La NBA hizo oficial ayer la cancelación definitiva de los partidos de la actual temporada que debían disputarse hasta el 15 de diciembre. La decisión era esperada tras la deriva sufrida por el proceso negociador, trasladado de las salas de reunión a las de los tribunales.
De continuar bloqueada la situación es de esperar que las cancelaciones se sigan sucediendo hasta el momento en que, si no hay acuerdo entre jugadores y propietarios, la liga se vea obligada a anunciar las suspensión completa de la campaña 2011-12, algo que ahora mismo no parece una posibilidad remota.
Tras una campaña de gran éxito deportivo y con récord de ingresos económicos, la falta de acuerdo entre propietarios y jugadores amenaza con poner en peligro no sólo el presente de la mejor liga de baloncesto del mundo, sino también su futuro.
Ahora mismo, parece que sólo un cambio drástico de la actitud de los propietarios en la negociación podría facilitar un acuerdo que salvara al menos parte de la actual temporada –una vez alcanzado, harían falta 30 días para iniciarla -, aunque las palabras de Stern asegurando que la decisión del sindicato de disolverse no era más que “una táctica de negociación” y que los propietarios no se iban a dejar amedrentar por ella, no permiten ver la luz al final del túnel.