Los Lakers y los Celtics, historia viva de la NBA, mitología de la liga, finalistas del último campeonato, vieron mermar su imagen el Día de Navidad, una fecha señalada que dejó todos sus regalos en el estado de Florida, desde donde Miami y Orlando quieren trazar una nueva NBA.
En el partido más esperado desde que se iniciara la temporada, los Heat de los 'Beach Boys' surfearon a lo grande la gran ola de las costas californianas, nada menos que a los vigentes campeones, los Lakers, y en el Staples Center.
El trío James-Bosh-Wade se impuso al conformado por Bryant-Gasol-Odom, los de Van Gundy defendieron de cine, controlaron a los hombres altos de los Lakers y dominaron el partido con autoridad bajo la estela del triple-doble de LeBron. Los hispanos de la noche: Gasol 17 puntos y 8 rebotes y Arroyo 2 tantos y 4 asistencias, pero el segundo fue el que ganó en el gran partido navideño.
El otro gran envite de la jornada se dirimía en Orlando, donde Magic y Celtics protagonizaron un partido defensivo y reñido hasta que los locales pisaron el acelerador en la recta final. Estos nuevos Magic han sido capaces de ganar de forma seguida a San Antonio -el líder del Oeste- y Boston -el del Este-. Toda una hazaña.
L.A.Lakers 80 Miami 96
No se sabe muy bien cuál de las 2 últimas derrotas de los Lakers en casa, Milwaukee y Miami, ha sido más dolorosa. La primera por inesperada, dado el nivel del rival, y la segunda por psicológica, dada la rivalidad del oponente, han sido duras, muy duras en realidad, pues los Lakers han perdido en casa por 19 y 16 puntos anotando 78 y 80 tantos. Un auténtico desastre.
Tras el fiasco contra los Bucks, los Lakers llegaban a su enfrentamiento con Miami Heat con unos días de descanso y renovados bríos. La primera jugada del partido, un fantástico alley-oop Bryant-Odom, hizo presagiar espectáculo local del bueno, pero fue puro artificio, una pista falsa que creo una errónea expectativa, porque desde el principio se vio que los Lakers iban a sufrir muchísimo en ataque.
El primer cuarto fue un ejemplo notorio. Artest -el defensor de LeBron- duró menos de 3 minutos en pista, los locales vivieron en un permanente colapso ofensivo y el cuarto finalizó con 14-20, es decir, la cifra más baja anotada por los Lakers en un cuarto en toda la temporada. Un dato lo decía todo: Bryant y Gasol no habían anotado en ese primer acto ¡ni un solo punto tras encadenar entre ambos un 0 de 11 en el tiro de campo!. Algo insólito.
Mientras, en Miami ya empezaba a revelarse que su triángulo estelar iba a vivir en permanente actividad con un Chris Bosh en plena emergencia ofensiva desde el principio, jugando a lo grande en un partido grande.
El segundo cuarto fue la confirmación de todo ello. Los Heat siguieron defendiendo de cine y llegaron a superar la decena de puntos de ventaja, Pau Gasol no anotó sus primeros puntos hasta mediado el segundo período, Bosh seguía castigando la zona local y la segunda unidad de los Lakers navegó a la deriva. Descanso, 38-47 para el equipo de Spoelstra con un Bosh tremendo (18 puntos y 8 rebotes en el ecuador) y un James infalible desde el triple (3 de 3). En los Lakers, Kobe y Pau habían mejorado, pero el resto no. Un 36% de acierto en el tiro e imagen pobre de los de Phil Jackson.
Se reanudó el encuentro y todo fue un querer y no poder de los Lakers, que cada vez que se acercaban en el marcador veían cómo los Heat se volvían a escapar con facilidad. Ilgauskas hizo 3 espléndidos tititos a media y larga distancia que hicieron daño, Arroyo logró su única canasta del partido y James comenzó a desatarse, mientras Artest seguía fundido en un mal partido y terminaba perdiendo un balón tonto por no saber botar, una pérdida en la que se llevó por delante al bueno de Magloire, que estaba vestido de calle en el banquillo.
El marcador fue ensanchándose y una canasta de LeBron James puso 16 puntos de por medio (50-66), que no fue la máxima ventaja de los de Spoelstra, pues en algunos momento del último cuarto llegaron a ganar por más de 20.
La excelente circulación y selección de tiro de Miami contrastaba con el atasco ofensivo, huérfano de ideas, de los jugadores angelinos, a los que un parcial de 0-9 jugándose ya el cuarto final les terminó de hundir. Poco después de ese parcial decisivo, Dampier anotaba el 70-91, máxima ventaja del choque y los Lakers tocaban fondo.
En definitiva, partido excelente de Miami Heat que dominó con su fantástico 'big three': LeBron James firmó un triple-doble con 27 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias, a los que añadió 4 robos y un 5 de 6 en el triple, Bosh acabó con 24 tantos y 13 rebotes tras un brutal primer tiempo y Wade sumó 18 puntos y 6 asistencias, aunque no estuvo fino en el tiro.
Mientras, en los Lakers, Bryant hizo 17 tantos y 7 asistencias, Pau Gasol añadió 17 con 8 rebotes y 3 pases de canasta en 37 minutos (0 de 7 en el primer cuarto y 8 de 10 en el tiro en el resto del partido) y Odom se quedó en 14 y 9 rebotes. El trío estelar local sumó 48 puntos, 23 rebotes y 12 asistencias, que no está ni bien ni mal, pero es que el trío rival se fue a 69-29-18, que es otro nivel.
La clave del partido estuvo en las estrellas, pero sobre todo en la enorme defensa de Miami, especialmente en su capacidad para parar a los hombres altos locales (Gasol, Odom y Bynum) y ahí hay que poner un 10 a jugadores como Ilgauskas, Dampier y Anthony.
En las filas de Miami, Arroyo acabó con 2 puntos y 4 asistencias en 19 minutos, aunque erró 3 triples, faceta ésta en la que está en lo más alto de la NBA. Especial decepción local con jugadores como Artest, Barnes, Blake o Brown, que no funcionaron bien. Y triunfo, a todas luces, justo de estos Heat que parecen cada día más equipo y, por lo tanto, más imparables.
Orlando 86 Boston 78
Los Magic salieron como un tiro en el Amway Center: 13-0 el parcial inicial con un Turkoglu encendido. Pero fue dar ese bofetón de salida a los Celtics y perder pie, como si murieran de éxito de forma inmediata. A partir de ese 13-0, Orlando se situó apenas en el 20% de acierto en el tiro y terminó perdiendo la primera parte 36-46 ante unos Celtics crecidos.
Orlando alcanzó el descanso con un 32% en el tiro y siendo incapaz de detener la avalancha de juego de Paul Pierce, que llegó al ecuador del encuentro con 16 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias.
Arrancó el tercer cuarto y se le acumularon los problemas a Van Gundy. Dwight Howard cometía 2 faltas estúpidas y se tenía que ir al banquillo con 4 personales transcurridos apenas 3 minutos del tercer cuarto. La estrella local estaba perdida, pues en toda la primera parte no había metido ni una sola canasta en juego. Y es que al inicio del tercer cuarto Howard llevaba 1 punto, Nelson 2 y Richardson otros 2. Ysumaban entre todos 2 de 16 en el tiro.
Por aquellos momentos, en pleno tercer cuarto ya, empezaba a aflorar la calidad de Garnett, la capacidad e instinto de Glen Davis y Ray Allen anotaba su triple 2.500 en la NBA, aunque tuvo una muy mal partido en líneas generales.
En un abrir y cerra de ojos, Rivers y Pierce recibían sendas faltas técnicas -en ambas estuvo Turkoglu por el medio- y Orlando empezó a animarse bajo las arengas descarnadas de su entrenador y ante la atenta mirada del golfista Tiger Woods, que estaba en la grada.
Pero lo mejor para Orlando no llegó hasta el cuarto final, en el que dio un auténtico repaso a Boston (29-14) y decidió en una gran recta final en la que despertó un apagadísimo Nelson para hacer compañía al hombre del partido, Brandon Bass.
Una canasta de Bass y un triple de Nelson empataron el partido a 77 con menos de 2 minutos en juego y otro triple de Nelson adelantaba a los locales poco después (80-77). Un canastón de J.J.Redick a 43 segundos del final y 2 tiros libres del propio Nelson a 24 segundos remataron la victoria local, basada en un final de partido espléndido.
En definitiva, victoria local en un partido con un perfil más de playoff que de temporada regular. Y es que hubo mucha defensa, defensas ásperas y rudas, permisividad arbitral, porcentajes de tiro bajos (menos del 40% ambos conjuntos)... y Orlando que gana de forma consecutiva a San Antonio y Boston (¡los Celtics llevaban 14 victorias consecutivas!).
Brandon Bass fue el mejor local con 21 puntos y 9 rebotes, Turkoglu hizo 16 tantos y 4 triples tras un gran comienzo, Anderson y Redick aportaron desde la banca y Nelson anotó 8 de sus 12 puntos en los 3 últimos minutos. Y los Magic ganaron a pesar de que Howard hiciera 6 puntos (eso sí, 11 rebotes y 5 tapones), Richardson sumara 5 y Arenas, otros 5.
En los Celtics, demasiadas fallas. Nate Robinson, espantoso como base y como tirador (2 de 15), Ray Allen en una mala noche (3 de 13), Shaquille O'Neal haciendo 6 faltas en 13 minutos y Jermaine O'Neal regresando al juego tras su lesión para hacer 4 faltas en 10 minutos. Los mejores célticos, Garnett (22 puntos y 4 robos), Pierce (18 puntos y 8 rebotes), aunque desapareció en la segunda mitad, y Davis (16 y 8 rebotes). Y los Celtics que perdieron, eso sí, dejando una imagen bastante menos negativa que los Lakers.