El máximo ejecutivo de la NBA, David Stern, anda estos días muy activo en sus charlas con los medios de comunicación a la hora de exponer cuál es la postura de la liga en las negociaciones que se llevan a cabo con los jugadores sobre el futuro convenio salarial y parece una postura dura.
Con esta publicidad, Stern, hábil y experto negociador, parece intentar presionar un poco más a los representantes de los jugadores y de paso, tantear la reacción que podrían tener medios y aficionados ante algunas de las medidas propuestas y es que, algunas de ellas son cuando menos llamativas.
Por de pronto, ya se ha extendido el rumor, matizado por el propio Stern, de que la liga podría reducir el número de equipos que participan en ella, algo que, según el comisionado, sólo ocurriría si no se consigue un acuerdo que reduzca los salarios de los jugadores, ya se sabe, eso tan de moda en estos tiempos de crisis de “si no os bajáis el sueldo, igual hay despidos”.
Una postura dura de partida
La bajada en los emolumentos de los jugadores que plantea la liga no es precisamente pequeña, nada menos que el 30%, es decir, cerca de 800 millones de dólares de los 2.100 que, según sus cuentas, se gastan anualmente los equipos en salarios y beneficios de los aproximadamente 450 jugadores que participan en la competición.
Una postura muy dura que puede llevar a un bloqueo de la negociación y quién sabe si, en el peor de los casos, a un cierre patronal y suspensión de la competición el año que viene. Aun así, Stern, que lleva una docena de convenios negociados a sus espaldas, se muestra optimista y cree habrá tiempo para llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas partes.
La liga busca reducir costes reduciendo la duración máxima y la garantía actual de los contratos, tanto de novatos como de veteranos, reduciendo salarios mímimos y, sobre todo, máximos y eliminando buena parte de las excepciones salariales que ahora mismo permiten a los equipos pagar por encima del tope salarial, haciendo éste mucho más rígido.
En todo caso, como en toda negociación, parece que tanto lo mucho que quiere conseguir la liga, como lo poco que quieren ceder los jugadores, según sus posiciones iniciales, obligará a ambas partes a ceder para llegar a un acuerdo. Un acuerdo que, por el bien de la competición y de sus aficionados, esperemos que pueda lograrse lo antes posible.