Séptimo partido en la serie más atractiva de primera ronda, la disputada por Grizzlies y Clippers, y sonora decepción para el equipo de Marc Gasol, que jugaba en casa. El español metió 19 puntos, pero su cara al final lo decía todo. Memphis baja un peldaño respecto a lo logrado el año pasado.
Chris Paul lideró la ofensiva visitante con 19 puntos, pero los que decidieron el partido fueron los suplentes, que en el último cuarto llevaron todo el peso del juego angelino encabezados por Nick Young y Kenyon Martin.
Con Griffin aportando bien poco, los Clippers pasaron la primera ronda, algo a lo que están poco habituados en su historia.
Memphis 72 L.A.Clippers 82 (3-4)
Tras una derrota dolorosísima en el primer partido de la serie, Memphis se había recuperado y había conseguido estirar el enfrentamiento hasta un séptimo partido para llevar el enfrentamiento a su terreno, a un partido a vida o muerte en su propio feudo, un FedExForum teñido de blanco esperanza.
Pero el resultado no fue el esperado. Al equipo dirigido por Lionel Hollins se le fundieron los plomos en el momento menos oportuno y en el partido final, el decisivo, sólo metió 72 puntos con un 32,5% en el tiro de campo y una serie de 3 para olvidar, que fue parte esencial de la derrota: ¡0 de 13!.
Los Grizzlies entraron en el último cuarto dominando por la mínima (56-55), pero sólo fueron capaces de anotar 16 tantos en el cuarto final y acabaron enredados en un carrusel de tiros libres que prolongó su agonía innecesariamente.
Sólo Marc Gasol y Rudy Gay aguantaron el tirón. El español ha hecho un final de serie enorme. En el quinto y el sexto encuentro superó los 20 puntos y en el séptimo hizo 19 con 5 rebotes y 3 tapones en 37 minutos. Rudy Gay añadió 19 con 9 rebotes y mejoró notablemente sus prestaciones. Pero el resto no estuvieron.
Especial mención para el desastre protagonizado por el trío Conley-Mayo-Randolph, que sumó una serie en el tiro de 6 de 36. El base, horrible, hizo 2 de 13, Mayo, que ha fracasado en playoffs, se fue a 1 de 11 y Z-Bo, a 3 de 12, si bien consiguió, por lo menos, 12 rebotes.
Los Clippers, que era la segunda vez que llegaban a playoffs desde 1997, tuvieron a Chris Paul como máximo anotador: 19 puntos, 9 rebotes y sólo 4 pases de canasta. Pero el partido lo decidió una gran segunda unidad que totalizó 41 puntos por 11 de los suplentes locales. Nick Young hizo 13 -9 en el último cuarto-, Kenyon Martin se fue a 11 y 10 rebotes -con 7 puntos en el período final- y Reggie Evans se hizo con 9 rebotes. El último cuarto fue de los suplentes de Del Negro.
Griffin, sin embargo, no fue nada importante en el transcurso del partido. Además de fajarse y pegarse en la pintura con Randolph, que le dio un puño del que se fue de rositas, Griffin apenas aportó gran cosa. Terminó con 8 puntos y 4 rebotes y diezmado físicamente sólo disputó 1 minuto y 39 segundos en todo el cuarto final.
El final del partido y de la serie no hizo justicia al gran nivel ofrecido por los contendientes en la eliminatoria. Fue un final profundamente tedioso, un carrusel de tiros libres decepcionante: 14 intentos de libres en los últimos 61 segundos, 6 locales y 8 visitantes. Un auténtico rollo en forma de prolongación sin gracia. Pero a los Clippers les daba igual. La felicidad era suya.