El alero de los Houston Rockets Ron Artest podrá jugar el domingo el cuarto partido de la serie ante los Lakers después de que la NBA haya decidido no sancionarle por la falta flagrante que cometió sobre Pau Gasol en los instantes finales del tercer partido.
Era la segunda expulsión de Artest en la serie, después de que, en el segundo encuentro, los árbitros le expulsaran por doble técnica tras encararse con Bryant al que acusaba de haberle lanzado un codazo que los árbitros no señalizaron. El codazo existió, como se pudo comprobar en las repeticiones de la jugada, pero ni la acción de Bryant ni la de Artest fueron finalmente merecedoras de sanción.
En esta ocasión, Artest también se ha librado y eso que la falta que le señalaron los árbitros, flagrante de tipo 2, es de las que habitualmente implican de forma automática 1 partido de suspensión. Pero la autoridad disciplinaria de la NBA ha decidido que el empujón de Artest a Gasol cuando este se disponía a machacar no merecía tan severo castigo y ha rebajado la falta a tipo 1.
Una alegría para Houston que podrá así alinear al alero en el cuarto partido que se disputa mañana en el Toyota Center. Su ausencia se habría unido a la incógnita sobre el estado físico de Yao Ming, que parece que podrá jugar aunque no que pueda hacerlo a l00%.
Perkins también se libra del castigo
Otro que se ha librado de una posible sanción es el pívot de los Celtics Kendrick Perkins. El jugador céltico propinó un codazo en la garganta al francés Mickael Pietrus y la NBA ha decidido mantener la señalización de los árbitros, flagrante de tipo 1, con lo que podrá jugar el cuarto encuentro de la serie Boston-Orlando.
Las reglas de la NBA dicen que golpear con el codo a un rival por encima del hombro implica una sanción de 1 partido, pero, una de dos, o Stu Jackson, responsable disciplinario de la liga, considera que el cuello de Pietrus no está por encima de su hombro o el nombre de los Celtics sigue pesando más que otros en los despachos de la NBA.
Jackson ha justificado la falta de castigo a Perkins aludiendo a la supuesta ausencia de intencionalidad del jugador, pero sus decisiones en las últimas semanas, a juicio de muchos, han carecido de un criterio coherente y en particular en lo referente a las acciones de los jugadores de Boston (la 'bofetada' de Rajon Rondo a Brad Miller aun resuena en los oídos de algunos).