La Universidad de Connecticut (UConn) ha pasado en una temporada del todo a la nada. En 2011, los Huskies se proclamaban campeones de la NCAA, título al que no podrán aspirar en 2013 al recibir una durísima sanción por el nivel académico de sus jugadores.
El Comité de Rendimiento Académico de la NCAA no ha sido nada benévolo y ha aplicado la sanción más dura que jamás se haya aplicado por este motivo a un equipo del máximo nivel de la competición. Las calificaciones de sus jugadores en el ámbito estudiantil no han alcanzado los estándares mínimos de calidad que exigía el comité.
Estamos hablando de un equipo entrenado por uno de los más prestigiosos técnicos colegiales, Jim Calhoun, que lo dirige desde 1986 y que ha logrado nada menos que tres entorchados nacionales en los años 1999, 2004 y 2011. Es decir, estamos hablando de uno de los programas deportivos más exitosos de los últimos lustros.
Previsible desbandada
La plantilla cuenta con un jugador de origen puertorriqueño que tiene un gran peso en el equipo, Shabazz Napier. Además, militan en UConn dos jugadores del máximo nivel, Andre Drummond y Jeremy Lamb.
La dura sanción provocará a buen seguro una gran desbandada. Nadie duda ya de que Andre Drummond, aspirante al Top 5 del draft, dará el salto a la NBA e idéntico camino podrían tomar Jeremy Lamb y Shabazz Napier. Por de pronto, otro de sus jugadores importantes, Alex Oriakhi, ya pidió el transfer para cambiar de universidad.
El panorama es tremendo, porque implica para Connecticut no sólo la pérdida de una temporada deportiva, sino también truncar un programa que estaba instalado en el éxito.
El equipo sólo podrá disputar la temporada normal, pero sin aspirar a nada, ya que no podrá jugar el Torneo de la Big East, su conferencia, ni el Torneo de la NCAA, el fascinante March Madness que da lugar a la Final Four.