Más de 150.000 personas siguieron ayer el desfile triunfal de los Lakers por las calles de Los Ángeles. Un desfile que finalizó en el Memorial Coliseum, donde más de 80.000 espectadores escucharon las palabras de jugadores y responsables del equipo.
Para la ocasión, el parquet del Staples Center fue desmontado y reinstalado sobre el campo del Coliseum, sobre el que actuaron las animadoras de los Lakers antes de dar paso a las intervenciones de los auténticos protagonistas.
Lento recorrido entre 2 míticos estadios
Los jugadores y técnicos del equipo, a los que se unió el alcalde de la ciudad, Antonio Villaraigosa, salieron del Staples Center en autobuses descubiertos de 2 plantas acompañados por la banda del equipo y las animadoras, éstas montadas en camiones de bomberos, al ritmo de la canción “I love L.A.” de Randy Newman y recorrieron la céntrica Figueroa Street en medio de los aplausos de más de 150.000 personas hasta llegar al Coliseum.
Casi hora y media tardaron en recorrer, bajo una lluvia de confeti púrpura y dorado, los 3,5 kilómetros que separan ambos recintos para encontrarse así con otras 80.000 personas que abarrotaban las gradas del estadio que acogió los Juegos Olímpicos de 1932 y 1984.
Algunos de ellos habían hecho cola desde la noche anterior para asegurarse un asiento. A las 10 de la mañana, 3 horas antes de la llegada del equipo, el estadio ya se encontraba lleno, por lo que fueron muchas las personas que se tuvieron que conformar con seguir desde fuera la llegada del equipo.
Gasol y Bryant prometen más
Uno de los que se dirigió a la multitud fue el pívot español Pau Gasol. “Todavía estamos hambrientos. No hemos terminado. Queremos más. Queremos más (...) Defenitivamente, queremos ofreceros más. Así que estad preparados”, arengaba Pau a una multitud enfervorecida.
Una idea en la que abundaba la mayor estrella del equipo, Kobe Bryant. “Sentimos la energía de la ciudad. Queremos hacer esto una y otra vez. Así que estaremos listos para repetirlo el año que viene”, aseguró Kobe. Todo era felicidad y buenos deseos entre los sucesivos oradores que tuvo el acto.
Sin incidentes graves
La buena noticia fue la ausencia de incidentes graves en la celebración festiva. Sólo un grupo reducido de personas causó algunos problemas en la cercanía del Coliseum al derribar una valla y lanzar botellas a la policía, que controló rápidamente la situación deteniendo a 6 personas.
Por otro lado, la polémica sobre el coste que iba a suponer a los contribuyentes la celebración quedó saldada finalmente de forma satisfactoria tras aportar los Lakers la mitad del presupuesto y sufragarse con donaciones privadas el resto, con lo que el Ayuntamiento de Los Ángeles no tuvo que aportar un solo dólar.