Hasta el mes de enero, como poco, tendrá que estar de baja Brad Miller tras haber sido operado de su rodilla izquierda. Una intervención que tuvo lugar a mediados de mayo, pero que el veterano pívot de los Rockets no había hecho pública hasta ahora.
Tras sufrir muchas molestias en la articulación a lo largo de la temporada pasada, los médicos decidieron optar por un procedimiento complejo como es la cirugía de microfactura para tratar de solucionarlos, aunque al parecer, la zona afectada por la intervención es menor de lo habitual en este tipo de intervenciones, por lo que se espera que su recuperación tenga menos complicaciones de las habituales en estos casos.
Aun así, Miller no estará en condiciones de jugar al menos hasta el mes de enero, lo que le hará perderse la mitad de la temporada, suponiendo que el temido cierre patronal no se extienda hasta esas fechas, como ocurrió en 1998, precisamente el año de debut de Miller en la liga.
El problema de ese cierre es que, si se produce, impedirá a Miller estar bajo la supervisión de los médicos del equipo en el proceso de rehabilitación, una situación que el jugador no ha dudado en calificar de “estúpida”.
En cualquier caso, con 35 años cumplidos, está por ver cuál será la recuperación de Miller, que el año pasado promedió 6,4 puntos y 3,7 rebotes en los 60 partidos que pudo jugar con Houston. Al veterano jugador, le restan 2 años de contrato por un total de cerca de 10 millones de dólares, aunque el segundo de ellos sólo está garantizado por una pequeña parte del total.