Cleveland, el equipo favorito en muchas apuestas para llevarse al anillo, está al borde de la eliminación. Orlando le derrotó anoche en la prórroga y se coloca 3-1 en la serie, a 1 victoria de la clasificación. Howard y Lewis fueron sus jugadores decisivos, mientras que James dio 44 puntos a los Cavs.
LeBron volvió a ejercer de hombre milagro. 2 tiros libres suyos llevaron el partido a la prórroga cuando restaban 5 décimas de segundo para acabar el tiempo reglamentario, 1 tiple suyo de factura impresionante volvió a meter a los Cavs en el partido en el tiempo extra, cuando quedaban 4 segundos, y aún tuvo tiempo de lanzar sobre la bocina de la prórroga 1 triple imposible que hubiera dado la victoria a Cleveland. Pero de tanto ir el cántaro a la fuente se rompió.
Orlando 116 Cleveland 114 (tras prórroga) (3-1)
Los Cavaliers están ahora mismo contra las cuerdas. Pierden 3-1 y, a fuerza de hacer baloncesto ficción, hay que recordar que sin aquel triple inverosímil de James sobre la bocina en el segundo partido de la serie, ahora Orlando estaría en la final de la NBA habiendo endosado un rosco a Cleveland, un humillante 4-0.
Pero mientras hay vida, hay esperanza. Al menos, eso debe seguir pensando el bueno de Maurice Williams, que se mostró muy optimista antes de empezar este cuarto partido y que no sabemos muy bien en qué estado de moral se encontrará ahora tras la derrota.
Lo cierto es que nuevamente el espíritu colectivo se impuso al espíritu individual y Van Gundy se impuso a Mike Brown en el banquillo. Los Magic han llevado la eliminatoria a su terreno. Los partidos son más ofensivos que defensivos y ahí Cleveland pierde una de las grandes bazas que le ha hecho fuerte esta temporada: su maravillosa defensa.
Sin poder ganar los partidos desde la defensa, el equipo se está confiando en demasía a su dios particular, LeBron James. Y éste está respondiendo al 100%. Pero un jugador solo no gana títulos.
Anoche, más de lo mismo. James hizo un partidazo: 44 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias. Absorbió tanto juego que perdió 8 balones. Tiró 29 tiros de campo y 18 tiros libres. Anotó 10 puntos en la prórroga y se jugó todos los tiros decisivos del encuentro. Y su equipo perdió.
Los Cavs sólo dominaron el partido cuando LeBron fue una pieza más del equipo, la más importante eso sí, pero simplemente el elemento que guiaba al resto. Eso sucedió en la primera parte, que acabó 50-58 para el equipo visitante. Para entonces, James llevaba 17 puntos y sus compañeros sumaban los 41 restantes. Una proporción perfecta para ganar.
Luego ocurrió que delante de los Cavaliers hay un señor equipo. Orlando apretó las clavijas defensivas en la segunda parte de forma notable (los Cavs pasaron de anotar 58 puntos a lograr sólo 42). Había sobrevivido Orlando a la primera mitad a pesar de que Howard sólo hizo 2 puntos en el segundo cuarto tras anotar 11 en el primero y pese a que Rashard Lewis, que al final fue hombre clave en la victoria, anotó sus primeros puntos del partido, y en forma de tiros libres, al filo del descanso, transcurridos ya 23 minutos de juego.
El juego local mejoró notablemente en el tercer cuarto y el alma de esa reacción fue Rafer Alston. Porque el tercer acto fue el momento Alston. El base de los Magic anotó 15 tantos en dicho cuarto -acabó el partido con 26- y dejó a los suyos al inicio del cuarto periodo sólo 1 punto abajo ante unos Cavaliers en los que Williams y West eran los únicos que ayudaban a James en la ofensiva, dado el nuevo fiasco de las suplencia de los de Ohio.
El último cuarto, como el resto del encuentro, no varió un ápice por lo que respecta al terreno emotivo -ningún equipo en los 53 minutos de juego acumuló ni siquiera 10 puntos de ventaja-. Y se llegó al final. Allí donde los hombres son hombres y los niños, niños son.
Hasta ese final llegó con opciones Orlando gracias a endosar 10 triples en la segunda parte a su rival, buena parte de ellos de la mano de Rafer Alston -que anotó 6 en el partido- y un gran Mickael Pietrus -que hizo 5-. Brutal lo del francés, nada que ver con aquel jugador que en Europa lanzaba castañas pilongas a partir de un tiro escasamente calibrado.
Se llegó a ese final apretado y aparecieron los grandes momentos encarnados en los grandes jugadores.
La primera jugada en la que detenerse fue el triple logrado por Lewis a 4 segundos del final del cuarto período (100-98). Turkoglu sacó de banda, el corpachón de Howard le dio -por superficie y músculo que no quede- para bloquear a Varejao y acto seguido bloquear al defensor de Lewis, y éste, liberado de la presión defensiva, anotó un fantástico triple desde la esquina. Pero la segunda en la que fijarse no se hizo esperar. James se hace con el balón de saque, sale a la carrera y le hacen falta. Restan 5 décimas de segundo, su equipo pierde de 2 y 'goza' de 2 tiros libres. Supera la presión y anota los 2 para firmar un resultado redondo (100-100).
Sin embargo, el partido no había acabado. En esas 5 décimas que quedaron coleando hubo polémica. Sacó de la banda Turkoglu en busca del alley-oop con Howard y el jugador de Orlando y su defensor, Varejao, acabaron rodando por el suelo ante las protestas de los jugadores, la grada y un Van Gundy que saltó como un resorte pidiendo falta sobre Howard. Nada se pitó. Y ese marcador redondo de 100-100 dio paso a la prórroga.
El tiempo extra fue un duelo al sol entre Dwight Howard (que terminó con 27 puntos y 14 rebotes y volvió a acertar en los tiros libres) y LeBron James, los dos capos de la serie. Howard anotó 10 de los 16 puntos que hizo Orlando en la prolongación y James hizo 10 de los 14 puntos que anotó Cleveland. Entre medias volvió a situarse un jugador, que fue finalmente el factor desequilibrante. Nuevamente Lewis.
El alero reconvertido a ala-pívot local anotó 2 tiros libres prácticamente definitivos a 6 segundos del final (115-111). Prácticamente definitivos porque en el otro bando estaba James dispuesto por enésima vez a obrar el milagro. Esa magia surgió en forma de triple de complicada factura a 4 segundos del final. Fue sacar de banda y LeBron acortar distancias (115-114).
Volvió de inmediato Lewis a la línea de tiros libres, anotando 1 de los 2 para dejar el luminoso en un 116-114 que todavía daba un resquicio de esperanza a los visitantes. El balón, nadie lo dudaba, acabó en manos de James que se fue a la carrera hacia la canasta rival botando, pero sólo le dio tiempo a llegar a unos 11 metros del aro y ejecutar 1 triple imposible. Y esta vez no hubo milagro. El cántaro que siempre había estado en un precario equilibrio se cayó al suelo y se rompió. Habrá que ver si Cleveland es capaz de recomponerlo.
Los números:
- Orlando: Howard 27 pt, 14 reb, 4 as y 3 tp (7 de 9 tl); Alston 26 pt (6 de 12 t3); Pietrus 17 pt (5 de 11 t3); Lewis 17 pt; Turkoglu 15 pt, 7 reb y 8 as.
- Cleveland: James 44 pt, 12 reb y 7 as (4 de 10 t3); Williams 18 pt (5 de 15 tc y 2 as en 47 min); West 17 pt, 5 reb y 7 as; Ilgauskas 12 pt y 9 reb.
- Cada vez que LeBron James ha anotado 40 o más puntos en postemporada su equipo ha perdido.
- El suplente local Pietrus anotó 17 puntos, más que toda la suplencia visitante, que sumó 14.
- Los locales encestaron 17 triples de 38 intentos, destacando Alston y Pietrus, que acumularon 11 de 23.