Villanueva y Arroyo no estuvieron especialmente brillantes, pero mientras que el dominicano perdió con los Pistons, el puertorriqueño ganó con los Heat. Mientras, Kevin Garnett dio el triunfo a los Celtics en la bocina de la prórroga debido a la tremenda resistencia ofrecida por los Knicks.
La jornada deparó el paseo militar de Phoenix Suns ante unos Detroit Pistons que han perdido el paso de la competición. Las emociones fuertes se concentraron en el Miami-New Orleans y el New York-Boston.
Phoenix 117 Detroit 91
El US Airways Center sigue bailando al ritmo de Steve Nash, un ritmo brutal que ha llevado a que los Suns sigan invictos en su pabellón y mantengan el liderato de la Conferencia Oeste tras haber jugado ya 14 encuentros.
Ese ritmo endiablado de Steve Nash deparó un encuentro tremendamente desigual. Los locales acabaron con un 57,5% en el tiro de campo, un excepcional 61,1% en el triple (11 de 18) y un no menos notable 22 de 25 en los tiros libres. Así resulta imposible perder, como así fue.
No resistieron demasiado los Pistones de Detroit. Su engranaje se vino abajo en el segundo cuarto para irse al descanso con una ya considerable desventaja (58-42). Después ya no hubo refriega alguna.
Estos Pistons van a menos y, lejos de su mejor momento, firman ya 5 derrotas consecutivas que les alejan de los puestos de playoff. De su desequilibrado rendimiento da buena cuenta su lista de anotadores, liderada ayer por un habitual, Charlie Villanueva, y un novato inhabitual, DeJuan Summers. Ambos sumaron 13 puntos. Fueron lo mejor, visto la debacle de piezas como Gordon (3 de 11 en el tiro) o Stuckey (4 de 15).
Phoenix sumó su undécima victoria en 14 partidos, y lo hizo sin tener que concentrarse durante los 48 minutos, pues sobraron prácticamente 24.
Amare Stoudemire (21 puntos) y Steve Nash (20 con 9 asistencias y 7 de 8 en el tiro dinámico) fueron los líderes locales, bien secundados por Jason Richardson -17 tantos- y un excelente Goran Dragic, que desde la segunda unidad aportó 13 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias en 22 minutos.
Miami 102 New Orleans 101
Miami conserva un puesto cómodo como candidato a playoffs en el Este, mientras que los Hornets siguen alejándose de ese objetivo en el Oeste sin su referencia vital, Chris Paul.
El partido resultó igualadísimo. No lo debiera haber sido ateniéndonos al acierto ofensivo (52,1% los locales por un pobre 39,6 los visitantes), pero es que a estos Heat les mató su control de la posesión -2 robos por 14 pérdidas-.
Ese horrible balance arruinó los buenos modos en el tiro de los de Spoelstra, que tuvieron que aguardar a última hora para cantar victoria.
Liderados por Wade -31 puntos y 3 tapones-, Miami sufrió. Lo hizo a pesar de la buena dirección de Chalmers y el acierto de Beasley -17 puntos y 9 rebotes- y O'Neal -15 tantos-. Y no fue ninguno de estos hombres el que eliminó el sufrimiento local, no. La calma llegó de la mano de una medicina bien distinta, llegada desde la segunda unidad: Udonis Haslem.
Haslem hizo un gran partido. Anotó 14 puntos y sumó 7 rebotes. Pero su vital contribución llegó en los últimos segundos, cuando anotó la canasta del triunfo. Mario Chalmers penetró a canasta con 100-101 en el marcador y cuando vio que la defensa se cerraba sobre él dobló a Haslem, que completamente solo a 4 metros de la canasta tuvo la sangre fría suficiente para esperar que llegara un defensor en ayuda larga, amagarle y encestar a 15 segundos del final el 102-101.
Luego llegó la última bola. Fue para los Hornets. El hombre decisivo habría de ser un desafortunado David West, mal toda la noche. Y en esa jugada final, West certificó esa mala noche con un uno contra uno que no obtuvo éxito alguno.
Así triunfaron los Heat de un Carlos Arroyo que tuvo una aparición limitada: 13 minutos en los que hizo 3 puntos con 1 de 5 en el tiro. Y así fue como los Hornets acumularon una nueva derrota a pesar de los esfuerzos del novato Marcus Thornton (24 puntos con 5 de 7 triples, 18 de esos tantos en un brutal primer tiempo) y, en menor medida, los veteranos Posey y Stojakovic, ambos 14 puntos tras anotar entre los dos 7 de 16 triples.
Boston gana sobre la bocina
Si el triunfo de Miami resultó angustioso, el de Boston fue agónico. Y es que nadie en los Celtics esperaba sufrir tanto en el Madison, donde el encuentro se resolvió en la prórroga (105-107) tras acabar el tiempo reglamentario con empate a 98.
2 tiros libres de Al Harrington (el mejor local con 30 tantos, 9 rebotes y 5 triples) llevaron el luminoso a un empate a 98 a 4 segundos del final y el intento triple sobre la bocina de Rondo no pudo deshacer ese empate.
Ya en la prórroga, el partido volvió al empate con un mate de Lee a 9 segundos del final (105-105). Llegó entonces el momento de la verdad, que asumió la estrella del partido: Paul Pierce (33 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias y 6 de 7 en el triple). Pero estos Celtics andan sobrados.
Pierce penetró para ganar y cuando doblaron su defensa cedió el balón a Kevin Garnett, que solo, a 6 metros del aro, anotó una crucial canasta frontal sobre la bocina para dar el triunfo a los suyos, un Kevin Garnett que hasta ese momento había tenido un partido para olvidar. Así son las estrellas, debieron pensar el grupo de estrellas de cine que se encontraban en la grada viendo el partido. Y es que la película de suspense había acabado con un asesino inesperado.
En Boston, además de Pierce, brillaron Perkins (16 puntos, 13 rebotes y 4 tapones) y un tremendo Rondo (14 puntos, 10 asistencias, 9 rebotes y 4 robos). En New York, además de Harrington, destacaron Lee (22 tantos y 15 rebotes) y Robinson (19).