El megaproyecto de la nueva pista de los Nets, el Brooklyn Arena, no ha podido sustraerse de los efectos de la crisis económica y el equipo de Nueva Jersey ha decidido reducir las pretensiones del proyecto inicial, una decisión que ha provocado fuertes críticas en la ciudad de Nueva York.
La franquicia ha decidido descartar el proyecto inicial planteado por el prestigioso arquitecto Frank Gehry y optar por un más modesto diseño a cargo de la firma de arquitectura Ellerbe Becket, un cambio que reduce sustancialmente el enorme presupuesto del que se planteaba iba a ser uno de los más espectaculares pabellones de la NBA.
Las críticas no se han hecho esperar. El crítico de arquitectura del New York Times, Nicolai Ouroussoff, se ha despachado a gusto calificando el nuevo diseño como “una colosal caja carente de espíritu que quedaría mejor en un campo de maíz que en uno de los cruces más concurridos de una vibrante metrópolis”.
“Si alguna vez se construye, creará un agujero negro en el corazón de un vecindario de vital importancia”, afirma el crítico, que cree que el nuevo proyecto planteado no es digno de la ciudad de Nueva York.
Los directivos de los Nets se han visto obligados a salir en defensa del nuevo planteamiento afirmando que el actual diseño, aun siendo menos ambicioso que el original, es “muy apropiado” y recordando que la situación económica en que se planteó el espectacular, y carísimo, diseño de Gehry es muy diferente a la actual.
El proyecto del Brooklyn Arena ha pasado por un sinfín de problemas y retrasos, pero el presidente de los Nets aseguró recientemente que el equipo jugaría en su nueva cancha en la temporada 2011-2012, una temporada para la que sus vecinos, los Knicks, tienen pensado también haber terminado la reforma del Madison Square Garden.