Emerge Harden y Oklahoma City gana en Dallas para empatar la serie

Si hubo un cambio decisivo en este segundo partido de la Final del Oeste, una modificación sustancial que derivó en un intercambio de roles entre los equipos y en un resultado bien distinto, ése fue el rendimiento de la segunda unidad de los Thunder encabezada por James Harden.

Los suplentes de Oklahoma City funcionaron a las mil maravillas. Harden fue su líder y el mejor jugador del partido. Pero también funcionaron y resultaron claves en momentos cruciales Maynor, Collison y Cook. Ello hizo que el equipo de Brooks sobreviviera a la escasa producción ofensiva de Durant a partir del segundo cuarto y a la todavía timorata ración de juego que está ofreciendo Russell Westbrook en esta final. Un Russell Westbrook que fue condenado por Brooks al banquillo durante todos los minutos decisivos, lo que demuestra la personalidad de un gran entrenador.

En el equipo contrario, de nada sirvieron los 29 puntos de Nowitzki, el gran partido de Chandler, el saber hacer de Kidd o la gran forma de Barea. El puertorriqueño volvió a mostrarse feliz en la cancha: 11 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias y 3 de 5 en el triple. Jugó otra vez 16 minutos.

Dallas 100 Oklahoma City 106 (1-1)

OKC ganó en un abarrotado American Airlines Center y dejó con la fiesta apagada a los más de 21.000 espectadores que se dieron cita en sus gradas. Los de Brooks volvieron a cumplir la máxima de no perder en estos playoffs 2 partidos seguidos y equilibraron la serie, que ahora está empatada a 1. Además, se quedan con el factor cancha.

Fue un partido equilibrado, muy equilibrado, que se ganó por matices y por una causa de grueso calibre: los suplentes de ambos equipos vivieron una jornada inversa a la primera. Si en el primer partido, la segunda unidad de Dallas ganó claramente la partida, en este segundo la historia fue bien distinta: los suplentes visitantes firmaron 50 puntos por 29 los locales. Pero lo más importante fue que los suplentes de OKC surgieron en los momentos decisivos del encuentro.

Ocurrió en la primera parte, cuando los Mavericks alcanzaron su máxima ventaja en el marcador con un +11. Entonces, Harden y Maynor salieron de la banca para ajustar el electrónico y poner el partido en un régimen de igualdad que duró minutos y minutos.

Y sucedió al final. Porque en el momento decisivo estuvieron ellos. Discurría el último cuarto y ganaban los Thunder 92-95. Ahí empezó todo y todo empezó con un tapón de Collison a Nowitzki. Luego vino un triple de Daequan Cook, una canasta de Maynor y otra de Harden sobre la bocina de la posesión. Así fue como 4 suplentes de Oklahoma pusieron el partido patas arriba y a Dallas contra las cuerdas (92-102, máxima ventaja visitante, a 3:15 del final).

Tras ese varapalo, los Mavs reaccionaron hasta llegar a ponerse a 4 puntos, pero no pudieron llegar más allá. Stojakovic tuvo un triple frontal a 9 segundos del final para poner el 103-104 en el marcador, pero no lo logró. Dallas no pasó de los 100 puntos y no llegó a la victoria. Y Sefolosha cerró el partido desde los tiros libres.

El encuentro se movió en márgenes estrechos y el sentido de la igualdad presidió buena parte de las facetas del juego: 40-38 en puntos en la pintura, 13-10 en anotación al contraataque, 37-38 en rebotes... La diferencia estuvo en los suplentes de los Thunder y en la rebaja del acierto anotador de Dallas en la segunda mitad, pasando de un 50% de acierto en el tiro de campo en la primera parte a un 37,5% en la segunda.

Al descanso se llegó con un 57-59 para los visitantes en otra exhibición de baloncesto ofensivo, tal y como ocurriera en el primer partido, pero el tercer cuarto supuso un cambio de paradigma, las defensas crecieron y el ataque menguó hasta un parcial de 19-18. Porque la segunda parte se ajustó más a los cánones anotadores de postemporada.

Oklahoma City supo sobrevivir a la discreta actuación de Westbrook -18 puntos-, que al menos no se cegó en el tiro, y al gran control que Dallas supo mantener sobre Durant, que metió 14 puntos en el primer cuarto y sólo 10 en los tres restantes para sumar 24. Eso sí, protagonizó la jugada de la noche al hacer un mate brutal en la cara de Haywood.

Pudo sobrevivir a ello gracias a la fantástica actuación de James Harden, que sigue creciendo en estos playoffs tras protagonizar una temporada ciertamente irregular. Harden estuvo asombroso. Metió 23 puntos, capturó 7 rebotes, dio 4 asistencias, anotó 4 de sus 7 intentos triples.

Todo lo hizo bien y a tiempo el bueno de Harden. Estuvo en la primera parte cuando peor lo estaba pasando su equipo, estuvo al final del tercer cuarto con un 3+1 que dejó el resultado al final del cuarto en un 76-77 y estuvo en la resolución del choque con esa milagrosa canasta sobre la bocina que puso en 92-102. Estuvo, en definitiva, siempre que se le necesitó y en las situaciones más extremas.

A su lado, Maynor sumó 13 puntos en 20 minutos y Collison y Cook ayudaron lo suyo. Todos ellos, como Harden, dando el callo en los momentos cruciales.

En Dallas, cara de circunstancias pese a que parte de su engranaje de juego funcionó. Porque Nowitzki volvió a brillar con 29 puntos y 5 asistencias -esta vez erró un tiro libre, 9 de 10-, Chandler estuvo muy bien (15 tantos y 13 rebotes) y puso en entredicho al bocazas de Perkins, que cada vez que se pica con alguien muerde el polvo, y Kidd tiró de su calidad-experiencia para hacer un partido bien completo: 13 puntos, 7 asistencias, 5 robos y 3 triples. Los que no estuvieron a la altura fueron Marion y Terry.

En cuanto a Barea, pues más de lo mismo. Este chico sigue en racha de juego. Anoche, 11 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias para lograr una valoración de 14 en 16 minutos. Además, 3 de 5 en el triple y sin perder un balón en toda la noche. J.J está que se sale, pero ahora tiene una preocupación añadida en su cabeza: los Thunder amenazan con dejarle fuera de la final de la NBA.