La jornada tuvo dos focos: la derrota de los Lakers por la mínima en Toronto y la humillación sufrida por los Knicks, que perdieron por 50 ante Dallas en el Madison. En Canadá, Gasol hizo 22 puntos, Calderón 5 y, a pesar del partidazo de Bryant, el que decidió fue Turkoglu.
Lo hizo con 2 tiros libres a 1,2 segundos del final tras cobrarse una falta personal de Pau Gasol de dudosa existencia, tal y como reconocieron tras el partido ambos jugadores. Esta vez, el triple imposible sobre la bocina de un inconmensurable Bryant no fue milagroso.
Pero ese interesante partido, quedó eclipsado por el increíble resultado del partido New York-Dallas, 78-128, momento histórico para mal y para bien de ambas franquicias en el que participó activamente José Juan Barea al ser titular por la baja de Jason Kidd. A buen seguro que el puertorriqueño no olvidará una noche tan alucinante. Los aficionados de los Knicks, tampoco.
La corta jornada -3 encuentros- se completó con la victoria de los Clippers en Washington.
Toronto 106 L.A.Lakers 105
Los Lakers no terminan de estar completamente engrasados. Transcurridos 3 partidos de su interminable gira de 8, ya han perdido 2, lo que no dice mucho a su favor, a pesar de que en las 2 derrotas tuvieron serias opciones de triunfo.
Porque anoche la victoria en el Air Canada Centre se decidió por detalles, algunos con cierto aire polémico como el propio final del encuentro.
Fue Turkoglu el que solventó el choque a 1,2 segundos del final. A 11 segundos de la conclusión, con 104-105 en el marcador, Kobe había errado un triple muy forzado sobre la bocina de la posesión, un triple que hubiera sellado el triunfo angelino, Bosh capturó el rebote y pidió tiempo.
Los locales sacaron de banda y las instrucciones de Triano eran claras: la decisión en manos de Turkoglu. Jack sacó hacia el turco y éste tras analizar la situación se fue directo al aro donde le salió medio equipo de los Lakers, ya debajo de la canasta. Y los árbitros cobraron una falta dudosa de Gasol, de esas que se pueden pitar, pero también se pueden no pitar. Eso sí, el turco, frío como el hielo, anotó los 2 tiros libres como sin nada se jugara (106-105).
Luego, ya con 1 insignificante segundo por jugar, y tras un tiempo muerto de Jackson, Bryant intentó la cuadratura del círculo con un triple imposible, no tanto para él, que estuvo a punto de entrar. Pero no fue así y la victoria fue para los Raptors, que se habían pasado casi toda la primera parte a remolque, aunque a escasa distancia del rival, y que no pudieron adelantarse en el marcador hasta el último cuarto.
Lo hicieron gracias a hombres como Bargnani (22 puntos y 8 rebotes), Jack (18 tantos), Bosh (18 puntos y 13 rebotes, aunque bien atado en la parte final) y Belinelli (15 en 24 grandes minutos). Y bajo la batuta en buena parte del último cuarto de un Calderón que empieza a preocuparse por su situación en el equipo. Anoche Jack volvió a brillar y él sólo jugó 16 minutos para anotar 5 puntos y dar 5 asistencias.
Bien es cierto que el extremeño tuvo un contratiempo en su segunda salida a la cancha, en la recta final del tercer cuarto. Calde chocó al poco de entrar en la cancha con Fisher y se abrió una herida en la ceja derecha que le obligó a marcharse a los vestuarios para que le dieran unos puntos. El estado de ánimo del español se pudo apreciar, con dificultad, cuando al entrar en el túnel de vestuarios le pegó una patada con furia a un cartel, algo inusual en un jugador tan poco dado a este tipo de acciones. Sabia que se estaba jugando el partido, que enfrente estaban los Lakers y que seguía perdiendo terreno ante un Jack cada día más crecido.
Mejor estuvo Pau Gasol, que terminó con 22 puntos y 9 rebotes en 40 minutos de juego y tiró más de lo habitual (10 de 23), aunque fue de más a menos. El ala-pívot catalán hizo una primera parte excelente (14 puntos y 9 rebotes tirando 16 veces a canasta), pero en la segunda parte fue incapaz de capturar un solo rebote más. Y es que el español capturó 8 rebotes en un cuarto -el segundo- y 1 en los otros 3.
Esa primera mitad (54-56) fue una primera mitad en la que los Lakers fueron solo 3 hombres: Bynum (17 puntos y 5 rebotes), Gasol (14 y 9 ) y Bryant (14, 8 rebotes y 5 asistencias). Entre los 3, anotaron 45 de los 56 puntos de su equipo, capturaron 22 de los 30 rebotes y lanzaron 40 de los 58 tiros, con 21 de 40 por 5 de 18 del resto de sus compañeros. Y es que una de las claves principales de la derrota fue el gran control que los Raptors ejercieron en la segunda parte del dúo Gasol-Bynum, que en la primera parte les había masacrado.
Otras claves fueron el despertar en la segunda mitad de Bargnani, las buenas acciones en momentos puntuales de gran importancia de Jack y la enorme aportación desde el banco de Belinelli, porque Bosh en la segunda mitad sólo hizo 6 puntos, algo que hay que colocar en el haber de Pau Gasol y Andrew Bynum, que le defendieron de forma alternativa.
El partido resultó espectacular, tenso, divertido, igualado, fue en definitiva un buen espectáculo al que contribuyó una grada entregada, porque el Air Canada Centre estaba lleno hasta la bandera y vibró de verdad.
De nada sirvió el partidazo de Kobe Bryant, que rozó un espectacular triple-doble con 27 puntos, 16 rebotes y 9 asistencias, ni los 22 y 9 rebotes y 21 y 9 de Gasol y Bynum, ni los 17 tantos en 21 minutos de Farmar. El resto de la suplencia anduvo gris, incluido un desdibujado Odom, y Artest jugó disminuido por una fascitis plantar.
Sin embargo, a pesar del justo triunfo local, los visitantes no sólo tuvieron que reprochar a los árbitros esa dudosa falta final de Gasol a Turkoglu, sino también la relación de tiros a canasta y faltas cobradas por el equipo, que fue increíblemente baja, algo inusual. Los Lakers anotaron todos sus tiros libres, pero es que ¡sólo dispusieron de 9 cuando lanzaron 98 veces a canasta!. Un ejemplo claro fue Gasol, que tiró sus primeros tiros libres en el minuto 40 de partido. Hasta entonces llevaba 21 tiros de 2 y ¡no había ido nunca a la línea de personal!. Curiosos números.
Esto, como decimos, no quita para destacar el buen juego local y alabar su triunfo.
New York 78 Dallas 128
¡Agárrense fuerte que vienen curvas!. Algo así debería haber advertido el 'speaker' del Madison a los aficionados de los Knicks antes de comenzar el partido. Porque si lo llegan a saber, ni van al pabellón.
Asistieron los aficionados neoyorquinos a un partido histórico al que nunca hubieran querido asistir. Porque los Knicks sufrieron la mayor derrota de su historia en el Madison y su segundo peor paliza en la trayectoria de la franquicia, dando lugar así también a un momento histórico para los Mavericks, que jamás habían ganado por 50 puntos.
Todo pareció hiperbólico. Especialmente en los dos cuartos centrales del partido, que D'Antoni y los suyos y Carlisle y sus muchachos jamás podrán olvidar por opuestas circunstancias. El segundo cuarto se saldó con un duro 18-32, pero es que el tercero se saldó con un alucinante ¡13-38!. Parcial en 24 minutos: 31-70. Adiós a toda lógica.
El Madison sufrió un calvario de 36 minutos, porque el partido parecía no acabar nunca y Dallas llegó a acumular 53 puntos de ventaja. Repasar las estadísticas del partido en estas circunstancias parece un atrevimiento, un ejercicio baldío, una auténtica idiotez. Porque a todas las estadísticas mayúsculas de los texanos le correspondieron números minúsculos de los neoyorquinos, que solo brillaron en el rebote ofensivo. Porque los Mavs dejaron escapar 22 rebotes en su canasta, que si no...
Una estadística resume todo: ambos equipos lanzaron las mismas veces a canasta -86-, pero los locales anotaron 29 tiros por 50 de los visitantes, en los que nadie se libró del desastre, ni siquiera los 14 puntos de Jeffries y los 14 rebotes de Lee salvan a sus autores.
Porque es verdad que los Knicks no pudieron contar con Robinson, pero es que los Mavericks no tuvieron en sus filas ¡ni a Kidd ni a Dampier!. Lo que sonroja aún más al equipo de D'Antoni.
La gran noticia para los hispanos fue que esa baja de Kidd permitió a Barea disfrutar del festín en primera línea, como base titular. El armador boricua jugó 24 minutos y cumplió de sobra con 11 puntos, 4 asistencias y 2 robos. El otro hispano del equipo, Nájera, no jugó.
Todos los titulares anotaron 10 o más puntos y dos suplentes, también. Nowitzki y Terry hicieron 20 tantos, pero la figura fue Gooden, que sustituyó a lo grande a Dampier con 15 tantos y 18 rebotes. Entre los suplentes, buenos números de Beaubois con 13 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias y 3 robos.
Washington 78 L.A.Clippers 92
No se puede ganar un partido anotando 10 puntos en el último cuarto. Eso fue lo que hicieron los Wizards, que se ganaron a pulso la derrota ante unos Clippers que van a más.
Todo iba perfectamente hasta que el Verizon Center asistió al hundimiento ofensivo de los suyos en un partido con poco fuste que no pasará a la historia.
El dúo interior de los Clippers hizo mucho daño al equipo capitalino. Kaman puso los puntos -20-, aunque estuvo tímido en el rebote. Su complemento perfecto fue Camby -12 puntos, 19 rebotes y 5 tapones-, auténtico dominador de los tableros. Baron Davis, mientras, hizo 11 puntos, 11 asistencias y 5 robos, pero tiró bastante mal.
En los Wizards, Jamison hizo 20 puntos y 10 rebotes; Haywood se fue a los 18 y 12; y Mike James irrumpió con buenos números cuando llevaba sin jugar desde el 7 de noviembre. Oberto, mientras, jugó 6 minutos que no le dieron nada de sí, pues dejó todos sus casilleros a cero. Todo lo que hizo fue cometer 1 falta personal.
Los angelinos lograron así su vigésima victoria de la temporada, una más que las 19 que consiguieron en toda la campaña anterior. Porque no hay que olvidar que estos dos equipos fueron los peores del año pasado, si exceptuamos a los Kings. Tanto Wizards como Clippers acabaron la fase regular 2008-2009 con 19 triunfos y 63 derrotas. De ahí lo meritorio de la actual trayectoria del equipo californiano, que anoche ahogó con su defensa al rival en los últimos 12 minutos para llevarse un nuevo triunfo.