Fue la noche de Don Nelson. Desde ayer, el entrenador con más victorias en toda la historia de la NBA: 1.333. Mientras, las 2 grandes estrellas argentinas de la liga vivieron días opuestos: Scola brilló y ganó con los Rockets y Ginóbili estuvo gris y los Spurs perdieron.
Sí, Manu Ginóbili es humano. Su humanidad, junto con la de Duncan y la baja forma física todavía de Parker, hizo que San Antonio fuera un equipo mucho más vulnerable en su visita a Phoenix.
También fueron más vulnerables los Jazz en su viaje a Houston tras la paliza física que se habían metido pocas horas antes frente a los Thunder. En Texas, Brook, Martin y Scola pudieron con ellos. El argentino anotó 24 puntos.
Mientras, Nelson hacía historia en la fría Minnesota y su jugador Stephen Curry flirteaba con el cuádruple doble.
Houston 113 Utah 96
El cansancio acumulado por Utah en su partido con prórroga ante Oklahoma City pesó en el equipo y, especialmente, en sus hombres más importantes. Ni Boozer, ni mucho menos Williams, fueron los jugadores resolutivos de la noche anterior, una orgia de 279 puntos en la que todos se lo pasaron pipa.
Esta vez fue diferente. Houston salió aplicado en defensa y se fue al descanso con un 60-46, una cómoda ventaja que consolidó en el tercer cuarto hasta terminar ese tercer acto 19 puntos arriba (96-77).
La diferencia entre ambos equipos radicó en los distintos niveles defensivos, el acierto desde el perímetro de unos -los Rockets con 10 de 19 triples- y el desacierto de otros -los Jazz con 3 de 15-, pero sobre todo estuvo en el pésimo control de los mormones de sus posesiones, un lastre imposible de superar, pues perdieron 26 balones. Una barbaridad.
Los locales basaron su potencial ofensivo en un trío que ya se está haciendo clásico y que llevaba ya bastantes jornadas sin funcionar al unísono: Brooks, Martin y Scola.
El base anotó 28 puntos en solo 27 minutos tras encestar 5 de sus 8 intentos triples y lanzar en esos 27 minutos 22 tiros a canasta; Kevin Martin hizo otros 28; y el argentino Luis Scola volvió a lucirse con 24 tantos, 5 rebotes, 2 asistencias y 2 robos en 32 minutos bien productivos en los que logró 9 de sus 14 tiros dobles. El cuarto hombre fue Chuck Hayes, imparable en el rebote toda la noche hasta capturar 18 rechaces.
Mucho menos inspirado que todos ellos estuvo Trevor Ariza, que en un partido más bien mediocre acabó con 7 tantos y 4 asistencias en 26 minutos. Y Adelman, técnico local, alcanzó la nada despreciable cifra de 900 victorias.
Lo de Utah fue bien distinto. Boozer funcionó a medias -18 puntos y 11 rebotes-, Deron Williams no fue ni por asomo el mismo que la noche anterior, cuando anotó 42 puntos, y tuvo que conformarse con 12 y con dar las mismas asistencias -7- que balones perdió -otros 7-. Wesley Matthews, que tan bien venía jugando, no anotó en 27 minutos y el turco Okur se retiró lesionado en el tercer cuarto y ya no regresó. En realidad, el mejor de los de Sloan fue Paul Millsap con 13 tantos y 11 rebotes. El equipo no dio más de sí.
Phoenix 112 San Antonio 101
Parón de Ginóbili en su juego, parón de los Spurs en cuanto a resultados. San Antonio detuvo sus máquinas y se complica la vida, ya de por sí complicada en el Oeste.
Y es que un repaso a la clasificación occidental produce vértigo. Ahora mismo, sexto, séptimo y octavo clasificados -Portland, San Antonio y Oklahoma City, respectivamente- están empatados con 48 triunfos y 30 derrotas a falta de 4 partidos para el final. Una igualdad que también se traslada a la parte superior de la clasificación, donde el segundo, tercero y cuarto llevan un balance de 51-27 y el quinto está en 51-28.
Por eso, cada partido es una final. Y la final de ayer la perdió San Antonio porque su 'big three' no estuvo. Entre Parker, Ginóbili y Duncan sumaron 34 puntos. El francés hizo 10 porque todavía no está a punto físicamente, Duncan fue el mejor de ellos con 14 tantos y 7 rebotes, pero no pudo dar un paso al frente y Ginóbili demostró que es humano... y su cuerpo descansó.
Terminó Manu con 10 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias en 32 minutos, nada que ver con sus últimas heroicidades. Y estuvo especialmente negado desde la línea de 3: 0 de 5 desde más allá del arco.
En su lugar, aparecieron otros hombres como Mason -18 tantos- o Jefferson -17-. Pero no es lo mismo.
El equipo perdió 18 balones y falló demasiados tiros libres -17 de 28-, aunque se comportó excelentemente en los tableros capturando 20 rebotes ofensivos. Mas nunca estuvo en línea de victoria.
Los Suns sí lo estuvieron, liderados por Stoudemire -29 puntos y 8 rebotes-, Richardson -20 tantos- y Nash -18 con 12 asistencias-. A los que se unió el veterano y efectivo Grant Hill -17 tantos y 8 rebotes-.
La noche de Nelson
Fue, sin embargo, la noche de Nelson. El técnico de los Warriors logró su victoria número 1.333 en la NBA y ya es el entrenador que más triunfos acumula si se repasa la historia de la competición, y eso que no ha ganado título alguno.
Ganaron los Warriors en Mineápolis por 107-116 y le dieron ese regalo a su entrenador, que vivió su pequeño homenaje con total tranquilidad dado que su equipo dominaba al inicio del último cuarto por 21 puntos en el Target Center.
Los californianos anotaron el 56% de sus tiros, repartieron 33 asistencias y tuvieron a 2 jugadores estelares en otro partido afrontado con lo puesto debido a las lesiones. Esos 2 hombres fueron Anthony Tolliver (34 puntos y 8 rebotes) y el novato Stephen Curry, que se acercó al cuádruple-doble con 27 tantos, 14 asistencias, 8 rebotes y 7 robos de balón.
En los Wolves, Flynn y Gomes hicieron 19 puntos y Love sumó 17 con 18 rebotes.