Todo tiene su fin. En este caso, ese fin le ha llegado a la fantástica racha triunfal de San Antonio. Algún día habría de llegar la derrota, y lo bueno para los Spurs es que les llegó yendo arriba 2-0 en su serie contra OKC. Los Thunder ganaron por 20 con Thabo Sefolosha como estrella del encuentro.
De Sefolosha, siempre se espera una defensa agresiva e impecable. No en vano, es uno de los grandes especialistas defensivos de la NBA. Pero lo que nadie esperaba es que metiera 19 puntos y lograra 4 triples. Porque habría que remontarse para ver un partido en el que el suizo haya lanzado 16 veces a canasta. Fantástica también, como siempre, su labor defensiva que tuvo como punto culminante de cara al espectador sus 6 robos de balón.
Que Thabo Sefolosha fuera una pieza fundamental en el triunfo refuerza la idea de lo que ocurrió anoche en Oklahoma City. Y es que el equipo de Scott Brooks hizo un partido muy de equipo, tuvo una actuación empapada de espíritu grupal, demostrándose que el sobredimensionado protagonismo de algún que otro jugador no es una condición necesaria para la victoria en este equipo. Sin ir más lejos, Russell Westbrook sólo anotó 10 puntos y dio 9 asistencias. Una relación insólita en el base. Y su equipo ganó. Durant anotó 22 y fue el máximo encestador del partido.
San Antonio llevaba 50 días sin perder, y eso en la NBA es una barbaridad porque corresponde a muchos partidos, tantos como 20. No caían los texanos desde que lo hicieran el 11 de abril ante los Lakers. En ese tiempo, el equipo de Popovich promedió casi 110 puntos por partido a través de un juego fluido, alegre y efectivo. Anoche, sólo logró 82, su peor cifra de la temporada. Atasco monumental del ataque visitante ante una tremenda labor atrás del conjunto local.
Oklahoma City 102 San Antonio 82 (1-2)
Vital triunfo de OKC en el Chesapeake Energy Arena, una de las plazas fuertes de la NBA. Vital por lo que se refiere a la supervivencia del equipo de Scott Brooks en estas Finales del Oeste. Porque una derrota hubiera colocado el 3-0 en la serie para Spurs y hubiera dejado todo visto para sentencia. Todavía hay final.
Los Thunder sabían que ganar a San Antonio pasaba por un único camino: desactivar su bien engranada ofensiva. Y en ello estuvieron todo el partido hasta lograr ese objetivo con impecable perfección.
Los locales dejaron a San Antonio en 82 puntos y un 39% en el tiro de campo, a la par que forzaron un número más que llamativo de pérdidas de balón en los texanos, tantas como 21, la mayor cifra de pérdidas de Spurs en todos los playoffs. Porque si hubo un aspecto en el que el partido se rompió fue en la relación robos-pérdidas de ambos equipos. Extraordinaria esa relación en OKC (14-7) y lamentable en San Antonio (2-21).
Esa desconexión del ataque local alcanzó tal nivel que apenas Tony Parker y Stephen Jackson cumplieron a niveles mínimos con las cuotas ofensivas del equipo. Tim Duncan y Manu Ginóbili no funcionaron en toda la noche y secundarios muy importantes en el equipo como Kawhi Leonard, Danny Green, Boris Diaw o Tiago Splitter apenas aportaron nada. Se puede hablar, por lo tanto, de un lastre colectivo en la ofensiva. Nadie vio las vías en la defensa rival. Tal vez es que apenas hubo resquicios en ese trabajo defensivo.
La defensa de Thunder cortó todos los caminos que conducían directos al aro, eliminó cualquier consecución fácil de la canasta. Tanto fue así, que Spurs tuvo que intentar vivir de su buen desempeño desde el triple, desde donde tiró mejor que desde la zona doble. Y tanto fue así, que los Spurs apenas pudieron meter 24 puntos desde la pintura. Esta vez, los exteriores no pudieron penetrar con la facilidad de otros partidos.
Nada hacía presagiar un triunfo local tan fácil cuando Manu Ginóbili anotaba 2 tiros libres para cerrar un primer cuarto favorable a su equipo (22-24). Acababa de recibir una falta flagrante de Sefolosha, que estuvo inmenso en los dos lados de la cancha. Menos aún se presagiaba una amplia derrota visitante cuando el propio Ginóbili estrenaba el segundo cuarto con un triple (22-27). Sin embargo, fue ahí donde empezó el calvario visitante.
Un parcial de 24-5 en 7 minutos de juego dejó el marcador en 46-32 a 4 minutos del descanso. En esos 7 fatídicos minutos, el ataque de Spurs encalló y la ofensiva de Thunder fue más plural que nunca. Ese increíble universo coral se tradujo en que ¡hasta 7 jugadores de OKC anotaron en ese parcial!. El más importante de todos: James Harden, autor de 9 puntos en la ruptura real del partido.
Se llegó al descanso con un cómodo 54-41 para los locales tras el parcial de 32-17 del segundo cuarto. Y en la segunda parte, ya no hubo competencia. El partido fue indiscutiblemente de los Thunder, que alcanzaron la veintena de diferencia en un tercer cuarto que acabó con los locales 18 arriba.
El último período fue pura escenificación teatral. OKC alcanzó su máxima ventaja a 6:35 del final (95-68) tras un triple del omnipresente Sefolosha, y los últimos minutos no fueron más que una obra de maquillaje del defenestrado Blair, que jugó minutos al carecer los mismos de trascendencia.
De este modo, OKC ganó y convenció. Con sus 12 jugadores activos anotando y con mucho reparto de responsabilidades. La estrella fue Sefolosha con 19 puntos, 6 rebotes y 6 robos de balón. El suizo metió 4 triples y robó 4 balones en los primeros minutos del partido, lo que marcó la tendencia a seguir por la defensa local. El listón lo colocó bien alto y así siguió toda la noche.
Junto al gran Sefo, Kevin Durant fue el máximo anotador del partido con 22 puntos, a los que añadió 6 rebotes y 5 asistencias. Harden hizo 15 tantos, 9 en el momento en el que se rompió el choque, y Serge Ibaka mejoró prestaciones ofensivas, acabando con 14 puntos y 3 tapones. Hasta Perkins otorgó algo de sustancia a su juego insustancial. El gran lujo local, ganar por 20 a Spurs con Russell Westbrook en tercera fila ofensiva: 10 puntos con 5 de 15 en el tiro. Eso sí, el base ofreció otras cosas: defensa, 9 asistencias, 7 rebotes y 4 robos.
Los Spurs no funcionaron. Sólo Parker (16 puntos) y Jackson (otros 16 en 22 minutos con 4 de 5 triples) aguantaron el tipo en ataque. Duncan y Ginóbili no tuvieron su noche. El primero acabó con 11 puntos, 2 rebotes y 5 tapones y el segundo con 8 tantos, 6 rebotes y 1 de 5 en el tiro. Tampoco funcionaron los ya mencionados Leonard, Green, Diaw o Splitter. No fue la noche de San Antonio. Alguna vez tenía que llegar. Los Spurs son humanos.