Milwaukee Bucks ha presentado oficialmente a Carlos Delfino y éste ha expresado su felicidad y su enorme deseo de triunfar en su segunda etapa en la NBA y aportar muchas cosas a su nuevo equipo. “Estoy realmente feliz por estar de vuelta. Feliz es la palabra”, ha asegurado.
Carlitos vuelve a la NBA y lo hace de la mano de un viejo conocido, John Hammond. El ahora general manager de Milwaukee Bucks conoce bien al internacional argentino porque era asistente del general manager de Detroit Pistons cuando el santafesino jugó en la franquicia de Michigan.
En la presentación, Delfino fue muy sincero: “A veces tienes esos días, esos días negros en los que no sabes donde ir y te sientes estancado. Ojalá, regresar a la NBA, a Milwaukee, me sirva para retomar lo que hice en Toronto”.
Días en la lejana Rusia
El jugador argentino abandonó la NBA al calor del dinero de la fría Rusia. El Khimki le pagó un dineral y Delfino rindió a buen nivel. Pero en el fondo, entre el frío de Toronto y el frío de Moscú, Delfino siempre prefirió el de la franquicia canadiense. Por eso quería volver, porque quería estar con los mejores, en la mejor liga del mundo.
El camino de vuelta no fue directo. Los Raptors le repescaron para traspasarlo a Milwaukee. Un destino NBA, al fin y al cabo.
A punto de cumplir 27 años, los hará en unos días, Delfino se muestra confiado y parte de esa confianza reposa en su relación con Hammond. “Es una persona en la que confío”, ha reconocido la estrella santafesina.
Pero los demás también confían en el nuevo jugador. Un buen ejemplo es el australiano Andrew Bogut, compañero de equipo del argentino, que ha dicho que Delfino “es un ganador. Todos esos jugadores argentinos son ganadores. Juegan un tipo de baloncesto ganador y son jugadores que primero piensan en el equipo”. Y los Bucks necesitan muchos pensamientos de ese tipo, actitudes colectivas que permitan reconstruir un equipo que vive en la mediocridad.