Se invirtió la tendencia. Tras 4 partidos defensivos, llegó la explosión anotadora y en ese territorio Dallas, no sin problemas, se sintió como pez en el agua. Ganaron los Mavs 112-103 para ponerse 3-2. Nowitzki metió 29 puntos, pero el salto adelante vino de la mano de Terry y Barea.
Terry hizo un final prodigioso, metió 8 puntos en los 4 minutos finales, incluido un tremendo triple crucial en la cara de LeBron James, y decidió el partido. Sumó 21 tantos. Y J.J. Barea volvió a ser el mismo látigo que fustigó a Portland y Lakers en la postemporada. Rápido y atrevido en la penetración, certero e igualmente atrevido en el triple. Hizo el armador boricua su mejor partido de la serie con 17 puntos, 5 asistencias y 4 de 5 desde más allá del arco.
Miami se hundió en los 4 minutos finales cuando tenía el partido bien encarrillado. Un parcial de 17-4 en los últimos 4 minutos y medio hundió a los de Spoelstra. Wade metió 23, Bosh hizo 19 y LeBron James sumó un triple-doble (17 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias) que quedó deslucido por un nuevo hundimiento en el último cuarto, en el que sólo anotó 2 puntos. Chalmers fue el cuarto hombre de los Heat, 15 puntos llevaron su firma, 12 desde el triple.
Dallas 112 Miami 103 (3-2)
Hasta la fecha, esta final estaba marcada por la defensa y la igualdad, pero algo cambió en este quinto lance de la serie. No en la igualdad, ya que pese a que el marcador (un +9) fue el más holgado de los 5, en ningún momento dejó de haber una intensa emoción a lo largo de un partido en el que nadie alcanzó nunca los 10 puntos de ventaja. El cambio radical no vino en la falta de equilibrio, sino en la explosión ofensiva.
En 4 partidos, ni Dallas ni Miami habían alcanzando los 100 puntos. Pues bien, en este quinto el primer parcial fue de 30-31 y al descanso se llegó ya con un abultadísimo 60-57. Y aunque la segunda parte fue menos exuberante de cara a canasta, la tendencia no llegó a invertirse en ningún momento: 112-103 final y los Mavericks a un paso de proclamarse campeones de la NBA. Eso sí, tendrán que lograr el título fuera de casa, en Miami.
Los 9 puntos de ventaja finales fueron la máxima ventaja que tuvo nunca cualquiera de los dos equipos y esa ventaja vino por un nuevo fiasco de los Heat en los minutos finales de partido. Es ahí, en los últimos cuartos, y especialmente en los minutos finales, cuando la distancia entre Dallas y Miami se agranda sin fin, en la misma proporción que crece Nowitzki y mengua James.
Eso sí, esta vez Dallas no precisó en ese final de la mejor versión de Nowitzki, porque dos venerables 'ancianos' llamados Jason -Terry y Kidd- se encargaron de reivindicar los años y experiencia vividos.
Porque Miami volvió a pifiarla al final. El equipo de Spoelstra se colocó 95-99 a 4:37 de la conclusión tras un fantástico triple frontal de Wade. A partir de ahí, más de lo mismo, otro hundimiento inexplicable, más comezón para la cabeza ya caliente de los Heat. Y es que el parcial desde entonces hasta la bocina final fue de 17-4, lo que da una idea bien clara del fracaso defensivo y ofensivo de los de Florida.
En esta ocasión, sólo 4 de esos 17 puntos llevaron la firma de Nowitzki, que terminó, eso sí, como el mejor artillero de los suyos con 29 puntos. El resto vinieron de la mano de Terry (8 tantos) y Kidd (5). A ambos no les tembló el pulso desde la línea de personal y Terry embocó el tiro más importante del partido, un enorme triple en la cara de James con 33 segundos por jugar que puso a los suyos 7 arriba (108-101) y que supuso tres cuartas partes de partido.
Antes de ese parcial decisivo de 17-4 habían sucedido cosas. Una de ellas fue que J.J. Barea volvió a ser titular para firmar esta vez su actuación soñada, la mejor de la final. El de Mayagüez estuvo espléndido y tuvo toda la confianza de su técnico. Jugó casi 26 minutos, disputó momentos importantes del último cuarto, rompió en velocidad a la defensa rival y estuvo certero, muy certero desde el triple.
Pero pasaron más cosas. Por ejemplo, que LeBron James respondió a sus críticos con 3 buenos primeros cuartos y un triple-doble que quedó en nada al comprobar nuevamente su fragilidad psicológica, impropia de una estrella, pues fracasó otra vez en el último cuarto, en el que sólo metió 2 puntos. Lleva 11 en los 5 cuartos finales de la serie. Y en los 3 últimos partidos ha sumado ¡¡¡35 minutos y 10 segundos consecutivos sin anotar en los cuartos finales!!!. Para hacérselo mirar.
Otros dos apuntes, estos positivos para Miami, fueron la irrupción de Mario Chalmers, que metió 15 puntos, y el mejor juego asociativo del equipo, que sumó 25 asistencias, 18 de ellas procedentes de Wade -8- y James -10-, que incluso se asociaron entre ellos, algo poco común en esta final.
Pero por encima de todo, Dallas ganó el partido en gran parte por su tremendo acierto en el triple. Colosales los de Carlisle -que otra vez dirigió de forma grande a los suyos-: 13 de 19 desde más allá del arco, cerca del 70% de efectividad. Los Mavs ganaron pese a no dominar el rebote (sólo capturaron 26). Pero es que Miami volvió a tener una relación profundamente arisca con el balón, pues robó 5 bolas y perdió 18.
En Dallas, Nowitzki anotó 29 puntos y metió los 10 tiros libres de los que dispuso, Terry sumó 21 tantos, 6 asistencias y 3 de 5 en el triple y Barea se fue a 17 con 5 asistencias y 4 de 5 de 3. Fue la tripleta ofensiva, pero hubo más: Kidd hizo 13 tantos, 6 asistencias y tuvo un gran final para resarcirse así de un horrible cuarto encuentro, Chandler añadió otros 13 con 7 rebotes y Marion, aunque no estuvo fino en sus números personales, vivió un +21 de su equipo en el marcador mientras estuvo en pista.
En Miami, 23 con 8 asistencias de un Wade que fue el mejor de los suyos en el cuarto final, 19 y 10 rebotes para Bosh, 17 tantos, 10 rebotes y 10 asistencias para James, que se fundió anímicamente en los últimos 12 minutos, y 15 de Chalmers con 4 de 6 en el triple. También aportaron sus cositas Miller, Howard y sobre todo un buen Haslem. Porque la suplencia de los Heat rindió a un muy alto nivel en comparación con otras veces.
Y por último, una mención para Rick Carlisle. Primero por demostrar otra vez un gran aplomo en los minutos finales con buenas decisiones. Y segundo, por no guiarse por prejuicios y reglas no escritas. Si en el cuarto partido prescindió de Marion en el último cuarto, salvo en las jugadas defensivas finales, cuando era el mejor de su equipo, anoche volvió a hacer una jugada magistral con Terry.
En el cuarto final, Barea restó minutos a Terry dada su brillantez. Entró Terry mediado el cuarto, pero estaba descentrado y Carlisle devolvió a J.J. a pista. Sólo fue 1 minuto, lo suficiente para hablar con Terry. No sabemos que le dijo, pero fue mano de santo. Volvió Terry a pista y decidió el partido. Las palabras, la psicología, la mente son muy importantes en una final. Si no, que se lo digan a un señor llamado LeBron James.
Dallas 112 Miami 103 (3-2) DALLAS: Kidd (13), Barea (17), Marion (8), Nowitzki (29), Chandler (13) -cinco inicial- Terry (21), Stevenson (4), Cardinal (4) y Mahinmi (3). |
MIAMI: Bibby (2), Wade (23), James (17), Bosh (19), Anthony (2) -cinco inicial- Chalmers (15), Haslem (10), Miller (9), Howard (6) y House. |
Parciales: 30-31, 30-26, 24-22 y 28-24. |