Boston hizo valer su condición de local para ganar su primer partido a Miami y recortar la desventaja que traía de los 2 partidos disputados en Florida. Fue una victoria clara y convincente con 3 hombres locales por encima de los 20 puntos: Kevin Garnett, Paul Pierce y Rajon Rondo.
Claves del partido fueron el buen trabajo defensivo de Boston, su dominio del rebote y la facilidad para guiar los designios del encuentro por parte de un gran Kevin Garnett y un Rajon Rondo que no anotó 44 puntos, pero sí llevó la batuta de su equipo y el tempo del partido con maestría. Además, le vino muy bien a los célticos la irrupción inesperada de los suplentes Keyon Dooling y Marquis Daniels.
El partido se quebró en los cuartos centrales. Porque el parcial de los 24 minutos del segundo y tercer cuarto arrojó un esclarecedor 55-35 a favor de la escuadra que dirige Doc Rivers, que con esta victoria evitó el abismo que hubiera supuesto un 3-0 para Miami en la serie.
Miami tuvo como gran lastre su extrema fragilidad en el juego interior, ausente Bosh. De nada sirvieron los 34 puntos de LeBron James, cuyo máximo rendimiento llegó en el primer cuarto.
Boston 101 Miami 91 (1-2)
Kevin Garnett tiró de libro elemental de psicología al dirigirse al rival con un punto de provocación y otro poco de exhibición y de aviso para navegantes. Fue en la parte inicial del segundo cuarto y KG no necesitó de ninguna mirada intimidatoria, ni de ningún contacto físico con algún jugador de Miami. Simplemente, se puso a hacer flexiones en la pista.
Faltaban 8:58 para alcanzar el descanso. Boston ganaba 32-28 tras haber soportado el tremendo chaparrón de LeBron James en el primer período, en el que había anotado 16 puntos. En ese preciso momento, Garnett recibió una falta en la zona y cayó de espalda, de no muy buena manera. Quedó tendido en el suelo... pero cuando todos se disponían a interesarse por su estado, se dio la vuelta y se puso a hacer flexiones. Hasta 8. Luego, terminada su exhibición, su modo de decir soy indestructible y mi cuerpo es joven, Garnett se levantó y siguió jugando.
Esa muestra de carácter de Garnett, que hizo un gran partido, es el camino a seguir por estos Celtics para intentar doblegar a unos Heat sin Bosh. La otra, claro está, es aprovechar la debilidad de Miami, que en estos momentos, más que nunca, es su juego interior. Esta noche, en el tercer partido de la serie, esa debilidad ha salido a relucir más que nunca porque Boston ha sabido explotarla.
Fue a partir de ese golpetazo de Garnett cuando los Celtics, muy poco a poco, empezaron a acelerar su marcha con un Rajon Rondo que estuvo excelente toda la noche en la dirección del juego y con una defensa que mejoró enormemente con respecto al primer cuarto hasta dejar a Miami en sólo 14 puntos en el segundo.
De este modo, Boston consiguió un colchón al descanso que siguió ampliando en un muy buen tercer cuarto para irse al inicio del cuarto acto con 22 puntos de ventaja (85-63). La defensa de Miami estaba siendo destrozada por unos Celtics cuya fluidez ofensiva era una garantía de victoria. Más aún cuando el equipo de Rivers complementaba ese acierto ofensivo con un gran trabajo en la retaguardia. Y al inicio del cuarto cuarto, llegó la máxima ventaja local en el partido: 24 puntos (87-63). Fue de una forma inesperada, con una penetración y mate de Ray Allen.
Todo parecía visto para sentencia. Pero fue llegar a esos 24 de ventaja y relajarse Boston a la par que Miami adquiría un sentido de la dignidad y de la responsabilidad no mostrado en buena parte del partido. Fue así como con un parcial de 4-19 Miami se colocó a 9 puntos (91-82). De hecho, Miami llegó a rebajar su desventaja de 24 a 8 puntos, pero no llegó más lejos. Por la grada del TD Garden sobrevoló una duda y cierto escalofrío, que no llegó a tomar cuerpo, porque Boston reaccionó bien y nunca vio peligrar su triunfo.
Un triunfo basado en el poder ofensivo del trío Garnett-Pierce-Rondo. Los 3 estuvieron por encima de la veintena de puntos. Garnett y Rondo fueron los mejores. El ala-pívot ofreció otra demostración de espíritu ganador y calidad yéndose a 24 puntos y 11 rebotes. Rondo, mientras, terminó con 21 tantos, 10 asistencias y 6 rebotes y protagonizó algunas jugadas de excelente corte. Da gusto verle jugar. Pierce hizo 23 tantos. Es cierto que con un 7 de 21 en el tiro de campo, pero mejoró prestaciones.
Ray Allen y Brandon Bass no aportaron gran cosa, pero a cambio surgió de la paupérrima segunda unidad de Celtics la inesperada ayuda de Keyon Dooling y Marquis Daniels. Y esto sí que fue un preciado tesoro para el equipo de Boston.
Los Celtics dominaron el rebote y anotaron 58 puntos en la pintura, dos muestras bien palpables de que el juego interior de Miami no impone respeto alguno y no tiene la intimidación como palabra de cabecera. Tampoco el ataque es su fuerte. En fin, que entre todos los hombres altos de Miami Heat lograron 10 puntos y 9 rebotes. Una ruina tremenda. Así, parece imposible que un equipo pueda ganar un anillo. Ya se verá.
En Miami, el mejor, sin duda, fue LeBron James con 34 puntos -16 en el primer cuarto-, 8 rebotes y 5 asistencias. Esta vez, Wade anduvo bastante menos fogoso en la ofensiva (18 puntos). Mario Chalmers, como viene pasando en los últimos partidos, fue el tercer elemento en ataque con 14 tantos y 6 pases de canasta y, entre el resto del equipo, sólo Mike Miller echó una mano.
En definitiva, fue un triunfo trabajado y merecido de unos Celtics que consiguieron sacar a la luz las debilidades de unos Heat que no terminan de convencer, pese a que siguen luchando en pos del ansiado anillo. Una lucha ésta en la que en las dos finales de conferencia el factor cancha se está revelando como inquebrantable: 6 partidos y 6 victorias locales.