San Antonio Spurs, suma y sigue. Triunfo en el Staples Center, 17 victorias consecutivas, 7 en los playoffs, y 3-0 en semifinales de conferencia ante unos Clippers aturdidos que llegaron a ganar por 24 puntos al equipo texano. La fantástica remontada de los Spurs deja a los angelinos tocados.
No es para menos. El primer cuarto acabó 33-11 y todos se frotaban los ojos. Nadie se lo creía. Parecía un truco de magia, algo irreal, una especie de sueño extraño. La pesadilla para los Spurs continuó en el segundo cuarto. El equipo llegó a ir perdiendo por 40 a 16.
A partir de ahí, un milagro. O, si lo prefieren, Popovich y los suyos sacando conejos de la chistera hasta arrancar el aplauso unánime. De ir perdiendo por 24 a ir ganando por 12. Y los Spurs ya no cedieron la delantera liderados por Tony Parker y Tim Duncan.
L.A.Clippers 86 San Antonio 96 (0-3)
Partido ciertamente bizarro el jugado en Los Ángeles. Era la primera parte de la doble sesión sabatina del Staples, a la espera del Lakers-Thunder. Y se puede decir que tuvo un poso de magia.
Los Spurs ganaron a lo grande, con una exhibición de músculo mental de las que dejan huella. Este equipo es el mejor modelo de calidad volcada hacia el bien común. De fortaleza mental descreída, sin endiosamientos. San Antonio está hecha a imagen y semejanza de su entrenador, Gregg Popovich, y de su máxima estrella, Tim Duncan. Aquí, cada uno sabe su rol y los egos no tienen cabida.
Esa fortaleza mental fue llevada al extremo en esta ocasión por el equipo. Porque el palo de inicio fue de los que no permiten levantarse a uno: ¡33-11 en el primer cuarto!. Fue un cuarto brutal. Los Clippers metieron el 63,6% de sus tiros, doblaron a su rival en el rebote, sumaron 10 asistencias (7 de un Paul que parecía estar en todas partes) y defendieron a lo bestia.
Los números hablaban por sí solos. Parcial de 26-4 para los locales con Griffin en 14 puntos, 5 rebotes y 7 de 8 en el tiro de campo y Duncan en 0 puntos. Los Spurs habían perdido 6 balones, sólo habían logrado 3 asistencias, eran un equipo masacrado, roto, derruido. Pero no todo estaba perdido, porque eran los Spurs, el mejor equipo de la NBA esta temporada.
Comenzó el segundo cuarto y los locales adquirieron su mayor ventaja. Una diferencia de 24 puntos (40-16). En ese momento, San Antonio tocó fondo para empezar a remontar. Primero se pusieron a 15 con un triple de Ginóbili y una cesta de Duncan (48-33) y luego llegaron a bajar a 7 con un 50-43, pero los Clippers repuntaron con un triple de Mo Williams y se fueron al descanso ganando 53-43 con 20 puntos y 7 rebotes de un brutal Blake Griffin.
Sin embargo, parte del camino estaba hecho. Duncan y Ginóbili habían emergido en el segundo cuarto, sobre todo el primero, Parker empezaba a tomar la manija del juego, la defensa visitante se había asentado... se podía decir, sin temor a equivocarse, que había partido.
Lo que nadie podía imaginar es lo que vendría después. Tras el descanso, San Antonio fue una máquina perfecta de jugar al baloncesto. Una canasta de Duncan adelantó a los visitantes 57-59 mediado el tercer cuarto, los Spurs lograron un parcial de 0-24 y llegaron a ponerse con ventaja de 12. Dominaban 57-69. Parece mentira, pero desde aquel 40-16 le habían endosado a los Clippers un alucinante 17 a 53. Palabras mayores. Números de equipo legendario.
Tras un parcial de 8-26 en el tercer cuarto, se llegó al inicio del último con un 61-69 para Spurs, que a partir de ahí administró con puño de hierro su ventaja. Para ello, el equipo no tuvo reparos en utilizar desde las tácticas más sutiles hasta las más rudimentarias. Entre estas últimas, la más llamativa fue llevar a la línea de tiros libres a Reggie Evans, un jugador negado para el tiro. El Hack-a-Evans acabó con un 3 de 10 para el rocoso jugador. No estuvo claro si era necesaria o no esa táctica... pero ahí quedó.
La defensa de San Antonio anduvo tremenda. Si en los primeros 12 minutos había recibido nada menos que 33 puntos, en los siguientes 30 sólo encajó 39. Al final, victoria espectacular por 86 a 96 y 3-0 en unas semifinales que están prácticamente vistas para sentencia.
Parker acabó con 23 puntos y 10 asistencias, Duncan, después de no anotar en el primer cuarto, logró 19 puntos, 13 rebotes, 3 tapones y 4 asistencias, y le puso un soberano tapón a Griffin mediado el último cuarto, y Kawhi Leonard no sólo defendió de forma excelente, sino que acabó con 14 puntos, 9 rebotes y 3 triples. Mientras, Ginóbili, que hizo un canastón en carrera pasándose el balón por detrás, aportó 13 puntos, 6 asistencias y 4 rebotes en 30 minutos.
En los Clippers, partidazo de Griffin, autor de 28 tantos, 16 rebotes y 3 tapones. El ala-pívot local hizo, eso sí, 10 de 13 en el tiro en la primera parte y 3 de 11 en la segunda. Mo Williams totalizó 19 tantos en 23 minutos y Chris Paul se fue a 12 puntos y 11 asistencias, pero tomó malas decisiones. Dio 7 asistencias en el primer cuarto y sólo 4 en el resto y terminó con 5 de 17 en el tiro.
Pero lo peor para Clippers fueron sus secundarios. Butler se quedó en blanco tras 24 minutos en pista, Foye anduvo apagado, Bledsoe y Martin no respondieron y DeAndre Jordan siguió siendo la nulidad de siempre.