Estas Finales del Oeste entre Oklahoma City y San Antonio prometen ser largas, competidas y bellas, porque la igualdad y la calidad desbordan un enfrentamiento que empieza ya a ser excitante. Por de pronto, la serie está empatada a 2. Kevin Durant y Serge Ibaka se encargaron de que así sea.
Los Spurs habían engarzado 20 victorias al hilo en 50 días, pero en apenas 48 horas han sufrido 2 derrotas consecutivas que les han impedido dejar casi resuelta la serie con OKC.
Si en el tercer partido, Sefolosha se llevó gran parte de los focos, en este cuarto le tocó a Serge Ibaka. Eso sí, Ibaka fue el gran protagonista, la gran estrella del partido, hasta que quedando 7 minutos para el final todo el 'star system' se volcó con una figura que puede convertirse en mítica en la NBA: Kevin Durant.
Durant ganó el partido al anotar 18 puntos en los últimos 7 minutos del encuentro, 16 de forma consecutiva en una racha demoledora que noqueó a los Spurs. Fue sencillamente increíble. Como increíble fue ver meter 26 puntos a Ibaka sin fallar un solo tiro en toda la noche: 11 de 11 de campo y 4 de 4 en libres.
San Antonio estuvo en el partido. Fue capaz de remontar 15 puntos de desventaja, pero sucumbió ante el huracán Durant. Duncan y Leonard fueron sus mejores hombres. Manu Ginóbili acabó con 13 puntos y fue eliminado al cometer su sexta falta a 7 segundos del final, cuando ya todo había acabado.
Oklahoma City 109 San Antonio 103 (2-2)
Cuando un jugador de la inmensa calidad de Durant entra en estado de trance, lo mejor que se puede hacer es acomodarse bien en la butaca y disfrutar. Más aún cuando el jugador en cuestión rezuma elegancia por los cuatro costados.
Algo así debió pensar más de un aficionado, incluido David Stern, presente en el Chesapeake Energy Arena, cuando Durant celebró su éxtasis personal con toda su afición en esos mágicos 7 minutos finales del partido en los que metió 18 de los 36 puntos que anotó en el encuentro. Fue un repaso granado a todos los fundamentos elementales del baloncesto ejecutados con milimétrica perfección. Fue, también, toda una muestra de liderazgo, carácter y corazón. Durant anotó en uno contra uno, en uno contra dos, en uno contra tres, lanzando en suspensión saliendo del bloqueo, penetrando, desde el tiro libre... variedad ilimitada.
En su escalada ofensiva, el alero de Thunder llegó a meter 16 puntos consecutivos en 5 minutos. En ese tiempo, Durant llevó la ventaja local hasta un máximo de 10 puntos, una ventaja nada desdeñable teniendo en cuenta las exiguas diferencias en las que se movía el partido en el cuarto final.
Fue así como Thunder supo mantener un marcador igualado en el último cuarto, administrando su ventaja, nunca cómoda, mientras vivía al filo de la navaja.
De nada sirvió que en el otro bando un joven, novato para más señas, hiciera todo lo posible para nivelar el efecto Durant. Y es que Kawhi Leonard volvió a dar la razón a los que dicen que no es sólo defensa, que su reino también puede ser ofensivo. Leonard metió 10 puntos en los minutos finales.
Decisivo resultó en el final del encuentro el triple logrado por un irregular James Harden a 1:04 del final, 3 puntos que llevaron el marcador a un 105-96 que medio mató a los texanos.
Pero, además de Durant, si algo rompió los esquemas del equipo de Gregg Popovich fue el inesperado poder ofensivo del juego interior local. De jugadores como Ibaka y Perkins se espera que ofrezcan un rendimiento estupendo en defensa, pero no que exploten ofensivamente hasta hacerte un roto.
Eso ocurrió en la primera parte, que acabó 55-43 tras no conceder los árbitros un triple sobre la bocina de Leonard que efectivamente se anotó fuera de tiempo. En esa primera parte, el liderazgo ofensivo de Thunder correspondió al español Serge Ibaka (14 puntos con 6 de 6 en el tiro) y a un desconocido Kendrick Perkins (13 puntos y 8 rebotes con 6 de 8). Por si fuera poco, Collison metió 6 puntos. Es decir, los 3 hombres altos de OKC totalizaron 33 puntos. Lo nunca visto.
Por lo que respecta a los Spurs, vivieron en el altibajo permanente. A un muy buen primer cuarto, le sucedió un paupérrimo segundo, y en el tercero llegó el momento más problemático para el equipo. Restaban 5:31 para finalizar el tercer acto cuando una nueva canasta de Ibaka situaba el luminoso en un 68-53 que ponía contra las cuerdas al equipo texano. Pero en ese momento delicado, surgieron los mejores Parker, que tuvo un discreto partido, y Ginóbili. Especialmente, el argentino, que metió 7 puntos en la recta final del tercer cuarto. Gracias a él, el resultado al final del cuarto era de 75-71. Había partido.
Pero luego vino lo que vino. La tremenda eclosión de Kevin Durant. La imparable visión de una fuerza superior que no pudo ser frenada.
Terminó Durant con 36 puntos, 8 asistencias y 5 rebotes, números que no se podían atisbar cuando al descanso sólo había lanzado 4 veces a canasta. A sus cifras, se añadió la descomunal aportación de Ibaka. El internacional español batió su récord anotador en la NBA con 26 puntos tras meter 11 de 11 tiros dobles y 4 de 4 libres. La perfección hecha realidad. Además, capturó 5 rebotes y puso 3 tapones. Jugó, evidentemente, una minutada.
En el equipo de Scott Brooks, también aportaron Perkins -15 tantos y 9 rebotes- y Harden de manera puntual, aunque no tuviera su mejor partido -11 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias-.Westbrook, mientras, ofreció una actuación más que prescindible: 6 puntos en la primera parte y 1 en la segunda para sumar 7 con 2 de 10 en el tiro y 5 asistencias. Comprobado: menos protagonismo del base en el tercer y cuarto partido ha supuesto mejor rendimiento de su equipo y victorias. Aviso para navegantes.
Thunder acabó con un 56,4% en el tiro de campo, lo que demuestra que la defensa de San Antonio no tuvo su mejor noche. Además, los locales dominaron el rebote.
En los Spurs, que también lanzaron bien y que fueron una amenaza desde el triple, Tim Duncan acabó con 21 puntos y 8 rebotes y Kawhi Leonard con 17 tantos, 9 rebotes y 7 de 8 en el tiro. Hasta 6 jugadores visitantes lograron dobles dígitos, ya que también lo hicieron Stephen Jackson, Boris Diaw, Tony Parker (discreto con 12 puntos y 5 de 15 en el tiro) y el argentino Manu Ginóbili, que acabó con 13 tantos, 4 asistencias y 6 pérdidas de balón en 25 minutos.