Rudy Fernández sigue trabajando duro aunque no tenga muy claro cuál es su papel a día de hoy en la compleja rotación de su entrenador, Nate McMillan. Los Trail Blazers de Portland tienen muchos jugadores de perímetro y el internacional español acusa su falta de continuidad.
No está siendo bueno este inicio de campaña para Rudy Fernández. Tras ganar brillantemente el oro en el Eurobasket de Polonia con España se presentó en Portland cargado de ilusiones de cara a su segunda temporada en la NBA, pero las cosas no están saliendo como esperaba.
Una lesión de espalda le impidió ponerse a punto con el resto de sus compañeros en la pretemporada y transcurridos los primeros partidos oficiales el jugador español sigue sin alcanzar el ritmo de juego que desearía, ni es capaz de situarse de forma permanente en los esquemas de su entrenador.
La falta de continuidad es uno de los males que le está perjudicando. Su presencia en el equipo es demasiado variable. El día que más jugó disputó 32 minutos; el que menos, tan solo 12.
No lo tiene claro
El propio jugador está lleno de dudas. En unas declaraciones efectuadas antes del partido del domingo ante Minnesota, el escolta demuestra que no lo tiene demasiado claro.
Según plasma el Columbian, el jugador mallorquín llega a decir hasta 4 veces “No sé” cuando se le interroga por su rol en el equipo, 4 veces en apenas 2 minutos de entrevista.
“Ahora mismo, no conozco mi situación en el equipo”, advierte Rudy, que acto seguido asegura: “Blake juega de escolta, es un jugador más en esa posición”. Y es que los últimos movimientos de McMillan en la rotación no parecen haber llevado la tranquilidad a Fernández. Es lógico, McMillan ha salido últimamente con dos bases en su cinco inicial -al sumar Miller a Blake- y Jerryd Bayless ha incrementado su presencia en la pista.
Mientras, Rudy prefiere ser cauto y paciente, y asegura que “ahora mismo, me estoy centrando en mi trabajo y en tratar mi espalda. Y cuando estoy en la pista juego duro para ayudar a mis compañeros”.
Palabras de McMillan
En plena pretemporada, McMillan aseguró que su idea era que Fernández adquiriera más presencia en la pizarra del equipo, que tuviera más peso en los sistemas ofensivos, que condujera más el balón y que profundizara su aportación no especializándose tanto en el tiro triple. Pero pasados los primeros partidos de competición, todo esto no ha sucedido.
El jugador apenas promedia 7 puntos, sus porcentajes son bajos, la mitad de sus intentos a canasta son de 3 puntos y no termina de alcanzar un ritmo de juego adecuado.
Pero él se muestra tranquilo en pos de un juego más agresivo y completo. Para ello sólo se plantea un objetivo a corto plazo: jugar duro, “no importa si son 5, 10 ó 35 minutos”.