El cantante adolescente Justin Bieber se llevó todos los focos. Ni Chris Mullin, ni Mitch Richmond, ni Scottie Pippen. Ni siquiera 'Magic' Johnson o Bill Walton. Gran parte de los 5.000 aficionados que se congregaron en el L.A Convention Center sólo tenían ojos para el tierno Bieber.
Fue en el Partido de las Celebridades, el encuentro que abrió el All-Star Weekend en Los Ángeles. Un encuentro que se jugó bajo el formato del partido estrella del fin de semana, es decir, con un equipo del Oeste y otros del Este, ambos mezcla de ex jugadores de la NBA y famosos del mundo de la farándula. Ganó el Este por 54 a 49.
La histeria se instaló en la grada durante buena parte del partido, con un ejército de adolescentes rasgándose las vestiduras por Bieber, que encima demostró que sabe jugar a esto del baloncesto y que se permitió hacer bromas con jugadores consagrados. Es cierto que su MVP fue más producto del marketing y del abismo que separa a actores, músicos y demás de aquellos que han sido jugadores profesionales, pero el chico sabe jugar.
Bieber hizo 8 puntos (anotando 3 de 11 en el tiro) y protagonizó jugadas de mérito. El mejor del encuentro, sin embargo, fue Pippen con 17 tantos jugando a menos de medio gas, pero claro está que éste pertenece a otra categoría.
Entre las celebridades, artistas como Romeo Miller, Michael Rapaport o Rob Kardashian (hermano de las famosas hermanas) se vistieron de corto, mientras que Jason Alexander (el actor de la serie Seinfeld) ejerció de entrenador junto al mítico Bill Walton en el Este. En el otro banquillo estuvo 'Magic' Johnson.
En fin, que se trató de puro entretenimiento, aunque no faltó el carácter competitivo. A veces, a uno le dio la impresión de que este partido fue algo más serio, por momentos, que el que enfrentó luego en el Staples a novatos y jugadores de segundo año. Aunque suene a coña ver a Justin Bieber levantar un trofeo de MVP.