Kevin Durant igualó anoche el récord anotador en un partido en la presente temporada, que estaba en poder de Blake Griffin con 47 puntos. Durant acompañó esa cifra de puntos con 18 rebotes en una noche inolvidable en la que brillaron también Kevin Love y Michael Beasley.
Pocas veces se ve algo igual. El partido Minnesota-Oklahoma City fue una locura individual y también una locura colectiva (victoria visitante por 117 a 118 en la prórroga).
El alero de los Thunder Kevin Durant corroboró su condición de máximo anotador de la NBA en la presente campaña (28,6 puntos) con su partido más estratosférico de la temporada: 47 puntos, 18 rebotes, 2 tapones, 2 asistencias y 2 robos en 50 minutos de juego. Terminó con 15 de 28 en el tiro de campo, 4 de 8 en el triple y 13 de 14 en los libres y una valoración total de 55.
Durant, que sólo tiene 22 años, ya había anotado 40 puntos ante Memphis el 9 de enero y 44 ante Denver el Día de Navidad. Es la segunda vez que el jugador anota 47, su mayor puntuación en la NBA. Además, esos 18 rebotes constituyen su mejor marca reboteadora como profesional. Y encima, anotó una canasta decisiva en el final de la prórroga. Es decir, anoche hizo el partido de su vida.
Love y Beasley
Muchos grados Kelvin de temperatura en la pista del Target Center. Y es que la extraordinaria respuesta de Kevin Durant hizo palidecer el rendimiento de Kevin Love, que hizo un partido monstruoso con 31 puntos, 21 rebotes y 3 triples de 3 intentos.
Love es el rey de los tableros y promedia hasta la fecha 21,6 puntos y 15,7 rebotes. Ha hecho esta temporada 4 partidos de 20-20, otros 2 de 30-20 y uno de 30-30. Algo sencillamente brutal.
Su partido, sin embargo, quedó algo eclipsado por la demostración de Kevin Durant y aún quedó más eclipsado el de Michael Beasley, que con 30 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias apenas ha merecido algún que otro comentario en los medios. Y es que tuvo la mala suerte de ser engullido por la 'Locura Kevin'.