (47-54) gracias a un gran acierto en el tiro de campo (55,6%) y el buen hacer de Durant (13 puntos) e Ibaka (10 tantos). Fisher y Collison habían ayudado, Westbrook había enmendado ligeramente la plana y el equipo acababa la primera parte con 8 pérdidas de balón, uno de sus grandes males, ya que en temporada regular fue el peor de la NBA en esta faceta con 16 pérdidas por partido.
En Miami, 14 tantos, 4 rebotes y 4 robos llevaba ya un muy buen LeBron James, 13 Battier y 10 Chalmers. Los Heat acumulaban un 6 de 10 desde el triple y sólo habían extraviado 4 balones.
Llegó el descanso y todo cambió. A partir de ahí, Brooks le dio un baño táctico a Spoelstra y Oklahoma se comió a Miami a base de mejora defensiva y un ataque demoledor. Hasta 58 puntos le metió Oklahoma a los Heat, una de las mejores defensas de la NBA, en la segunda parte.
El tercer cuarto sirvió para que OKC saliera con otra mentalidad y empezara a aplicar desde el principio su particular rodillo, especialmente en campo abierto, pero también en estático. Sefolosha seguía martirizando en defensa a un mal Wade, Westbrook tiraba espectacularmente de los suyos y una gran jugada de Durant con cesta de Sefolosha empataba el encuentro a 60.
Miami pareció aguantar el tirón y no fue hasta mucho más tarde, a 16 segundos del final del tercer cuarto, cuando los locales se adelantaron con un 2+1 de Westbrook (74-73). Ese fue el resultado al final del tercer cuarto, en el que Chalmers paró su aportación al equipo, Bosh y Wade seguían sin aparecer y, en el bando local, Durant pasó bastante desapercibido.
Llegado el cuarto cuarto, vimos a los Thunder en estado puro. Monumento obligado a Thabo Sefolosha, que, tras anular a Wade en los 3 primeros cuartos, recibió el encargo de emparejarse con James en el último. Su trabajo defensivo ante LeBron fue impresionante y estuvo en el origen del éxito local.
Brooks decidió jugar con sólo una referencia interior y ésta no fue ni Ibaka, ni Perkins. El elegido fue Collison, que hizo un muy buen partido. Porque OKC ganó el partido prescindiendo en los minutos cruciales de 2 titulares, Ibaka y Perkins, y de 1 falso suplente, Harden.
Mientras, Spoelstra no dio con la tecla para parar al rival y cambió notablemente su habitual rotación, que sólo fue de 7, ya que Joel Anthony no jugó apenas nada y Turiaf y Cole ni aparecieron.
El último cuarto fue una exhibición portentosa de ese megajugador llamado Kevin Durant. El alero local metió 17 de sus 36 puntos. Lo hizo desde la versatilidad infinita de su juego, con extrema elegancia, con exquisita dulzura. A modo de asesino silencioso.
Una cesta de Westbrook puso el 93-83 a 3:34 del final. A partir de ahí, OKC no ofreció concesión alguna a Miami. Con Sefolosha brutal atrás, Durant y Westbrook cerrando el partido y el equipo perdiendo sólo 2 balones en toda la segunda parte... la victoria estaba asegurada. Durant había sido más que James en esa recta final y OKC había sido más que Miami.
Al final, victoria local con 36 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias de Durant -y 4 de 8 triples- y 27 tantos, 8 rebotes y 11 asistencias de Russell Westbrook. Un dúo imparable. Ibaka, que jugó mucho en la primera parte y poco en la segunda, terminó con 10 tantos y 6 rebotes en 27 minutos y Collison con 8 tantos y 10 rebotes.
En Miami, 30 tantos, 9 rebotes, 4 asistencias y 4 robos de James, el mejor de largo. Wade hizo 19 con 8 asistencias, pero 7 de 19 en el tiro, y Battier se fue a 17 con 4 de 6 triples. Chalmers desapareció en la segunda parte, Bosh nunca estuvo y Haslem capturó 11 rebotes.