Haber formado parte de la plantilla de un equipo campeón no es garantía ni mucho menos de encontrar trabajo en la NBA y si no, que se lo digan a Didier Mbenga. El pívot congoleño con pasaporte belga ha conseguido a última hora y a duras penas un hueco en los Hornets.
Esta misma semana el jugador, que estuvo a punto de fichar con los Nuggets durante el verano, participaba en un entrenamiento con el equipo de Nueva Orleans tras el cual los Hornets decidieron hacerle una oferta cuyos términos no se han hecho públicos, pero que es de esperar que esté condicionada a su rendimiento en lo que queda de pretemporada.
Mbenga, un pívot grande pero con muy escasas cualidades ofensivas, ha jugado 6 temporadas en la NBA, las últimas 2 y media con los Lakers. Pero lo cierto es que su participación en el equipo californiano ha sido marginal a lo largo de estos años, de ahí que los Lakers decidieran no renovarle este verano.
Su caso es parecido al de un hombre de mucho mayor potencial, Adam Morrison, otro de los descartes de los campeones, que anda estos días tratando de ganarse un puesto en los Wizards para, a partir de ahí, intentar levantar lo que en principio era una prometedora carrera, fue el número 3 del draft de 2006, que cayó en picado tras la lesión que le impidió jugar en la que hubiera sido su segunda temporada como profesional, la 2007-08.