LeBron James por sí solo es y será incapaz de ganar un título. Un título es el último peldaño de una escalera que hay que subir juntos. Por eso, Orlando se ha adelantado 2-1 a Cleveland en la serie final del Este. Porque los Magic están desarrollando un gran juego colectivo, pleno de generosidad.
Esta vez James se fue a los 41 puntos, pero no obró ningún milagro. Bastante hizo ya con anotar el impresionante triple con el que los Cavs empataron la serie a 1 en el segundo partido. Sin aquel milagro, ahora los Magic dominarían 3-0 y Cleveland sería prácticamente historia.
Orlando 99 Cleveland 89 (2-1)
Orlando demostró en el tercer enfrentamiento de la serie que es un equipo con mayúsculas. En el aspecto técnico, en el físico, en el táctico y también en el mental. La dolorosa derrota encajada de forma inesperada en el segundo partido no hizo mella en las cabezas de los jugadores de Van Gundy, que saltaron a la pista del Amway Arena convencidos de sus posibilidades.
Ese convencimiento no es baladí. Reposa en serios indicios que apuntan a que no tienen nada que envidiar a estos Cavaliers que han marcado el ritmo competitivo de la temporada. Si hay que defender, Orlando lo puede hacer tan bien como Cleveland y si hay que jugar físico no hay problemas, más cuando uno tiene de su lado a una bestia llamada Dwight Howard. Y es que el partido de anoche fue una batalla física de épicas dimensiones, a diferencia de la exquisitez del pasado viernes, un partido aquél digno de los mejores paladares.
Tan físico fue el encuentro que el trío arbitral tuvo que hacer horas extras, convirtiéndose el choque por momentos en un concierto de silbato. No en vano, los colegiados pitaron 58 faltas personales que se tradujeron en 86 tiros libres intentados, de modo que el partido, con tanto parón, careció de ritmo.
No resulta bello un partido cuando su definición se deja en exclusiva en manos de los tiros libres. Y eso sucedió anoche, y de forma extrema. Ahí fue donde los visitantes se llevaron un gran chasco. Llevaron muchas, pero que muchas veces, a la línea de tiros libres a Howard en el último cuarto, pero el pívot, poco diestro en estas lides, tuvo una actuación absolutamente increíble y ejecutó a su rival.
Hasta 8 tiros libres de 10 intentos anotó Howard en los últimos minutos, dentro de un cuarto período en el que los locales ¡sólo lograron 5 canastas en juego por 19 tiros libres!. Ese festival del tiro de 1 alcanzó sus más altas cotas cuando los locales sentenciaron el partido en los últimos 3 minutos al anotar sus últimos 10 puntos del partido desde la línea de castigo para culminar un cuarto final en el que su serie de tiros libres fue ¡19 de 23!.
Que el partido se decidió desde esa posición estática y plena de presión, lo atestigua que sólo LeBron James falló más tiros libres en el último cuarto que todos los Magic. Y eso que LeBron anduvo bien desde la distancia (18 de 24, pero 5 de esos 6 fallos los tuvo en el último período).
De lo físico del partido también tuvo pruebas fidedignas el base visitante Mo Williams, que tuvo que recibir 4 puntos de sutura junto al ojo izquierdo tras un golpe de Anthony Johnson. Y de lo que se repartió en la zona también hay pruebas serias: Howard, Ilgauskas y Varejao, eliminados al cometer 6 faltas personales. El brasileño en apenas 20 minutos de juego. Mientras, Howard quedó eliminado en loor de multitudes, ya que para cuando se fue de la cancha su equipo dominaba 94-86 y faltaban sólo 36 segundos para el final.
Pero tanto poderío, tanto músculo, tanta testosterona, no quita para que haya que felicitarse nuevamente por el juego de los de Stan Van Gundy, una muestra de disciplina colectiva donde el egoísmo no tiene cabida, una exhibición coral de baloncesto tanto en ataque como en defensa.
Hasta 5 jugadores superaron cómodamente la decena de puntos anotados. Howard lideró la ofensiva con 24 puntos y 9 rebotes y dos secundarios de lujo se situaron tras él: Rafer Alston (18 tantos) y un gran Mickael Pietrus (16 puntos y 6 rebotes desde el banco). Ni siquiera precisó Orlando la mejor tarde de Lewis -que hizo 15 puntos tirando poco y bien- y Turkoglu -que rozó el triple-doble pero anduvo lamentable en el tiro con una serie de 1 de 11-.
Y en defensa Orlando estuvo sobresaliente. Supo sobrevivir el equipo a una nueva exhibición de James, porque a los Magic no les importa tanto que LeBron les haga 40 puntos como que el resto de sus compañeros no puedan secundar el juego de su líder. Y eso lo consiguieron al 100%.
James se marcó otro partidazo (41 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes), pero para ello hubo de lanzar 28 veces a canasta en dinámico y 24 en estático. Una auténtica barbaridad, porque tal absorción de juego estuvo acompañada de la desaparición del resto de sus compañeros.
Sólo Maurice Williams -15 puntos- y Delonte West -12- superaron la decena, y el primero con malos porcentajes. Ilgauskas se quedó cerca del doble-doble (9 puntos y 9 rebotes), lo que no es demasiado para él, y el resto directamente no existió.
Especialmente preocupante para Cleveland es el horrible rendimiento de su segunda unidad. Esta vez sus suplentes sumaron 8 puntos en todo el partido. Un grave inconveniente para un equipo que quiere ser campeón. Y es que se critica mucho que los suplentes de los Lakers no terminan de dar la talla, pero es que los suplentes de los Lakers son bastante más productivos que estos improductivos suplentes de los Cavaliers.
Al final, Orlando se llevó la victoria dejando a su rival en un 37,2% en el tiro de campo y yendo 51 veces a la línea de personal porque su rival hizo 34 faltas. Y sobre todo porque se dio lo inesperado. ¿Quién iba a creer que Dwight Howard estuviera en los minutos finales más acertado desde la línea de tiros libres que LeBron James?. Ese espíritu sorprendente, ese carácter inesperado, es lo que da al baloncesto su razón de ser.
Los números:
- Orlando: Howard 24 pt y 9 reb (14 de 19 tl); Alston 18 pt y 3 rob; Pietrus 16 pt y 6 reb (7 de 7 tl); Lewis 15 pt; Turkoglu 13 pt, 10 reb y 7 as (1 de 11 tc y 11 de 12 tl).
- Cleveland: James 41 pt, 9 as y 7 reb (11 de 28 tc y 18 de 24 tl); Williams 15 pt y 7 reb; Ilgauskas 9 pt y 9 reb.
- Los árbitros pitaron 58 personales (24-34) que se tradujeron en 86 tiros libres intentados (51 y 35).
- Los locales lanzaron 23 tiros libres en el último cuarto.
- LeBron James anotó casi la mitad de los puntos de su equipo (41 de 89).
- El suplente local Pietrus sumó el doble de puntos (16) que todos los suplentes visitantes (8).
- El golfista Tiger Woods asistió al partido.