Todo un trotamundos del baloncesto, el base Anthony Goldwire, iniciará este año una nueva etapa profesional tras ser contratado como asistente de Scott Skiles en el banquillo de los Milwaukee Bucks. Sustituye a Adrian Griffin, ahora en los Bulls.
Goldwire es un viejo conocido de la afición española y de muchas otras, pues no en vano su carrera como jugador le ha llevado a recorrer medio mundo incluida su presencia en 8 temporadas diferentes en la NBA, donde no consiguió nunca estabilidad.
Empezó su carrera profesional en los Yakima Sun Kings de la CBA y en la temporada 1996-97 consiguió por fin dar el salto a la NBA, primero a Charlotte y luego a Denver, equipo en el que llegó a ser una presencia importante con 32 apariciones en el quinteto titular en su tercera temporada en la liga.
Aun así, no encontró sitio en la NBA en 1998 y optó por dar el salto a Europa aprovechando el buen nombre que le proporcionó su última temporada con los Nuggets. Jugó con el Olympiacos griego y en la temporada 1999-2000 recaló en el FC Barcelona, donde permaneció una única campaña.
Un recorrido interminable
De ahí regresó a los Estados Unidos, pero no a la NBA, sino a la estrambótica refundación de la ABA, eso sí, antes de que esa liga menor terminara convertida en un esperpento, lo que le permitió breves apariciones, con contratos en muchos casos eventuales, durante los años siguientes en los Nuggets, Spurs y Wizards.
En 2003, vuelta a Grecia, al Aris de Salónica, para terminar de nuevo en la CBA y volver a tener fugaces pasos por Minnesota, New Jersey, Detroit y Milwaukee, el equipo a cuyo banquillo ahora regresa y en el que llegó a jugar 20 minutos de media en 24 partidos de la temporada 2004-2005.
Aún jugaría varios partidos con los Clippers en 2006 antes de despedirse definitivamente de la NBA y regresar al baloncesto griego y ruso en las siguientes temporadas para finalizar su largo y accidentado periplo baloncestístico en 2009, nada menos que en la cuarta división española, la LEB Bronce, en las filas del Girona, club ACB descendido por sus problemas económicos.
Allí coincidió con toda una institución del baloncesto español, Darryl Middleton, mentor deportivo y compañero de entrenamientos veraniegos de Marc Gasol, con el que compartió vestuario precisamente en Girona, y aun activo a día de hoy a sus 44 años. Fueron los últimos coletazos de una vida deportiva larga, inestable y llena de mudanzas.
Ahora, con 39 años recién cumplidos y tras haber colaborado como asistente con los Suns en las ligas de verano, Goldwire inicia una nueva trayectoria profesional, quien sabe si también nómada, en los banquillos. Primera parada: Milwaukee.