Rajon Rondo completó un partido magistral. Jugó cada segundo de los 53 minutos del encuentro y la fatiga no le pasó factura. Fue el jugador perfecto. Esta vez no hizo un triple-doble. Eso sí, se fue a 44 puntos, 8 rebotes y 10 asistencias. Pero Boston Celtics perdió y complica mucho su situación.
Miami encarrila las Finales del Este al ponerse 2-0. Esta segunda victoria fue bien distinta. Surgió de un partido espectacular, bello, pleno de guiños al espectador. Un partido que incluyó una prórroga y que se fue a un 115-111 para dejarnos una imagen insólita respecto a lo que están siendo los playoffs en la Conferencia Este.
James, a pesar de no ser capaz de cerrar el partido en el cuarto cuarto, Wade, a pesar de su lamentable primera parte, y Chalmers, a pesar de que en la prórroga no ofreció nada, fueron los impulsores del triunfo local con la ayuda inestimable de dos experimentados jugadores: Udonis Haslem y Shane Battier.
En Boston, además de la brutal actuación de Rajon Rondo, que será bien recordada por los buenos aficionados, Pierce y Garnett aportaron lo suyo, pero desde la discontinuidad. Los que no lo hicieron, una vez más, fueron los suplentes de Rivers.
Miami 115 Boston 111 (tras prórroga) (2-0)
Boston hizo un gran partido y su base titular, Rajon Rondo, maravilló a propios extraños. Sin embargo, el equipo céltico perdió en Miami y las series finales del Este se le ponen muy cuesta arriba.
El partido disputado anoche en el AmericanAirlines Arena bien mereció ser visto. Enfrentó a dos equipos que se dieron guerra sin cuartel, dos escuadras que supieron tapar sus limitaciones y que explotaron con habilidad sus muchas virtudes. Fue un partido sin concesiones que, además, ofreció al espectador espectáculo y emoción, mucha emoción. Tanta, que acabó empatado y fue a la prórroga.
Los Celtics llevaron la manija del marcador buena parte del encuentro y llegaron a dominar por 15 en el segundo cuarto, alcanzaron el descanso 7 arriba y ganaban por 5 en la recta final del último cuarto (89-94). Parecía que el partido podía estar en sus manos... pero un parcial de 7-0, conseguido de forma rápida por Miami con 4 libres de LeBron James y un triple lateral de Battier volteó la situación (96-94) y cambió la tendencia del choque. Restaban menos de 2 minutos para el final.
Ese final resultó bien interesante. Haslem anotó, Garnett le respondió, Paul Pierce quedó eliminado al cometer su sexta falta y el luminoso se puso 99-96 para los Heat situando a los Celtics en una encrucijada. Fue entonces, con el agua al cuello, cuando Boston fabricó la jugada colectiva más bella del partido, una jugada trenzada pase a pase, hilada a partir de un movimiento de balón rápido, fluido y exquisito, una circulación perfecta que llevó la bola a las mejores manos: Ray Allen, solo en el triple. Y el veterano Allen enchufó el triple del empate a 99. Quedaban 34 segundos para el final y ya no se movió el marcador, lo que llevó el encuentro a la prórroga.
No se movió porque LeBron James fue incapaz de cerrar el partido en esos últimos 34 segundos al fallar por partida doble. Primero falló cerca del aro, pero capturó el rechace, y luego desde lejos, ya sin opción de tener otra oportunidad. Fue bien distinto el modo de resolver ese final por parte de ambos equipos. Boston lo hizo desde el hálito colectivo y Miami desde el ímpetu individual.
Luego vino la prórroga. Un tiempo extra de 5 minutos a estas alturas de la temporada, y más en una temporada comprimida por el lockout, puede deparar cualquier cosa. En este caso, nos deparó un 16-12. Es decir, sobresaliente productividad ofensiva ante unas defensas que ya habían dado casi todo en los 48 minutos reglamentarios.
En la prórroga, donde se notó, y mucho, la ausencia de Pierce, surgió Dwyane Wade como hombre esencial para la victoria. Un Wade que habia tardado más de 20 minutos en anotar sus primeros puntos del partido y que había metido sólo 2 tantos al descanso, pero que fue a más según avanzó el choque. 'Flash' metió 8 puntos en el tiempo extra. Junto a esos 8 puntos, 4 de James y otros 4 de Udonis Haslem, el invitado inesperado. Y los Celtics doblaron la rodilla con toda la dignidad del mundo ante la decisiva aportación de Wade, que decidió el choque con un gran 2+1 a 59 segundos del final (con dudoso uso de la rodilla, eso sí) y 2 tiros libres a 18 segundos, por mucho que Rondo se empeñara en matener la emoción al responder con 2 triples en el último suspiro del encuentro.
La victoria había caído del lado local. Un equipo, el local, que dispuso de 47 tiros libres, más de la mitad, 24, en manos de un LeBron James que lanzó casi tantos tiros de 1 como todo Boston (29). Pero, en realidad, la clave estuvo en el tercer cuarto, único momento en el que la formidable defensa bostoniana desistió y al encajar 35 puntos permitió que Miami se metiera en un partido que llegó a ir perdiendo un par de veces por 15 en el segundo cuarto.
Miami fue cobrando fuerza según avanzaba el choque. Acabó el primer cuarto con un paupérrimo 27,3% en el tiro de campo y con James y Wade sumando un 1 de 10 en el tiro, llegó al descanso con una efectividad del 36,6% y finalizó el encuentro superando el 40 sin problemas. Fue un 'in crescendo' que le valió el partido.
James, Wade y Chalmers formaron el 'big three' roto por la ausencia de Bosh. LeBron sumó 34 puntos, 10 rebotes y 7 asistencias, si bien hizo un 7 de 20 en el tiro de campo y no pudo resolver al final del cuarto período. Wade terminó con 23 puntos, 21 de ellos conseguidos a partir del descanso, y Chalmers hizo 22 tantos con 6 asistencias. Además, Haslem logró un doble doble al conseguir 13 tantos y 11 rebotes y Battier metió 3 triples, algunos en momentos importantes, y defendió a gran nivel.
En Boston, inabarcable la actuación de Rajon Rondo, que no se ausentó jamás de la pista. Jugó los 53 minutos del choque para terminar con 44 puntos, 8 rebotes, 10 asistencias, 3 robos y 3 pérdidas. Metió 16 de sus 24 tiros en juego y brilló en facetas que le suelen ser ajenas: 2 de 2 triples y 10 de 12 tiros libres. Le flotaron mucho y lo aprovechó bien porque tenía la noche estelar hiciera lo que hiciera. Imprescindible tirar de vídeo.
Junto a él, Paul Pierce metio 21 puntos pese a su mala noche desde el triple, Garnett añadió 18 con 8 rebotes, pero con un 6 de 18 en el tiro. Su trabajo, sin embargo, fue bueno. Y nada más. Porque Bass desapareció en la segunda parte y los suplentes lo hicieron durante todo el partido, más aún cuando una de las mejores piezas de la segunda unidad, Stiemsma, arruinara su actuación al cometer 4 faltas en el primer cuarto. Un Stiemsma que tuvo que ver desde el banquillo cómo su equipo jugó, batalló y perdió. La cosa se pone difícil para Boston.