Con las vacaciones, Ginóbili ha regresado a Argentina para descansar y pasar unos días con los suyos. En su ciudad natal, Bahía Blanca, donde el invierno austral deja en estas fechas un paisaje nevado y temperaturas por debajo de los 10 grados bajo cero, el jugador ha concedido una larga entrevista al diario Olé.
En la conversación que publica el diario deportivo de mayor tirada en Argentina, Manu habla largo y tendido de sí mismo, de su visión de su país y de muchos otros temas y se muestra satisfecho de su trayectoria. “No cambiaría nada. Estoy donde quiero estar.”, afirma.
“Ya no soy tan calentón”
Cuando habla de su camino hacia la fama y el éxito en la NBA, Gino asegura que han sido la confianza en sí mismo y su pasión por el baloncesto lo que le ha permitido llegar a donde está.
“No me puedo quejar. Vivo de la forma en que creo y me deja tranquilo que la gente a mi alrededor esté orgullosa de lo que soy”, dice el escolta de los Spurs cuando le preguntan por sus progresos como persona, aunque reconoce que siempre hay cosas que se pueden mejorar.
Una de esas cosas es su carácter “calentón”, algo que reconoce que no le gusta y que ha tratado de atemperar con el paso de los años. “Ya no soy tan temperamental o calentón. Por caso, me hacía mal verme protestar tanto con los árbitros. Ya casi no lo hago ni me cobran técnicas”.
Reconoce que para triunfar en la competición hacen falta ego y ambición, aunque asegura que él nunca ha tenido un ‘super ego’ y lo ilustra con un claro ejemplo, “el tema titular y suplente le dolió más a la gente que a mi”, en referencia a la indignación de muchos aficionados argentinos cuando fue premiado como ‘sexto hombre’.
Asumir la fama y el protagonismo que conlleva no ha sido fácil y confiesa que necesitó 2 o 3 años para adaptarse. “Cometí errores, 2003 y 2004 no fueron fáciles fuera del campo”, afirma, “Hubo mucho movimiento en mi vida en esos años, algo frenético y no podía tener tranquilidad interna”.
Un Manu solidario
En la larga conversación mantenida con el periodista Julián Mozo, el de Bahía Blanca habla también de la situación de su país. Ginóbili comparte la visión desencantada y un tanto pesimista de un buen número de sus compatriotas sobre el futuro de Argentina. “De Primer Mundo nunca vamos a ser... El tema está muy arraigado. Los que nos gobiernan no son extraterrestres, son un reflejo del pueblo. Cuando uno de nosotros llega al poder y ve otras chances se transforma en eso”, dice.
El jugador de los Spurs no duda en sentirse un privilegiado, algo de lo que “a veces me siento reculpable” porque no cree merecer más que los demás. “Hay gente que trabajó más que yo y no tuvo ni tendrá lo mío. No salió del ambiente ideal, ni familiar, cultural o deportivo, para desarrollarse.”
Manu ha creado una fundación y desde ella intenta promover proyectos de solidaridad, aunque no se cree “un superhéroe ni una persona ejemplar” y reconoce que “podría hacer mucho más, pero no es fácil”, hablando de las dificultades que se encuentra a la hora de apoyar proyectos sin crear agravios comparativos entre distintos colectivos.
Un poco de baloncesto
La entrevista apunta a lo personal y pasa de puntillas sobre la actualidad de la NBA, aunque hay espacio para indagar acerca de qué piensa de los últimos cambios en la plantilla de los Spurs. Manu se muestra satisfecho y cree que el equipo ha mejorado con las modificaciones y especialmente con la incorporación de un alero de la calidad y recursos de Richard Jefferson. Su conclusión es clara: “Somos más peligrosos en ataque”.
Y mientras entrena en el gimnasio para no perder la forma, con la nieve cayendo en el exterior, aún tiene tiempo de bromear sobre su incipiente calvicie, que dice no preocuparle en exceso. “Si quiere caer, que se caiga”, asegura, “lo que pasa es que las luces de los estadios de la NBA y tomado de de arriba me hacen ver peor, me liquidan...”, afirma entre risa.