Allen Iverson tendrá que seguir buscando y esperando si quiere seguir jugando en la NBA. Los Knicks no serán su próximo destino tal y como se había rumoreado intensamente en los últimos días. Los neoyorquinos prefieren mantenerse como están.
Y eso que no se puede decir que el equipo de la Gran Manzana esté precisamente bien. Con 2 victorias y 9 derrotas y un juego que no gusta a nadie, la sensación en Nueva York es que la temporada ha terminado nada más empezar.
Por eso, eran muchos los analistas del entorno del equipo que apostaban por la incorporación de Iverson para, al menos, darle un poco de salsa a los partidos del Madison. Según ellos, Iverson no podía estropear nada en Nueva York porque el equipo ya está bastante estropeado y su estilo de juego, mirando siempre a la canasta contraria y despreocupándose de la propia, encajaba perfectamente con el de los actuales Knicks.
Los responsables del equipo, pese a que D’Antoni le descartara este mismo verano, se plantearon la posible incorporación de Iverson por un salario cercano al mínimo correspondiente a sus años de experiencia, pero finalmente han descartado esa opción, aunque no pongan en duda la calidad de ‘The Answer’.
“Siempre le he admirado”, ha dicho el general manager, Donnie Walsh, “Creo que sería una gran incorporación para un equipo en una situación distinta a la nuestra y espero que lo encuentre”.
Según Walsh, los Knicks no quieren poner en peligro la oportunidad de desarrollo que para algunos de sus jugadores más jóvenes, como Danillo Gallinari o Wilson Chandler, supone la presente temporada. Jugadores a los que Iverson restaría necesariamente protagonismo en el juego.
“Nos pareció que (la incorporación de Iverson) podría dañar nuestro desarrollo futuro, así que queremos seguir en la dirección que estamos yendo”, ha afirmado Walsh. Esperemos que él sepa cuál es esa dirección, porque sospechamos que los aficionados de su equipo cada vez la tienen menos clara.