Caminos bien opuestos los seguidos por Miami y Chicago para abrir hueco en sus eliminatorias ante Philadelphia e Indiana. Eso sí, con un punto en común: el trabajo defensivo. El de Miami fue increíble, dejando a su rival en 73 puntos. Los Bulls sufrieron mucho más, pero estaba Rose.
Derrick Rose volvió a ser un líder invencible y con 36 tantos capitaneó el ataque de Chicago. En Miami, no jugó Nocioni en los 76ers y LeBron James y Chris Bosh llevaron la manija del ataque de los Heat.
Miami 94 Philadelphia 73 (2-0)
No hubo presencia hispana en el pabellón de los Heat, repleto de aficionados vestidos de blanco inmaculado apoyando a su equipo. Tampoco hubo emoción.
Los Heat maniataron desde el principio a unos desolados Sixers. La defensa de los de Spoelstra resultó magistral. Esa defensa dejó a Philadelphia en 31 puntos al descanso (49-31), con todo visto para sentencia. Un sentencia sin opción de vuelta atrás cuando al final del tercer cuarto la brecha aumentó a 23 puntos. Los locales dominaron siempre el marcador y llegaron a ganar por 28. Fue un paseo militar.
LeBron James se exhibió una vez más con 29 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias. También lo hizo Chris Bosh con 21 tantos, 11 rebotes y 3 robos. Menos afortunado anduvo Wade, aquejado de migraña en la víspera, que se tuvo que conformar con anotar 14. Pero la clave de la victoria de Miami estuvo en la defensa. Monstruosa defensa que deshizo al rival, cuyo ataque fue un desastre.
Philly se quedó en unos pobrísimos 73 puntos tras anotar sólo el 34,2% de sus tiros. En realidad, sólo funcionaron en la ofensiva, y ya fuera de tiempo, sin opciones de triunfo, los suplentes Thaddeus Young (18 tantos) y Evan Turner (15 con 3 de 3 en el triple). El resto resultó desolador. Y el más claro ejemplo de ese campo yermo fueron los veteranos Elton Brand y Andre Iguodala, que sumaron entre ambos 8 puntos con 3 de 13 en el tiro.
Lo único bueno de Iguodala fue el tapón que le colocó a James, pero en realidad el espectáculo estuvo del lado local. Esta vez, Miami sí jugó con una gran intensidad atrás y con criterios amables en la vanguardia. Esta vez, no hubo partido.
Chicago 96 Indiana 90 (2-0)
Donde sí hubo partido fue en el United Center. Y eso que los Pacers se quedaron en la primera parte sin su base titular. Darren Collison sufrió una lesión de tobillo y sólo pudo jugar 15 minutos. Sin embargo, su equipo soportó tan grave pérdida y no se fue del choque.
El partido estuvo tremendamente igualado. Nadie llegó ni siquiera a tener una renta de 10 puntos. Pero al final, Rose y los suyos se impusieron. Clave fue un triple de Korver a 1:04 del final porque abrió brecha (90-85). Aunque no fue suficiente, porque A.J.Price, uno de los mejores visitantes, metió 3 tiros libres de una tacada a 23 segundos del final para que el partido recobrara tensión (90-88). Los Bulls decidieron desde los tiros libres con Deng iniciando ese capítulo decisivo.
Chicago ganó pese a resolver mal en ataque. Tan mal que sólo sumó 15 asistencias, perdió 22 balones y no alcanzó el 40% de efectividad en el tiro. Eso sí, su dominio del rebote fue aplastante: 57 a 33 con 20 capturas en el aro rival. Ahí, estuvo la clave.
Y en Rose, claro. Porque el base local no flaqueó y volvió a ser la referencia el encuentro con sus 36 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias. Está que se sale. Boozer sumó 17 y 16 rebotes, Deng ayudó menos que otras veces, pero ayudó (14 tantos con 3 de 13 en el tiro) y Noah se comportó adecuadamente en el rebote.
En Indiana, el mejor una vez más Granger con 19 puntos. Hansbrough no tuvo su día (2 de 12 en el tiro) y Hibbert anduvo soso en ataque e incompetente en defensa (5 faltas en 21 minutos).
Chicago se coloca 2-0 en la serie, pero han sido 2 sufridos triunfos tras una oposición inesperada de los Pacers. Indiana está sorprendiendo a propios y extraños.