A la séptima fue la vencida. Llevaba Orlando 6 derrotas en los 6 partidos que había disputado en sus 2 apariciones en las finales de la NBA. Anoche, por fin dio carpetazo al maleficio y en un muy buen partido liquidó a unos Lakers en los que brillaron Pau Gasol (23 puntos) y Trevor Ariza (13).
Al mérito de la gran actuación colectiva de los Magic -donde hubo una participación coral en la victoria- se unió el demérito protagonizado por la estrella de los Lakers, Kobe Bryant, que tiró por la borda su buena actuación con unos minutos finales para olvidar, unos minutos en los que tomó un buen número de decisiones erróneas que arrastraron a su equipo a la derrota.
Orlando se coloca 2-1 abajo. Pero sigue teniendo un futuro incierto. El formato de la final establece que tras los 2 primeros encuentros en Los Ángeles, se juegan 3 en Orlando. Y los Lakers no han perdido 3 encuentros seguidos en toda la temporada, una temporada en la que ya llevan disputados 103 partidos.
Orlando 108 L.A. Lakers 104 (1-2)
Los Magic se impusieron a los Lakers en un partido que nada tuvo que ver con los 2 anteriores, al menos en tensión defensiva y agresividad en la cancha.
Ese marco diferente se apreció sobre todo en los dos primeros cuartos, 24 minutos en los que la defensa de los angelinos fue una sombra de la defensa que habían ejecutado hasta ahora en esta final, lo que aprovechó Orlando para firmar su mejor partido en ataque amparándose en unos porcentajes de tiro estratosféricos.
Tan estratosféricos fueron, que la primera mitad ya es historia viva de la NBA. En los 2 primeros cuartos, los locales anotaron 24 de sus 32 tiros de campo (un 75%). Nunca antes se había registrado tal acierto anotador en todas las finales disputadas en la historia de la NBA.
El inusual y llamativo acierto de los Magic demuestra que por fin el equipo de Van Gundy supo jugar con criterio ante la defensa rival, pero también atestigua que los Lakers no imprimieron a su retaguardia la precisión e intensidad de los 2 primeros encuentros. Y a pesar de sus severos desajustes defensivos, en esos primeros 24 minutos, habiendo recibido 3 de cada 4 tiros, los Lakers se fueron a los vestuarios perdiendo tan solo por 5 (59-54).
Los Magic llegaron al descanso demostrando ya que en esta ocasión la cuestión iba a ser cosa de mucho más que su trío estelar. Porque a Howard, Lewis y Turkoglu se les unieron a la fiesta un recuperado Rafer Alston y un nuevamente consistente Mickael Pietrus.
Mientras, en los Lakers, alcanzado el ecuador, sólo había dos hombres en ataque: Kobe Bryant, que ya había firmado 17 puntos en el primer cuarto, y Pau Gasol.
Hasta ese momento, el juego había sido mucho más fluido y mucho menos físico que en los dos anteriores choques, aunque no por ello resultó ni más estético ni más entretenido. Ni mucho menos.
Kobe Bryant y Rafer Alston protagonizaron el primer cuarto (27-31), que ya había acabado con porcentajes más propios de una exhibición de All-Star (69% por 58%), un cuarto en el que Bynum salió por fin enchufado al encuentro, dominando a Howard en los primeros minutos y sin cometer personales, aunque luego fuera un espejismo y Jackson apenas lo utilizara en la segunda parte.
Orlando se parapetó en la calidad ofensiva para intentar meterse en la serie final, pues una derrota era prácticamente su fin. Lo hizo no sin sufrimiento, ya que a pesar de dominar el marcador durante toda la tarde-noche de Florida, no supo rematar a los Lakers en esos momentos puntuales en los que llegó a tener 8 puntos de ventaja, pues jamás logró alcanzar o superar esos 10 puntos de diferencia que hubieran ejercido de barrera psicológica en la parte final del choque.
Y es que, a pesar de ir perdiendo, parecía que los visitantes tenían el partido bajo control y así hubiera sido si Kobe Bryant no se hubiera descontrolado en los minutos finales.
Fueron minutos en los que la estrella de los Lakers perdió el norte. Los motivos: un excesivo ímpetu por decidir solo, producto de una autoexigencia máxima y originado, tal vez, en sus errores en el tiro libre, unos fallos que en un partido tan apretado dejaron en Kobe un poso amargo que precisaba una redención inmediata. Y en sus propias urgencias, creadas como un fantasma por él mismo, la estrella angelina arrastró su barco hasta el fondo del mar.
Porque el final del partido daba, como hizo Orlando, tiempo y espacio para todos, y en los Lakers había un jugador que había hecho méritos para tener más balones a su cargo. Ese hombre fue Gasol, que anotó 23 puntos lanzando sólo 11 tiros a canasta (Bryant hizo 31 puntos tras tirar 25 veces).
Pau hizo otro gran partido en el que sólo tuvo el pero de los rebotes, pero matizado. En el mejor momento de su vida en el aspecto reboteador, Gasol sólo capturó anoche 3 rebotes, pero hay que matizar que jugó bastantes minutos defendiendo en el perímetro a Lewis y que hubo muy pocos rechaces en el aro de los Lakers, dada la tremenda efectividad local en el tiro. De hecho, en todo el partido sólo hubo 56 rebotes (29 para Orlando y 27 para Lakers). Una cifra ridícula.
El mejor ejemplo es que Odom, que hizo un partido discreto hasta que se destapó de forma mayúscula en el cuarto período, sólo logró 2 rebotes y que el mejor reboteador con diferencia de los Lakers fue Ariza, que acabó con 7 en un gran partido en el que anotó 13 puntos y fue el jugador angelino que más minutos estuvo en cancha (42), más que Kobe y Pau.
Ariza vivió una noche de emociones a flor de piel. No en vano volvía a una cancha bien conocida, el Amway Arena donde jugó antes de fichar la temporada pasada por los Lakers. Y el jugador de origen dominicano bien demostró a los Magic la equivocación que cometieron el año pasado al desprenderse de él.
Pero centrémonos en ese final en el que Kobe Bryant se suicidió y dejó a todos sus hombres en la estacada.
Pau Gasol empató el partido a 99 a 2:41 del final con 2 tiros libres y tras anotar Orlando de forma claramente ilegal -hubo otro 'goaltending' de libro que los árbitros no vieron-, el español hizo una tremenda jugada en penetración para colocar el 102-101 a favor de Orlando a menos de 2 minutos del final. Estaba claro que Gasol era el hombre, junto a Kobe Bryant, claro.
Kobe, que terminó con 31 puntos y 8 asistencias, empezó a desesperarse cuando erró 1 tiro libre a 59 segundos del final, certificando una mala noche desde la línea (5 de 10). Ahí su rostro se desencajó y, como si hubiera penetrado en él algún espíritu en posesión demoniaca, empezó a descomponerse su juego de forma clara.
Con 104-102, tras anotar Lewis una de 2 pisando el triple y Bryant 1 de sus 2 tiros libres, Gasol y Odom cerraron estupendamente una penetración de Lewis y los Lakers recuperaron el balón dispuestos a empatar o ponerse por delante. Entonces, Bryant intentó aprovechar un bloqueo de Gasol, pero perdió el balón, el español lo recuperó en el suelo pero volvió a perderlo, Pietrus salió triunfante en defensa y terminó en la línea de personales ajusticiando a los Lakers (106-102 a 28 segundos del final).
Todavía había tiempo. Pero todo lo que sucedió a partir de ahí fue un desbarajuste. Kobe volvió a erigirse en justiciero solitario y falló un triple a 16 segundos del final, pero entre Odom y Ariza recuperaron la bola. Tiempo muerto. Y en la siguiente jugada, los angelinos llegaron a errar 3 triples en apenas 15 segundos tras capturar otros tantos rebotes ofensivos. En el cuarto, Bryant anotó una canasta cercana al aro, el 106-104. Quedaban 2 décimas de segundo. Era demasiado tarde. Ya había arruinado a los suyos.
En Orlando, lo celebraban. No era para menos. Su juego coral había triunfado. Hasta 5 jugadores anotaron 18 o más puntos: Howard, que dominó el rebote a su antojo, Lewis, Alston, Turkoglu y el decisivo Pietrus.
Orlando 108 L.A. Lakers 104 (1-2) ORLANDO: Alston (20), Lee (4), Turkoglu (18), Lewis (21), Howard (21) -cinco inicial-, Pietrus (18), Battie (4), Nelson (2) y Gortat. |
L.A. LAKERS: Fisher (9), Bryant (31), Ariza (13), Gasol (23), Bynum (4) -cinco inicial-, Odom (11), Farmar (11), Walton (2), Vujacic y Mbenga. |
Parciales: 27-31, 32-23, 22-21 y 27-29. |
Otros datos:
- Orlando: Howard 14 reb; Turkoglu 6 reb y 7 as.
- L.A. Lakers: Bryant 8 as y 4 tr; Gasol 9 de 11 tc; Farmar 11 pt en 16 min.
- Los locales anotaron un 62,5% de sus tiros y en el descanso batieron el récord en una final de la NBA con el 75% de acierto.
- Howard atrapó 14 rebotes mientras que Gasol, Odom y Bynum sólo sumaron entre los tres 9.
- Los Lakers erraron 10 de sus 26 tiros libres (61,5% de acierto), anotando Bryant 5 de 10.