A Aaron Brooks no parece sentarle nada bien la suplencia. Estuvo lesionado a principio de temporada, su sustituto -Kyle Lowry- lo hizo bastante bien y ahora ocupa su puesto. Al segundo base de Houston se le acumulan los problemas por su mala cabeza.
Brooks no jugará hoy lunes ante Denver Nuggets porque su propio equipo le ha sancionado con 1 partido de suspensión por la chiquillada que cometió en el encuentro Houston-Memphis, que acabó ganando el conjunto texano en la prórroga por 95 a 93.
Corría el último cuarto cuando Rick Adelman quitó de la pista a Brooks y puso en su lugar a Lowry. Pues bien, el base sustituido no se sentó en el banquillo, sino que, sin mediar palabra, se marchó tranquilamente a los vestuarios borrándose del encuentro. No volvió ya.
La inadmisible actitud de Brooks ha sido ampliamente criticada en los medios locales y ha obligado al General Manager del club, Daryl Morey, a citar a los medios para hacer pública la sanción. Adelman, mientras, ha pasado del asunto y ha remitido a los medios de comunicación a que hablen con Brooks, ya que él no tiene nada que decir. Y es que en peores plazas ha toreado el veterano Adelman, ya con muchas batallas a sus espaldas.
Brooks no hace más que acumular problemas. No es titular, no termina de jugar bien y ya ha provocado 2 incidentes en escasos días, ya que antes de su espantada ante Memphis había provocado un incidente desagradable al arrojar el balón a Kevin Love en un encuentro frente a Minnesota.