Los Knicks de Nueva York perdieron anoche a una de sus presencias más veteranas, ésas que tanto se aprecian en playoff. Baron Davis se lastimó seriamente la rodilla derecha, una lesión cuya gravedad se ha confirmado hoy y podría poner en peligro su carrera.
Restaban 5:15 para el final del tercer cuarto. El base corría en un contrataque cuando, ante la presencia de los defensores de los Bulls, intentó sortearlos y cayó al suelo. Lo que inicialmente parecía un resbalón, rápidamente se vio que era algo más serio.
Davis se quedó en el suelo y se llevó la mano rápidamente a su rodilla derecha. El Madison enmudeció y los componentes del banquillo de los Heat, que vieron desde la cercanía el mal gesto de la rodilla del experimentado base, se llevaron las manos a la cara, conscientes de lo que acababa de pasar.
Tras ser atendido durante unos instantes sobre la pista, una camilla retiró a Davis que, camino del vestuario, trataba de sonreír a sus compañeros para intentar animarlos. Pero ya dentro del túnel, las cámaras recogían el gesto de preocupación del jugador, consciente de la seriedad de la lesión.
Los servicios médicos de los Knicks confirmaban poco después que Davis sufría la dislocación de la rótula de la rodilla derecha y esperaban realizar más pruebas para comprobar el alcance exacto de la lesión y, sobre todo, si existían ligamentos afectados o no.
Hoy se ha conocido el resultado de esas pruebas y ha sido mucho peor de lo esperado. Davis tiene rotos 3 ligamentos, el cruzado anterior, el lateral interno y el rotuliano, este último de forma parcial. Una lesión gravísima de la que, evidentemente, tendrá que ser operado en próximas fechas y cuya convalecencia no será en ningún caso menor a 1 año. Una lesión que, con 33 años y el resto de problemas físicos que viene sufriendo, podría suponer la retirada definitiva del baloncesto del base de los Knicks.
Imagen en cámara lenta de la acción en que se lesionó Baron Davis.