Apenas nadie se dio cuenta el pasado sábado de cómo una aficionada se saltaba las medidas de seguridad del American Airline Center de Dallas para abrazar al español Rudy Fernández. Sin embargo, el incidente parece amplificarse a medida que pasan los días.
Los hechos ocurrieron durante un tiempo muerto. Rudy y el resto de sus compañeros escuchaban atentos las instrucciones de Nate McMillan cuando 2 mujeres, al parecer con una copa de más, saltaron a la pista y una de ellas se abrazó por detrás de forma inesperada a la cintura del escolta mallorquín.
La cosa no fue a más y los responsables de la seguridad del pabellón retiraron rápidamente a las 2 ‘admiradoras’ del español permitiendo, sorprendentemente, que regresaran tranquilamente a sus asientos, tras una de las canastas, para seguir viendo el resto del encuentro.
“Me quedé sorprendido”, reconocía Rudy, “estaba escuchando al entrenador en el banquillo y ella me tocó por detrás y dijo: ‘Rudy, te amo. Encantada de conocerte, buen partido’”. El jugador se quedó tan anonadado que sólo fue capaz de responder con un sorprendido “¿qué?”.
McMillan ni siquiera se percató de lo ocurrido, pero quien sí lo hizo fue Jerryd Bayless, ubicado al lado de Rudy. “Estaban borrachas, evidentemente”, aseguraba el compañero del escolta español.
Dudas sobre la seguridad
La cuestión es que a menos de 2 semanas de la celebración del All-Star en la ciudad texana, el que dos aficionadas fueran capaces de saltar a la pista y llegar hasta los jugadores ha hecho a muchos cuestionarse si la seguridad de la pista de los Mavericks es la adecuada.
En los medios de Portland han sido particularmente beligerantes y no dudan en reprochar a los responsables de seguridad del equipo texano que resulte más difícil para la prensa llegar hasta sus asientos, por el excesivamente riguroso control de las credenciales, que para dos aficionadas descontroladas llegar hasta los jugadores.
En el periódico local Oregonian, sacan a la palestra los testimonios de varios incidentes entre los asistentes de los Blazers y el “poco razonable” equipo de seguridad de los Mavericks y sentencian “tal vez hechos como el del sábado no ocurrirían si el personal de seguridad se centrase más en los aficionados estrafalarios que intentan llegar hasta los jugadores que en la gente que está tratando de hacer su trabajo”.
Y es que cuando se trata de aficionados poco equilibrados, por unas u otras razones, todo el mundo recuerda el lamentable caso de la tenista Monica Seles, cuando, en 1993, fue apuñalada por un desequilibrado que saltó a la pista en el torneo de Hamburgo. Afortunadamente, las intenciones de las admiradoras de Rudy fueron mucho más inocentes.