Tremendo golpe de mano el dado anoche por Boston en el Wells Fargo Center de Filadelfia. Los Celtics ganaron con enorme claridad a los Sixers, a los que llegaron a dominar por 27 puntos, y se colocan 2-1 en la serie tras recuperar el factor cancha perdido en el segundo choque de la serie.
Kevin Garnett, Rajon Rondo y Paul Pierce no dieron opción alguna al rival. Entre los 3 totalizaron 74 puntos. Fueron un azote mayúsculo para una defensa visitante que se vino abajo en los cuartos centrales. Y es que el segundo y el tercer cuarto resultaron demoledores: 33-62 para Boston y partido finiquitado.
El cinco inicial de Philadelphia vivió una pesadilla y tuvieron que ser los suplentes lo que aportaron un acierto mínimo al ataque.
Philadelphia 91 Boston 107 (1-2)
Boston ha esperado poco para dar un golpe de mano a una serie que se le había complicado tras perder en casa el segundo encuentro. Un golpe de mano en forma de puñetazo duro, seco, salvaje, que ha debido dejar el mentón del rival hecho trizas.
Porque anoche Boston le dio un señor baño a Philadelphia, cuyos valores principales, el trabajo de equipo y la defensa, saltaron por los aires en 24 minutos de pesadilla, los que integraron el segundo y el tercer cuarto.
El partido había empezado a ritmo de playoff del Este: ritmo pausado, mucha defensa y marcador incrementándose a paso de tortuga. Pero esa foto del partido apenas duró 5 minutos de juego, porque el primer cuarto terminó siendo una historia bien diferente en el que las defensas sucumbieron ante ataques sin tregua. Ganaron los locales este primer acto por 33-28 y todos intuíamos que ese ritmo de partido era imposible, que tenía que parar más pronto que tarde.
Así sucedió. Lo que nadie esperaba es que sólo se detuviera por una de las partes, porque Boston siguió con un ritmo arrollador en la ofensiva al que añadió un trabajo defensivo excepcional. El resultado de esa combinación fue letal para los Sixers, que en los dos siguientes cuartos, el segundo y el tercero, metieron 33 puntos, los mismos que en el primero, con el agravante de que su defensa pasó a mejor vida porque fue un auténtico coladero.
Parcial de 33-62 en esos dos cuartos centrales, que se dice pronto. El partido empezó a romperse al final del segundo período. Faltando 3 minutos, Boston sólo dominaba por 6, pero ese final sirvió para abrir un pequeño hueco: 49-60 al descanso con canasta final de Rondo.
Lo que fue ya demoledor fue el arranque del tercer cuarto. Parcial de 2-11 y los Celtics se fueron de 20. A partir de ahí, no hubo partido. Boston hizo todo cuanto quiso y vivió en la más absoluta tranquilidad. Los visitantes llegaron a alcanzar su máxima diferencia a algo más de 4 minutos del final del partido. El marcador reflejaba un tremendo 78-105, +27 para Rivers y los suyos. El tramo final simplemente sirvió para que Philly maquillara el resultado en busca de una dignidad perdida.
El tremendo repaso de Boston a Philadelphia estuvo en las manos del trío Garnett-Rondo-Pierce. Lo de Garnett no tiene nombre. Bueno, sí, tiene uno: gigante del basket. Está haciendo Garnett unos playoffs memorables. En este tercer partido: 27 puntos, 13 rebotes, 4 asistencias y 12 de 17 en el tiro de campo. Metió 13 puntos en el segundo cuarto, el cuarto que supuso el punto de inflexión del encuentro. Paul Pierce, muy activo, se fue a 24 tantos, 12 rebotes y 3 robos y Rajon Rondo, nuevamente formidable, consiguió 23 tantos, 14 asistencias y 6 rebotes. Lo de Rondo también es de traca.
Los Celtics anotaron el 52% de sus tiros y sólo extraviaron 7 balones, defendieron bien y atacaron más que bien. Pietrus también aportó y Ray Allen, esta vez, apenas hizo nada.
En los Sixers, bajón de los de verdad. El quinteto inicial fue un fiasco. Sólo funcionó Holiday (15 puntos, 9 asistencias y 6 rebotes), que, eso sí, en ningún momento pudo con Rondo. Los titulares sólo anotaron 36 puntos por 55 de los suplentes. Entre los jugadores de la segunda unidad, 22 puntos en 26 minutos de Thaddeus Young y números aceptables de Lou Williams y Jodie Meeks.