Uno de los nombres que más está sonando sin duda en la actual fase final de la NBA es el del puertorriqueño José Juan Barea. El juego del pequeño base de los Mavericks ha conseguido atraer la atención de los medios y los comentarios elogiosos se prodigan estos días.
No cabe duda de que el jugador de Mayagüez está atravesando su mejor momento en la NBA tras 5 años en la liga, no sólo por la importancia que está teniendo su juego para su equipo sino, sobre todo, porque ha conseguido captar la atención de los medios estadounidenses como nunca antes, siendo muchos los artículos que se están escribiendo estos días centrados en su persona.
La imagen del pequeño armador boricua paseándose a su antojo entre la defensa de los Lakers, y desorganizando al rival para facilitar la labor anotadora de sus compañeros ha quedado en la retina de muchos. Un juego que terminó por provocar la frustración de los rivales y en particular la de Andrew Bynum, expulsado tras propinarle un codazo en pleno vuelo fruto de la desesperación de ver cómo el hombre más pequeño del rival entraba una y otra vez con éxito y sin miedo hacia la canasta de los campeones en los 2 últimos años.
El base suplente de los Mavs está listado como un 6 pies (1,83 metros) en los registros oficiales de la NBA pero, en realidad, no alcanza esa altura. “Si le miras, dirías que no es un jugador de baloncesto”, asegura su compañero Jason Kidd, que cree que es una de las razones por las que ha sido “subestimado” en muchas ocasiones, una opinión que comparte Jason Terry.
Elogios de compañeros y adversarios
“Creo que si su cabeza tuviera un tamaño normal mediría 5-4 (1,63). Pero su cabeza es tan grande que le hace llegar al 5-9 (1,76)”, asegura entre risas la estrella de los Mavs, Dirk Nowitzki, que no escatima elogios para el puertorriqueño al que considera un hombre “sin miedo y generoso” sobre la pista.
“Le necesitamos para entrar en la pintura”, afirma el alemán, que no duda en comparar, con matices, el juego del boricua con nada menos que el de Steve Nash, “ellos penetran y hacen que la defensa se cierre y eso es lo que necesitamos”.
También Kevin Durant, la estrella de sus actuales rivales, los Thunder, a los que Barea endosó 21 puntos en el primer encuentro de la final del Oeste, reconoce el daño que les hace el base puertorriqueño, sobre todo en combinación con Nowitzki en el ‘pick-and-roll’. “Tú no quieres dejar a Nowitzki solo y eso es lo que Barea hace realmente bien, buscando las grietas de la defensa”, comenta Durant, “si penetra de esa manera, es difícil de parar”.
Lo cierto es que los números de Barea han mejorado en estos playoffs, pero, lo que más ha mejorado es la percepción de la importancia de su juego por parte de unos rivales que hasta ahora no parecían dar demasiada relevancia a ese jugador pequeñito que salía a sustituir a Jason Kidd. Y todo ello no le ha podido llegar en mejor momento al puertorriqueño porque este año acaba contrato y tendrá que negociar su futuro en la NBA, un futuro sin duda al alza.