Fue una emotiva, sentida y calculada ceremonia la celebrada anoche en el Staples Center como prolegómeno del partido Lakers-Rockets. Y tal vez fue la propia ceremonia la que tuvo descentrado al equipo durante tres cuartas partes del encuentro, aunque acabara ganándolo.
Todo empezó con un vídeo en el que se repasó la magnífica trayectoria del equipo de púrpura y oro la pasada campaña y a continuación las luces enfocaron el centro de la cancha, dominada en esos momentos por el Comisionado de la NBA, David Stern, y el entrenador local, Phil Jackson.
Pero no fue Stern el que entregó el anillo a Jackson, que acumula ya 13 como entrenador y jugador, sino Jeanie Buss, Vicepresidenta Ejecutiva de los Lakers, hija del propietario y pareja del propio Jackson. Parecía una escena bien romántica. Al instante, el técnico de Montana se hizo con el micrófono para dirigir unas palabras al público que llenaba el pabellón.
Cadena humana
A partir de ahí todo funcionó a modo de cadena humana. Phil Jackson presentó a Luke Walton, el primer jugador en recoger el anillo y tomar la palabra; Walton dio paso a Odom con idéntico ritual; Odom hizo lo propio con Artest, que estaba como niño con zapatos nuevos ante su primer anillo... Y a Pau Gasol le presentó Andrew Bynum, que aseguró que el español es el mejor hombre alto de la NBA.
Así hasta que el último anillo reposó en el dedo de Kobe Bryant, que con Fisher acumula ya 5. La estrella del equipo californiano tuvo palabras de elogio para el propietario del club, Jerry Buss, que también tuvo su anillo.
A continuación, el estandarte que anuncia el nuevo título de los Lakers se puedo ver en lo alto del pabellón. Ya son 16 títulos, tantos como diamantes lleva el anillo entregado anoche, precisamente en conmemoración de cada campeonato.
Hasta 60 anillos se repartirán entre jugadores, técnicos, propietarios y cargos directivos del club. Y es que la familia Laker está feliz.