Los aficionados neoyorquinos no caben en sí de gozo. El equipo sigue dando muestras de una entereza y capacidad sobresalientes, cualidades que le dieron para meterle anoche 127 puntos a los Spurs y ganarles el partido. Los 15 puntos de Manu Ginóbili de nada sirvieron.
El partido fue una auténtica locura, sobre todo en la primera parte. Y es que en los primeros 24 minutos se anotaron ¡141 puntos!. El resultado: 72-69. El trío Stoudemire-Felton-Chandler superó con creces al formado por Parker-Ginóbili-Duncan.
Mientras, en Texas, Dallas ganaba apuradamente a Portland con una canasta crucial de Jason Terry a 12 segundos del final y una aportación decisivo de DeShawn Stevenson. Barea anotaba 10 puntos en el triunfo y su alegría contrastaba con la jornada para olvidar de Rudy Fernández, que acabó perdiendo y anotando sólo 2 puntos en unos escasos 17 minutos de juego.
Por último, en Sacramento, dos dominicanos se dieron cita en la pista como rivales. Los Hawks de Horford se llevaron el triunfo ante los Kings de García con ambos jugadores en dobles dígitos anotadores.
New York 128 San Antonio 115
Quinta derrota en el presente curso de San Antonio Spurs. Fue ante los cada vez más pujantes Knicks y tras recibir la friolera de 128 puntos, en el que fue, tal vez, el peor partido defensivo de los texanos en lo que va de campaña. Aunque no hay que desmerecer el partidazo que se marcaron los locales, que desarbolaron por completo el hasta ahora sólido entramado defensivo de Gregg Popovich.
Estos Knicks de Amare Stoudemire cada día llevan un poquito más lejos el extremo ideario del incendiario Mike D'Antoni.. La de anoche fue una propuesta salvaje que caló en el espectador y hundió la merecida fama ganada hasta ahora por los Spurs en defensa.
La primera parte fue una locura, de frenopático. Parcial del primer cuarto: 36-35. Parcial del segundo cuarto: 36-34. Y a vestuarios en el ecuador con un alucinante 72 a 69 en el electrónico, 141 puntos para los ojos de los aficionados.
Pero lo más asombroso del partido de los Knicks no fue que lanzaran 91 tiros a canasta en un juego frenético, sino que con esa rapidez de ejecución anotaran prácticamente el 55% de sus tiros y, lo que es más asombroso, casi un milagro, ¡que perdieran sólo 6 balones con tan celéricas posesiones!. Este dato fue crucial para el triunfo: 9 robos y 6 pérdidas de los Knicks.
El equipo de D'Antoni jugó con ese tipo de rotación corta que es tan del gusto del técnico italo-americano. Una rotación de 8 jugadores en la que 3 se salieron: Wilson Chandler, que batió su registro anotador de la temporada, Amare Stoudemire y Raymond Felton, 2 jugadores que no desfallecen.
Chandler acabó con 31 puntos, 9 rebotes y 13 de 19 en el tiro de campo; Stoudemire añadió 28 con 9 rebotes, 6 asistencias y 11 de 17; y Felton hizo 28 tantos, 7 pases de canasta sin perder un solo balón -tremendo- y 10 de 17. Es decir, el trío produjo 87 puntos con 34 de 53 como serie de tiro de campo. Sensacional rendimiento que valió una victoria.
En los Spurs, el quinteto inicial y George Hill se abonaron a los dobles dígitos ofensivos, pero no fue suficiente. Parker hizo 26 puntos, Blair jugó poco pero estuvo fantástico (17 puntos y 8 rebotes en 18 minutos) y Ginóbili no falló, pero tampoco desequilibró a favor de los suyos. El argentino acabó con 15 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias en 34 minutos.
Lo peor para San Antonio es que Neal no tuvo una noche acertada como es costumbre y Bonner tampoco. Curioso lo de Bonner, que no tiró de 3 y logró su única canasta a través de un mate, jugada extraña en su repertorio.
Los Spurs estuvieron al nivel de los Knicks durante muchos minutos y terminaron con 82 tiros lanzados con un 53,7% de acierto, notable efectividad. Pero al final su mala defensa les perdió, rindiéndose su entrenador algo prematuramente, ya que Popovich retiró a todas sus estrellas a 3 minutos del final cuando su equipo perdía 122-112 y el partido aún no estaba cerrado. Misterios de Popo.
Dallas 84 Portland 81
Si los aficionados de NYC se dieron un atracón, los de Dallas se llevaron una alegría, pero bastante más austera en anotación y espectáculo. Eso sí, estuvo cargada de mayor adrenalina, ya que el partido se decidió en los segundos finales.
Un triple fantástico de Stevenson a 51 segundos del final colocó 4 arriba a los locales (82-78), pero a ese triple le respondió con otro Portland. No fue de la misma factura, pues fue un auténtico churro frontal contra tablero del sobrevalorado (por McMillan) Matthews. Churro o no, Matthews salvó parcialmente a los suyos, a los que colocó a un paso del triunfo (82-81).
Sin embargo, fue el propio Matthews el que quitó a Portland lo que segundos antes le había dado. Defendía el escolta al hombre con balón, Jason Terry, cuando se quedó atrapado en el bloqueo de Chandler y dejó suelto al atacante. Y Terry no perdona: 2 puntos a media distancia y 84-81 a 12 segundos del final. Fue la canasta a la postre decisiva.
Tuvo aún Portland la última bola para empatar. El bueno de McMillan sacó para esa jugada a Mills y Rudy Fernández, dos buenos triplistas, en lugar de Miller, inoperante desde el triple durante toda su carrera, y el pívot Marcus Camby. Pues bien, el triple terminó tirándoselo sobre la bocina LaMarcus Aldridge para no tocar aro. No sabemos cuál era la jugada de la pizarra. Mejor no averiguarlo.
Sin Nowitzki y Butler, los Mavericks sobrevivieron. El equipo de Carlisle se envolvió en un juego colectivo tanto en ataque como en defensa, una propuesta lógica que dio sus frutos. Hubo jugadores que dieron un pasito para avanzar en protagonismo. Terry, por ejemplo, que hizo 18 puntos y la canasta decisiva; Stevenson también, autor de otros 18 y 4 triples, uno de ellos muy importante; o Chandler, que terminó con 14 puntos y 13 rebotes.
El puertorriqueño José Juan Barea fue el cuarto anotador de su escuadra con 10 puntos en 22 minutos, a los que añadió 2 rebotes y 3 asistencias. Su arranque del partido -final del primer cuarto e inicio del segundo- fue excepcional, con un juego rápido, agresivo, atrevido, encarando con facilidad. El explosivo Barea, desgraciadamente, no pudo dar continuidad a ese inicio tan prometedor, pero ayudó a los suyos todo lo que pudo.
En Portland, vuelta a los viejos hábitos. Juego poco atrevido, defensa a muerte, mucho control del juego, poca creatividad, adiós al espectáculo. Aquel par de partidos espectaculares en el mes de diciembre fueron puro espejismo. Aldridge y Camby fueron los mejores visitantes. El primero hizo 28 tantos y 10 rebotes y el segundo se fue a 10 tantos, 20 rebotes y 4 asistencias. El resto, secundarios. Y peor que secundario Rudy Fernández, que estuvo en las antípodas de Barea. Hizo 2 puntos en 17 minutos. Es cierto que no estuvo bien, pero es que... su calvario no ha cesado.
Sacramento 102 Atlanta 108
La buena actuación de Jamal Crawford y el temple de los Hawks en los tiros libres finales (10 de 10 en los últimos 45 segundos) resultaron decisivos para que la franquicia de Atlanta se llevase la victoria en su visita a Sacramento.
Crawford, que promedia 27 puntos en los 3 partidos de la actual gira de su equipo, anotó 31 anoche además de dar 7 pases de canasta a sus compañeros. Le acompañó Joe Johnson, 29, y en menor medida Josh Smith, que se quedó en 14 puntos, pero aportó 11 rebotes y 6 asistencias.
Más discreto estuvo el dominicano Horford, enfrentado anoche a su compatriota Francisco García, que no anduvo acertado en el tiro, 4 de 14, y terminó con 10 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias en 37 minutos de juego.
Dos puntos más anotó García en 27 minutos de juego (2 de 2 desde el triple) con unos Kings que suman sólo 7 triunfos este año y estuvieron liderados por quienes se suponen sus jugadores de futuro, Tyreke Evans, 29 puntos, y DeMarcus Cousins, 24.
Los Hawks lanzaron bastante mejor a canasta que sus rivales, pero perdieron 20 balones por sólo 11 de los locales y al final, se vieron apretados pese a haber disfrutado de 22 puntos de ventaja en el último cuarto. García, Cousins y Evans acertaron desde el triple en los últimos 30 segundos, pero los visitantes consiguieron aguantar el embate del rival desde la línea de tiro libre.