El alero de los Pacers Mike Dunleavy no volverá a jugar un partido NBA hasta el próximo enero en el mejor de los casos. Así lo ha asegurado su entrenador, Jim O’Brien, mentalizado ya de que ha de preparar la próxima temporada sin contar con él.
A pesar del largo tiempo que le espera de recuperación, la buena noticia es que Dunleavy pueda regresar, ya que el propio jugador ha reconocido que no las tenía todas consigo cuando pasó por el quirófano a principio de marzo.
El propio jugador ha afirmado en unas declaraciones que, antes de la operación, las posibilidades de que su carrera como jugador de baloncesto terminase en la mesa de operaciones eran del 50%, pero tras el éxito de la intervención se muestra confiado en poder regresar “probablemente mejor de lo que estaba”.
Los médicos optaron por la cirugía como única opción para tratar de evitar que el espolón óseo que presentaba en la rodilla derecha dañara su tendón rotuliano de forma irrecuperable. El problema es que al eliminar la protuberancia del hueso existía el riesgo de agravar las lesiones existentes en el tendón, una posibilidad que le hubiera obligado a retirarse.
Afortunadamente, la operación fue un éxito y ahora, aunque a Dunleavy le queda un largo periodo de rehabilitación por delante, se le abre la esperanza de, a sus 28 años, poder seguir jugando al baloncesto durante unos cuantos años más.