La reciente operación de traspaso entre Orlando y Phoenix ha disparado la rumorología y son muchos los analistas que se han lanzado a especular sobre la posible salida de Steve Nash de la franquicia de Arizona como próximo movimiento. Robert Sarver, dueño del equipo, lo niega.
Lo dijo claramente cuando se le preguntó sobre ello en ESPN. “Esta operación no tiene nada que ver con Nash. No tenemos intención de traspasarle”, aseguró Sarver, al que las especulaciones sobre el futuro del base le parecen ridículas.
Pese a que desde la franquicia se asegura que el único objetivo del intercambio que envió a Richardson, Turkoglu y Clark a Orlando era el de reforzar el juego interior y la defensa del equipo, muchos lo han visto como el primer movimiento de una posible reconstrucción, toda vez que la operación ha permitido a los Suns desprenderse de 2 de sus contratos más gravosos, los de Richardson y Turkoglu.
A cambio, han recibido el millonario contrato de Carter, pero el escolta sólo tiene garantizados 4 de los más de 18 millones de dólares que debería ganar el año que viene y se da por seguro que los de Arizona le cortarán este verano.
Desde ese punto de vista, parecería lógico que el siguiente movimiento fuera traspasar a Nash, su activo más valioso en estos momentos y por el que más de un equipo con aspiraciones estaría dispuesto a ofrecerles todo lo necesario para poder rediseñar el equipo, es decir, espacio salarial, elecciones de draft y algún jugador joven con proyección.
Sin embargo, desprenderse de Nash significaría hacerlo de todo un símbolo para la afición de Phoenix, de un jugador idolatrado al que la mayor parte de los seguidores de los Suns querrían ver retirarse con la camiseta de su actual equipo y del único hombre capaz por sí solo de atraer al público al US Airways Center.
Nash es además, por todas esas razones y más, el jugador preferido de Sarver, por lo que no parece que nadie, dentro de los Suns, se plantee su traspaso. Aunque en la NBA, todo puede pasar.