El pívot español ha sido el más contundente en sus declaraciones a la hora de admitir públicamente algo que se hace evidente para cualquiera que vea jugar a los Grizzlies: el pobre juego de conjunto. Jóvenes y veteranos reconocen que falta química a la hora de jugar juntos y eso se traduce en malos resultados.
El diario Memphis Commercial Appeal se hace eco hoy de las declaraciones de diversos miembros de los Grizzlies acerca de la situación de un conjunto que ocupa la última plaza de la liga en cuanto a asistencias por partido, una demostración del excesivo peso que las acciones individuales tienen en el equipo.
Falta de identidad
El pívot español es el que más contundente se muestra en sus declaraciones. “No tenemos una identidad”, dice Gasol, “Corremos como pollos sin cabeza. La juventud puede ser buena, pero la estamos utilizando como excusa”.
Y es que ésa ha sido una de las justificaciones más repetidas por los miembros del propio equipo y la prensa para tratar de explicar el mal juego del equipo y los pobres resultados. Los Grizzlies acumulan una marca de 3 victorias y 17 derrotas frente a equipos con récord ganador y han perdido 13 de sus últimos 15 partidos.
“Nos escudamos en los árbitros y en nuestros compañeros. Ponemos excusas en los entrenamientos. Esto es todo lo que algunos quieren hacer, justificarse”, dice el pívot catalán sin querer personalizar en nadie sus palabras. Y concluye: “Así no vamos a ningún lado”.
Como señala el diario de Tennessee, la falta de confianza, un ataque errático, ante la incapacidad de Lowry y Conley de poner orden como directores de juego, y una defensa falta de intensidad han sido las características del equipo en las últimas semanas.
Coincidencia con los veteranos
No es Gasol el único que lo ve así. Darius Miles, a pesar de llevar poco tiempo en Memphis, lo tiene muy claro. “No tenemos química. Ésa es la razón de que seamos los últimos de la liga en asistencias y probablemente el peor equipo en defensa”, dice.
Los Grizzlies, que empezaron la temporada con un énfasis defensivo que hizo ilusionarse a más de un aficionado, lo han perdido totalmente a medida que ha ido avanzando la temporada y ahora mismo son el equipo de la liga que permite anotar al rival con más facilidad. Sus contrarios promedian un 48% de efectividad.
Otro veterano, Marko Jaric, cree que el equipo sólo defiende a ratos, cuando debería hacerlo todo el tiempo aunque eso supusiera gastar hasta el último gramo de sus fuerzas. “Somos jóvenes y podemos hacerlo. No tenemos nada que perder. No es como si fuéramos a jugar los playoffs este año. No tenemos que guardarnos nada”, afirma el serbio.
También el novato O.J. Mayo reconoce que “todos tenemos que ser más profesionales” y que la plantilla al completo tiene que encontrar la forma de jugar con más intensidad y superar el mal momento actual.
Todos miran a Iavaroni
Rudy Gay, probablemente el hombre que a los ojos de muchos aficionados representa el mayor exponente del juego individualista y sin cabeza dentro del equipo, reconoce el fracaso del equipo a la hora de mejorar: “Sé que las cosas en las que estamos trabajando no están funcionando”.
Al oír esas palabras es cuando irremediablemente todos las miradas se vuelven hacia el técnico del equipo, Marc Iavaroni. El entrenador de los Grizzlies no parece encontrar la forma de que el equipo funcione ni de reconducir la actitud alocada y falta de criterio de muchos de sus jugadores. En su segunda temporada al frente del banquillo, el equipo sigue mostrando los mismos problemas que tenía el año pasado.
A estas alturas son muchos los que se preguntan si es Iavaroni el hombre indicado para poner orden y disciplina en este equipo o si los Grizzlies deberían empezar a buscar a quien pueda hacerlo.
Entre tanto, el equipo sigue decepcionando a sus aficionados y a sus propios componentes. “Todo el mundo está frustrado”, resume Gasol, “Si alguien no está frustrado, entonces tiene un problema. Todos deberíamos estar frustrados”.