Susto grande el que se llevaron ayer lunes el cuerpo técnico y la plantilla de Atlanta Hawks cuando abandonaban en autobús el pabellón Philips Arena, donde acababan de entrenar. Al poco de partir, un vehículo se estrelló contra el autocar sin que se produjeran heridos en el accidente.
El golpe fue grande y la peor parte, claro está, se la llevó el coche, cuya conductora aseguró que tuvo un problema con los frenos que le llevó a empotrarse contra el autobús.
En el coche, que quedó bastante dañado en su parte frontal, viajaba una mujer con un niño de corta edad, según publica el Milwaukee Journal Sentinel.
El entrenador de los Hawks, Mike Woodson, que viajaba en la parte delantera del autobús, pudo ver perfectamente la colisión y fue uno de los primeros en bajar a la calle para asistir a los ocupantes del coche siniestrado.
En el autobús, que sufrió una abolladura en su costado, se desplazaba todo el equipo de Atlanta, incluido el dominicano Al Horford.
Tras la colisión, los jugadores tuvieron que abandonar el lugar del accidente en varios taxis.