Ésta era, sin duda, una de las opciones soñadas por David Stern y la NBA (la otra era enfrentar a James y Bryant en una final). Y es que la reedición de la final de 2008 entre los dos equipos más laureados de la historia, Lakers y Celtics, no puede dejar a nadie indiferente.
Por mucho que se tengan, por fuerza, que establecer paralelismos, las circunstancias no son las mismas en 2010 que en el año 2008, cuando los Celtics pasaron por encima en el sexto partido a los Lakers ganándoles por 39 puntos y dejando en evidencia a todo un equipo y a todo un staff técnico, por mucho que entonces poco se hablara del baño que también dio desde el banquillo Rivers a Jackson.
Las circunstancias son distintas porque los Lakers han crecido mucho desde entonces como equipo, si bien su segunda unidad sigue siendo un serio quebradero de cabeza para Phil Jackson. Aunque algunas cosas no han cambiado: el joven Andrew Bynum vuelve a llegar a una final -y es la tercera- casi desaparecido por su físico. Todo parece indicar que nuevamente Bynum dejará desamparado en la pintura a Pau Gasol y que Lamar Odom deberá de nuevo agarrar la sartén por el mango en su sustitución.
Factor cancha para los de L.A
Esta vez, el factor cancha pertenece al equipo angelino, si bien este factor cancha puede resultar poco decisivo si se tiene en cuenta el modo tan maravilloso en que los Celtics están jugando fuera de su feudo. Y es que no cabe duda que si en algo ganan los bostonianos en este duelo es en capacidad de pegada, en contundencia cuando llegan los momentos cruciales.
Pero bueno, tener el factor cancha a favor siempre es un elemento positivo, por mucho que de nada les haya servido a Cleveland y Orlando ante el renacimiento como equipo de estos Celtics que recuerdan en muchos aspectos a los Celtics de 2008, aunque con sensibles matices procedentes de la suplencia, el crecimiento de Rondo y la pérdida de fortaleza de Kevin Garnett, que aún así sigue siendo un jugador importante.
Estamos hablando de los 2 mejores equipos de la historia de la NBA. Boston suma 17 títulos, Los Ángeles llevan 15, y entre ambos han ganado más de 50 títulos de Conferencia. Los 2 últimos campeonatos son suyos (Celtics 2008, Lakers 2009). Pero hay un elemento estadístico de indudable valor para los analistas: en las finales de enfrentamiento directo, los bostonianos tienen un balance sensiblemente superior al de los angelinos. No hay color en ese aspecto.
Venganza controlada
Algunos medios, casi todos para ser sinceros, hablan ya de la gran revancha, de la incontenible venganza, que se apoderará en las próximas horas del ánimo de los Lakers, extremadamente dolidos por esa derrota por casi 40 puntos que dio el título de 2008 a Boston. Los jugadores californianos, sin duda, la tienen en mente y han de jugar con ella convenientemente.
En este sentido, Gasol ya ha avanzado que deben jugar con sentido de la revancha, pero que ese sentimiento deberá ser controlado para no pasarse de frenada. Ahí, en ese freno, deberá jugar un papel decisivo el entrenador, Phil Jackson, auténtico maestro en dirigir a sus chicos, en mentalizarles, en reorganizar sus mentes de cara al juego.
Los Lakers le tienen muchas ganas a los Celtics -parece que el título del pasado año no era más que un capítulo de aprendizaje de cara a esta gran prueba-, pero su deseo de venganza debe reconducirse convenientemente y para ello puede jugar un papel importante las doctrinas orientales tan del gusto del 'Maestro Zen'.
Por de pronto, ya salen noticias que apuntan a un elemento fundamental: el equilibrio mental. Jackson empieza metiendo presión a Gasol, algo positivo, en su enfrentamiento con Garnett, asegurando que es uno de los puntos claves. Y la prensa, alguna prensa, conociendo la fragilidad que muestra a veces Odom en su concentración ya ha publicado que su mujer está embarazada, cuestión que Lamar ha negado tajantemente. ¿Casualidad la publicación de la noticia horas antes del primer partido de la serie?. No lo creo.
Jugadores tocados
Otro aspecto que habrá que tener en cuenta en una serie que se promete larga (todos los analistas prolongan la final a 6 ó 7 partidos) será el físico de los equipos.
Por de pronto, los Lakers se encuentran nuevamente con el lastre de Bynum. El pívot titular de los angelinos vuelve a afrontar una final sin garantía alguna, con la rodilla maltrecha. Sus playoffs están siendo un cero a la izquierda. Menos mal que está Odom para partir raudo y veloz desde la segunda unidad.
La otra duda físico angelina era la de Kobe Bryant, pero viendo su rendimiento en los últimos partidos esa duda está sellada. Kobe está a tope y se ha mostrado al nivel del mejor Jordan en las últimas citas.
En los Celtics, Rondo y Wallace, 2 jugadores muy importantes para la dinámica del equipo, están tocados, pero las últimas informaciones hablan de que estarán listos para afrontar las finales.
LOS DUELOS POR POSICIONES
Bases: Fisher-Rondo
Duelo importante, sin duda. Hoy por hoy, Rondo es muy superior a Fisher. Su joven pujanza contrasta con la equilibrada experiencia de un Fisher en retirada física.
Pero cuidado, tras las críticas por su discreto inicio de postemporada, Fisher ha firmado algunos excelentes partidos. Y ha vuelto a demostrar que en los momentos calientes es un hombre que no se esconde y que puede dar un título con su muñeca firme.
En cuanto a Rondo, tremendo su rendimiento en la temporada. Va a más. Este jugador hace de todo. Dirige con sapiencia, rebotea, pasa, defiende, anota cuando hay que anotar. Los Lakers deberán cortar el grifo Rondo.
Escoltas: Bryant-Ray Allen
Estamos hablando de duelos por posiciones, lo que no quiere decir que los jugadores nombrados se emparejen defensivamente. He aquí un duelo de clásicos pleno de estilismo. Pura filigrana, puro disfrute para el ojo.
Bryant ha demostrado en los últimos partidos que está al nivel del mejor Jordan, y eso son palabras mayores. Ha dejado de lado sus lastres físicos y sólo piensa en derrotar a estos Celtics que tanto daño le hicieron hace 2 años. Pero es Kobe uno de los mayores peligros para su propio equipo. Si no sabe dirigir su juego hacia el equipo y se da a la decisión ególatra y la venganza solitaria, su equipo está perdido. Hasta la fecha estamos viendo al Bryant más pasador y generoso que se recuerda. Que siga así ha de ser un seguro de vida para los Lakers.
Mientras, Ray Allen es Ray Allen. A pesar de sus años, Allen puede en un partido liártela parda con sus movimientos perfectos a cámara lenta y su exquisita muñeca. No se muestra, a veces, demasiado regular, pero es un peligro desde el perímetro y lo seguirá siendo hasta que se retire.
Aleros: Artest-Pierce
Surge aquí una de las grandes novedades de la final con respecto a 2008: la presencia de Ron Artest en lugar de Trevor Ariza.
Artest debe ser una pieza más importante de lo que algunos puedan pensar. Su espíritu defensivo está fuera de cualquier duda y su intensidad bien le habría venido a los Lakers hace un par de años. Sin embargo, ha flaqueado mucho a nivel ofensivo. Una fragilidad que ha superado en los últimos momentos. A partir de esa canasta sobre la bocina que dio el triunfo a los suyos sobre los Suns. Y puede seguir creciendo.
Por lo que se refiere a Paul Pierce, poco que decir. Que volverá a ser decisivo, para bien o para mal, tal y como lo fue en 2008, cuando lo bordó ante el equipo de su estado natal, California.
Pierce es un jugador de una clase indudable que se crece en los grandes momentos. Un ganador nato.
Ala-Pívots: Gasol-Garnett
He aquí uno de los duelos claves de la serie, como ya ha apuntado Phil Jackson y bien sabe Doc Rivers.
Pau Gasol ha crecido mucho dentro del equipo desde la debacle de 2008 y ya sólo los analistas tontos, muy tontos, discuten su dureza (algunos estadounidenses de prestigio aún inciden sobre el tema). Lo cierto es que si Gasol pierde su duelo con Garnett, no creo que sea por falta de dureza. Si no, que se lo digan al hercúleo Howard el año pasado. Esa fue la prueba de fuego del español.
Hoy por hoy, el español es superior al norteamericano. Garnett sigue siendo el pegamento necesario para que Boston juegue como un conjunto, pero en lo individual va perdiendo fuelle conforme su físico decrece por culpa de los años.
Gasol, por el contrario, ha fortalecido notablemente su físico desde la derrota con los Celtics a base de gimnasio. El resto de su juego sigue igual. Y ahora atesora 3 años de éxitos con su equipo, en el que sólo llevaba unos meses cuando llegó la final de 2008.
Pívots: Bynum-Perkins
Una incógnita. Y una lástima para los Lakers, ya que en este duelo particular su superioridad sería evidente si la rodilla de Bynum estuviera sana. Pero estando como está...
Perkins es un jugador de complemento que aprovecha muy bien la focalización de las defensas en el resto de sus compañeros de primera unidad, pero poco más.
Las segundas unidades
Finalizamos este análisis previo de las finales de 2010 con los suplentes de ambos equipos, en los que resaltan 2 hombres de notable experiencia y trayectoria: Lamar Odom y Rasheed Wallace.
Odom hará más de titular que de suplente viendo como está Bynum; Wallace puede ser un estilete fundamental en algunos partidos y su trabajo defensivo puede ser muy importante en el poste, porque Garnett ya no parece estar para cargar con tanto trabajo como el que se le viene encima.
Por lo demás, los Lakers han visto crecer a jugadores de segunda unidad como Brown y Farmar, pero siguen viendo decrecer a Vujacic. Walton no ha tenido continuidad por sus problemas físicos y los hombres altos -Powell y Mbenga- no parecen una gran garantía para tan alto compromiso. Y es que la segunda unidad de los Lakers sigue sin estar a la altura de las circunstancias estelares que le rodean.
Por lo que respecta a la de los Celtics, por nombres es muy superior, aunque algunos nombres se han quedado por el momento en solo eso. Me refiero a jugadores como Finley o Robinson -aunque éste resucitara a última hora ante Orlando-.
La lista de suplentes de los Celtics es muy seria y puede desequilibrar la contienda: Wallace, Tony Allen, Davis, Finley, Robinson, Daniels. Nada que ver con los Lakers, sobre todo en el aspecto mental. Cuidado con la diferente dureza mental de los suplentes de uno y otro equipo.