Si en el Staples Center, Gasol y Scola anduvieron por las nubes, en el Rose Garden, Manu Ginóbili y Rudy Fernández anduvieron más bien a ras de suelo. No brillaron los hispanos en el Portland-San Antonio. El que sí lo hizo fue LaMarcus Aldridge. Y los Spurs perdieron su octavo partido.
Los Spurs están esta temporada poco acostumbrados a perder, pero alguna vez tienen que hacerlo. Sucedió anoche en la lluviosa Portland. Los Blazers derrotaron al equipo texano tras un gran último cuarto y una brutal exhibición de Aldridge, que con 40 puntos y 11 rebotes sigue llamando con fuerza a las puertas del All-Star.
El partido se mantuvo muy equilibrado hasta los últimos 8 minutos. El tercer cuarto acabó con empate a 71, pero un parcial de 28 a 15 en ese último período marcó el desenlace.
Pero los que parecen no tener ninguna solución son los Wizards como visitantes. Anoche, perdieron en Nueva Orleans y aún no saben lo que es ganar fuera de casa. Trevor Ariza anotó 16 tantos.
Portland 99 San Antonio 86
Los Spurs se vinieron abajo en los últimos 8 minutos y el partido fue de unos Blazers ordenados, cabales, desatados en momentos puntuales y eficaces hasta decir basta en defensa. Enorme labor defensiva de los chicos de McMillan.
También grande su trabajo ofensivo, porque no es fácil acertar el 50,7% de los tiros de campo cuando delante tienen a un equipo como San Antonio, cuyo manual defensivo es realmente brillante.
Pero para brillante la espectacular actuación de Aldridge, que se salió. Anotó 40 puntos, capturó 11 rebotes, robó 3 balones, hizo un 16 de 23 en el tiro de 2 y resultó decisivo en el parcial que llevó a los locales a la victoria. Esos 40 puntos son su mejor marca anotadora como jugador NBA. Aldridge ya ha batido en 3 ocasiones la que era su mejor marca hasta la presente campaña. Y va a más.
El ala-pívot local encontró a 2 socios importantes en el juego: Wesley Matthews (21 puntos), pero sobre todo el gran Andre Miller. El veterano base resultó fundamental. Logró 18 puntos y 9 asistencias, anuló a Tony Parker, al que ganó holgadamente su duelo personal y también, como Aldridge, dio un paso al frente en los momentos decisivos.
Los suplentes de Portland fueron otra cosa. Sólo anotaron 12 puntos. Pero no todo es anotar. Rudy, por ejemplo, terminó con 3 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias en 24 minutos -jugó más en la segunda que en la primera parte-, estuvo muy desacertado en el tiro (1 de 6), pero su labor en cancha, llena de intangibles, sirvió para que el equipo con él en pista endosara un +18 a su rival.
En cuanto a los Spurs, Ginóbili fue su mejor anotador con 17 puntos, a los que añadió un gran esfuerzo defensivo (4 robos). También capturó 4 rebotes y dio 2 asistencias. Pero su actuación se vio lastrada por su desatino en el lanzamiento, poco propio del Manu actual: 6 de 18 fue su horrible serie en el tiro de campo. Duncan acabó con 15 puntos y 7 rebotes, pero superado -como todo el juego interior visitante- por el vendaval Aldridge, Blair sumó 14 tantos y 12 rebotes en 26 minutos yendo de más a menos y Parker encalló con Miller. Splitter, 2 minutos de juego y gracias.
La resolución del partido no llegó hasta el cuarto final. El marcador reflejaba empate a 78 a falta de 8 minutos. Fue ahí donde se encendió la mecha que daría el triunfo a los locales. Fue en una jugada que alborotó a la grada. Una jugada de tesón, lucha, pasión, muy del gusto de McMillan.
En un mismo ataque, los Blazers erraron 3 triples (1 de Rudy y 2 de Matthews), pero capturaron 3 rebotes ofensivos (uno de ellos del español) para que la jugada culminara con una canasta de Aldridge. Y se encendió el Rose Garden.
A partir de ese derroche de energía, un parcial de 14-2 para Portland y San Antonio, KO. A 2:55 del final, dominaban ya los de Oregón por 92-80 y con 94-82 (tras un alley-oop Miller-Aldridge) y poco más de 2 minutos por jugar Popovich quitó de cancha a Duncan y Ginóbili, dando por perdido el encuentro. Los Spurs sufrían su octava derrota en 48 partidos y los Blazers se aferraban a la octava posición en el Oeste.
New Orleans 97 Washington 89
El resultado es engañoso. Washington no tuvo opción de ganar. Al terminar el tercer acto ya perdía por 80 a 65 y nunca estuvo en línea de triunfo.
A los Wizards les preocupa, y mucho, su incapacidad para ganar fuera de casa: 25 partidos como visitante, 25 derrotas. Se acercan a la peor racha de la historia de la NBA en un arranque de temporada.
Más de lo mismo, el equipo agarrotado y pocos hombres aportando. Nick Young (30 puntos) y Andray Blatche (21 y 9 rebotes). Y se acabó. John Wall estuvo flojo, Rashard Lewis aún lo estuvo más y jugadores como Jianlian, McGee o Thornton andan perdidos en la banda.
New Orleans superó la baja de Okafor con la sorpresa causada por su sustituto, Jason Smith, que fue el que más anotó de los locales con 20 puntos en 25 minutos cuando promedia esta temporada 4,9 tantos por noche. Superaron los Hornets esa pesada ausencia y el mal partido de David West, así como otro vuelo hacia la nada del italiano Belinelli (0 de 5 en el tiro de campo).
Lo positivo, además de Jason Smith, el buen partido de Trevor Ariza, autor de 16 puntos, 4 rebotes y 2 robos en 40 minutos. Hizo 6 de 11 en el tiro dinámico. Chris Paul aportó 15 tantos y 9 asistencias.