Sergio Rodríguez debutó como base titular de los Knicks y las cosas no le pudieron ir peor a su equipo, que perdió ante Milwaukee tras quedarse en su peor anotación de la temporada -67 puntos-. Al menos, el base canario se salió en el capítulo defensivo al robar 8 balones.
Se trata de la cifra mayor de recuperaciones de la presente temporada, empatada con un par de jugadores más, y de el mayor número de robos de balón de un Knick en los últimos, al menos, 25 años, pero ese fantástico dato no quita hierro al horrible encuentro ofrecido por los neoyorquinos, cuyos jugadores jugaron de forma inconexa y sin sentido.
Gran defensa de los Bucks con un espectacular Bogut. Y Delfino a lo suyo, haciendo poco a poco camino, y del bueno, en la NBA.
Dallas, por su parte, ganó a Indiana Pacers, que no pudo contar con Granger. Nájera y Barea tuvieron papeles oscuros, sobre todo el segundo.
New York 67 Milwaukee 83
Los grandes campeones de la historia de los Knickerbockers -los Reed, Frazier o Bradley- debieron anoche taparse los ojos para no saber al juego que son capaces de llegar los actuales Knicks.
La franquicia neoyorquina rendía ayer homenaje en el descanso al equipo que ganó 2 títulos de la NBA porque se conmemoraba el 40 aniversario de la consecución del primer anillo. Allí estaban enfundados en sus chándales algunos hombre, ya mayores, que han sido historia de los Knicks y del baloncesto mundial. Y tuvieron que asistir a la peor versión que se recuerda de su equipo. Al menos, en ataque.
Saltó Sergio Rodríguez como base titular del equipo de D'Antoni, que parece haber condenado ya a Duhon, que ha pasado de la titularidad al ostracismo. Y al español le suplieron como armadores Eddie House y, por momentos, Tracy McGrady. Ninguno dio con la diana en la organización del juego. Algo normal, dado el suicidio técnico de los locales.
Porque los 3 encargados de subir la bola son nuevos en el equipo y no han podido entrenar ni un solo día los sistemas de D'Antoni. El resultado: un ataque deslavazado, sin sentido, en el que unos jugadores se molestaban a otros, en el que nadie sabía a quién ni dónde bloquear. Un caos y descoloque tal, que terminó afectando no sólo a la efectividad en ataque, sino también a un campo tan sensible como es el rebote, donde los locales nunca estuvieron en el sitio.
Los datos hablan por sí solos. Peor puntuación neoyorquina de la temporada -67 puntos- (¡26 en la segunda parte!), 33,8% en el tiro de campo con 5 de 24 triples, nulo poder asociativo (10 asistencias) y, encima, varapalo en los tableros -35 rebotes por 61 del rival-. La conclusión no fue otra que los abucheos continuos desde la grada en la parte final del choque. Pero habrá que tener paciencia. Sería injusto, sin duda, valorar ahora este desastre, dadas las circunstancias.
Lo que sí parece claro es que, a diferencia de hace 1 semana, ahora no todos los jugadores tienen claro cuál es su papel en la pista, ni su grado de importancia en el sistema... y también parece obvio que McGrady y Gallinari no encuentran sus respectivos sitios, y el italiano es uno de los grandes damnificados por ahora.
Al otro lado de la cancha, un equipo, el de Skiles, con las ideas muy claras. Un conjunto, Milwaukee, que defendió de cine y no precisó de un notable Jennings, porque para eso ya tuvo en la zona a un tremendo Bogut, que hizo un boquete a Lee y compañía con 24 puntos, 20 rebotes y 5 tapones (14 tantos y 9 rebotes en un prodigioso primer cuarto).
Mbah a Moute le complementó con 11 puntos y otros tantos rebotes, Salmons aportó 15 y estuvo aplicadísimo en defensa sobre T-Mac, que fue de más a menos, y Delfino, al que las faltas le perjudicaron en el tercer cuarto, sigue a su ritmo: 10 puntos, 7 rebotes y 3 robos en 36 minutos, aunque no anduvo fino en el tiro doble.
Al otro lado, poco o nada. McGrady fue el máximo encestador con 15 tantos y Lee -también perjudicado por las faltas- hizo 12 y 13 rebotes, aunque defendió de pena. Eddie House se mostró muy errático, perdiendo fuelle según avanzaba el partido, y Gallinari y Chandler rozaron el desastre total.
En cuanto a Sergio Rodríguez, extraño partido del 'Chacho'. Fallón en el tiro (2 de 8 para 4 puntos), aceptable en su defensa ante Jennings y Ridnour y estrambótico en su relación asistencias-robos, que se invirtió de forma espectacular. Sólo dio 1 asistencia en 29 minutos el canario, aunque el dato puede inducir a cierto equívoco (sus compañeros fallaron lo que no está en los escritos), pero robó 8 balones, una cifra increíble jamás vista en Rodríguez y que pocas veces se alcanza -recuperando hasta 5 en un solo cuarto, en el que mejor le fue a los Knicks, el tercero-.
Habrá que esperar a que se ajusten las piezas, porque lo de anoche parece irrepetible. Peor imposible.
Dallas 91 Indiana 82
A Dallas parece irle muy bien con sus nuevas adquisiciones, especialmente con Brendan Haywood, que desde que es el pívot titular, ausente Dampier por lesión, es sinónimo de victoria (4 de 4).
Además, anoche fue pieza vital en el engranaje texano, en el que volvieron a brillar Nowitzki -23 puntos- y Terry -14 desde el banco en 23 minutos-. Entre ellos se incrustó un poderoso Haywood, que se fue a 13 tantos y 20 rebotes, convirtiéndose en el amo de los aros.
Fue un partido feo, lleno de errores, con escasa efectividad de cara al aro (un 38,6% los locales por un 36,9 los visitantes, que hicieron 3 de 23 en el triple)... En definitiva, no fue un encuentro bonito de ver. Pero a Dallas le valió.
En ese marco, los jugadores hispanos de los Mavs apenas tuvieron peso, pero con un matiz importante. El mexicano Eduardo Nájera volvió a estar en la cabeza de Carlisle en el momento de la rotación más exigente y jugó 15 minutos para aportar 2 tantos y 4 rebotes. No así Barea. El base boricua ha pasado de la titularidad al furgón de cola en el banquillo. Anoche, 5 minutos intrascendentes en los que erró 3 disparos y cometió 2 faltas. Y lo que es peor, el francés Beaubois le está quitando el puesto de base suplente. Ayer jugó bastante más que el caribeño.
Mientras, Indiana dio muy mala impresión y en ningún momento pudo superar la ausencia de su referencia en el juego, Danny Granger.
Los 11 jugadores utilizados por Jim O'Brien anotaron, pero nadie fue de salir de la monotonía general. El denostado T.J.Ford fue la avanzadilla ofensiva con 14 puntos en 21 minutos y Murphy aportó 10 y 11 rebotes. Pero los hombres bajos -incluido Ford, al que hay que añadir Rush y Watson- hicieron un lamentable 9 de 34 en el tiro de campo. Y sin Granger no hubo salvación.