No brillaron esta vez ni Manu Ginóbili, ni Marc Gasol, pero sus equipos sí que lo hicieron, sobre todo los Spurs de San Antonio. Ambos ganaron. Los texanos le metieron una paliza a Utah y se colocan 2-0. Los de Tennessee doblegaron a Clippers y empatan a 1 la eliminatoria.
Especial mérito tiene la recuperación mental de los Grizzlies tras el mazazo de perder el partido inicial cuando dominaban por 24 a falta de 8 minutos. El juego colectivo fue su baza con Gay, Mayo y Conley al mando de la ofensiva frente al poder anotador de Paul y Griffin.
En el AT & T Center, la exhibición local fue de las de verdad, pero nada nuevo con respecto a lo que los Spurs están haciendo últimamente. Muy destacable la labor del novato Kawhi Leonard.
Mientras, Indiana arrasó a Orlando en Florida y recuperó el factor cancha a base de defensa. Danny Granger fue su gran inspiración ofensiva y Roy Hibbert hizo un muy buen partido. A Orlando, sin Howard, se le vio perdido.
Memphis 105 L.A.Clippers 98 (1-1)
El último de los 3 partidos de la jornada fue el más equilibrado, toda vez que en el San Antonio-Utah y en el Orlando-Indiana no hubo color.
Los Grizzlies venían de sufrir un gran varapalo y corrían el riesgo de deshacerse como un azucarillo en el café, pero no fue así. Mostraron fortaleza mental, fe en el proyecto y capacidad para afrontar el reto que suponía esta difícil situación.
Esta vez, Memphis se dejó de exhibiciones, pero a cambio nunca dejó de tener contacto con el suelo. Parecía una ley bien impuesta por Hollins y su cuerpo técnico: no se podían permitir más lagunas mentales. El equipo jugó en clave colectiva, como suele hacer, y esa idea coral se impuso a la explosión individual de Chris Paul y Blake Griffin.
Increíble perder un encuentro anotando el 56,7% de los tiros de campo. Eso le sucedió a Clippers, un equipo que fue 18 veces a los tiros libres por 39 del rival, si bien parte de esa diferencia se agrandó notablemente al intentar alargar el partido con personales los californianos. Se puede decir que al equipo de Del Negro se le escapó el partido por dos vías de aguas bien claras: su poca capacidad para cerrar el rebote defensivo y sus 20 pérdidas de balón.
Memphis vivió del concepto grupal con 6 jugadores en dobles dígitos anotadores y Marc Gasol muy cerca de la decena. No fue el mejor partido del jugador español, que acabó con 8 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias y 2 tapones en 38 minutos de juego. Rudy Gay (21 puntos y 3 robos), un gran O.J.Mayo (20 tantos en 24 minutos partiendo del banquillo) y un muy convincente Mike Conley (19 puntos con 11 de 12 en libres) fueron los baluartes ofensivos locales sin olvidar el resurgir de Zach Randolph. Porque Z-Bo concluyó con 15 puntos y 8 rebotes para ayudar a empatar a 1 la serie.
Cosa bien distinta fueron los Clippers, cuya ofensiva gravitó en torno a Paul (29 puntos, 5 robos y 4 de 6 triples) y Griffin (22 puntos y 9 rebotes), aunque no fue suficiente. El visitante Eric Bledsoe tuvo problemas en un codo y Bobby Simmons suplió la baja por lesión de Caron Butler.
San Antonio 114 Utah 83 (2-0)
Los Spurs pasaron por encima de los Jazz, ganaron por 31 puntos de diferencia y por la vía rápida, demostraron que son el equipo más en forma de la NBA desde hace ya bastante tiempo y se colocaron 2-0 en una serie que no tiene color.
El inicio del partido ya fue sintomático: 20-8 el parcial inicial favorable a los texanos. Al menos, ante esa exigencia inicial, los Jazz plantaron cara y con ilusión se situaron casi a la par de San Antonio, que por momentos sufrió verdaderos problemas con el rebote defensivo, pero toda esa aparente igualdad se desvaneció de un plumazo con el salvaje final de segundo cuarto del conjunto local.
Ese final del segundo cuarto rompió el partido para siempre con un parcial de 20-0 que se extendió a 22-2 cuando llegó el descanso. El marcador para entonces: 53-28. El equipo ultraofensivo había demostrado que puede ser, si se lo propone, ultradefensivo. Mimbres de sobra tiene para ello.
Tras semejante demostración de fuerza, la segunda parte careció de sentido. Los Spurs llegaron a dominar por 38 puntos y terminaron ganando por 31. Un montón de minutos de basura acumulados y los Spurs que ni siquiera necesitaron la mejor versión de Ginóbili. El argentino acabó con 4 puntos y 3 asistencias en 19 minutos.
El equipo de Popovich se coloca así 2-0 y gana su duodécimo partido consecutivo tras cerrar la temporada regular con 10 triunfos al hilo. Lo hacen ofreciendo un partido perfecto en el que anotaron el 57% de sus tiros por el 34 del rival, metieron 10 triples por 1 del equipo mormón y tuvieron a 7 jugadores en dobles figuras anotadoras. El único pero local, la pérdida de 18 rebotes en su aro. Pero todo se perdona cuando se juega como los ángeles.
Tony Parker acabó con 18 puntos y 9 asistencias y volvió a borrar del mapa a Devin Harris. Y Tim Duncan hizo 12 tantos y 13 rebotes. Pero la estrella local fue el novato Kawhi Leonard, que a sus enormes dotes defensivas añadió una gran actuación en ataque con 17 puntos y 3 de 4 triples. También alcanzaron la decena Green -muy bien en la primera parte-, Diaw, Neal y Blair y cerca se quedó el australiano Patrick Mills. Y toda esta exhibición con Splitter sin vestirse.
Popovich vivió así con felicidad y serenidad su recién estrenado galardón de Entrenador del Año. Otra cosa es cómo vivió el partido su colega Tyrone Corbin, que debió sufrir de verdad. Porque Utah anduvo perdido una vez quedó desactivado desde el primer momento su dúo Millsap-Jefferson. Unos Jazz que no contaron con referencia alguna en ataque. Sus máximos anotadores, con sólo 10 puntos, Josh Howard y Al Jefferson.
Orlando 74 Indiana 97 (1-2)
Algunos empezaban a dudar de los Pacers de Vogel al primer revés de turno, ese tropiezo inicial e inesperado que les hizo perder la ventaja de campo, pero la reacción del equipo de Indiana ha venido a corroborar la campaña estupenda que el conjunto ha realizado en temporada regular.
Esa derrota inicial fue un toque de atención que Indiana ha aprovechado para redoblar sus esfuerzos. El resultado ha sido una reacción basada en su poderío colectivo y en su fortaleza defensiva. Los de Vogel han dejado a Orlando 2 partidos seguidos en menos de 80 puntos, han ganado los 2 encuentros y han recuperado el factor cancha y el favoritismo que, en realidad, nunca habían perdido.
Monumental defensa de los visitantes que dejaron a los locales en 74 puntos para ponerse 2-1. Indiana puso las cosas en su sitio tras el descanso con un gran tercer cuarto. Parcial de 17 a 32 en ese tercer acto y +21 para los Pacers al inicio del cuarto final. Partido cerrado y el Amway Center convertido en un funeral.
El tremendo balance defensivo visitante no permitió ni un solo punto al contraataque de Orlando. Si a ello unimos el dominio del rebote y la solidez ofensiva de sus mejores jugadores, a nadie debe extrañar el paseo que se dieron los Pacers en la segunda parte.
Danny Granger acabó con 26 puntos, 9 rebotes y 5 de 9 triples y Roy Hibbert hizo 18 tantos, 10 rebotes, 3 tapones y 8 de 10 en el tiro doble. Además, George Hill añadió 15 puntos.
Orlando naufragó sin Howard a pesar de que su sustituto, Glen Davis, fuera la única tabla de salvación ofensiva con 22 puntos. Jameer Nelson, Jason Richardson y Ryan Anderson no vieron nunca aro con facilidad y el equipo de Van Gundy se perdió en la mediocridad más absoluta.