SANCIONES

Los excesos verbales meten en problemas a Rasheed Wallace y Glen Davis

Davis grita una obscenidad a un espectador y Wallace paga el cargar contra los árbitros

hispanosnba.com |

Una multa de 35.000 dólares le han costado a Rasheed Wallace sus comentarios sobre los árbitros del partido ante Dallas y una sanción más seria podría recibir Glen Davis tras responder con una obscenidad un espectador de Detroit. A algunos Celtics parece perderles la lengua.

La de Wallace, un habitual de las técnicas y los malos modos, es la segunda multa en lo que va de temporada por cargar contra los árbitros y en ambas con jugadores europeos, por los que parece tener fijación, de por medio.

Si la primera, de 30.000 dólares a finales de noviembre, fue por acusar a Turkoglu de simular faltas y a los árbitros y la liga de permitir esa “basura”, la segunda, de 35.000, ha sido por asegurar, tras el partido ante Dallas, que a los árbitros “no les gusta que se defienda duro” a Dirk Nowitzki. Suma y sigue para un habitual de lo que en Estados Unidos llaman ‘trash-talking’.

Glen Davis vuelve a demostrar su inmadurez

Por otro lado, Glen Davis será sancionado casi con toda probabilidad y podría ser incluso suspendido, después de perder los nervios frente a un espectador de Detroit que, tras el banquillo céltico, no tenía mejor cosa que hacer que llamar una y otra vez ‘gordo’ al jugador de Boston y recomendarle que perdiera peso.

La insistencia del poco ejemplar espectador terminó por agotar la escasa paciencia del inmaduro Davis, que terminó muy enfadado e ‘invitándole’ a gritos a que le practicara sexo oral con palabras poco amigables. Para colmo, la obscena expresión utilizada por el ala-pívot de Boston se pudo escuchar en los micrófonos instalados para la retransmisión del encuentro por radio y televisión.

A la NBA, sin duda, no le ha gustado nada lo ocurrido, como no le ha gustado a su técnico, Doc Rivers, que considera “inaceptable” la reacción del jugador y ha vuelto a insistir en que ‘Big Baby’ “debe madurar”. El entrenador entiende que los insultos de algunos mal llamados aficionados son, por desgracia, parte del juego y que Davis, como el resto de jugadores y técnicos, tiene que aprender a abstraerse de ello.

Mientras, Scott Zack, el impresentable aficionado que aprovechó el amparo de la grada para decirle a Davis lo que no se atrevería a decirle en un cara a cara y al que tuvieron que llamar la atención los encargados de la seguridad del pabellón de los Pistons, no ha dudado en presentar una queja ante la NBA por la respuesta del jugador a sus provocaciones. Todo un sin sentido, pero la sanción a Davis parece segura.