Expectación máxima el Día de Navidad. Lakers y Celtics se enfrentaban por primera vez desde la final de la pasada temporada. Y los angelinos dieron muestras de que algo está cambiando. En un partido defensivo vencieron los locales 92-83 con un estelar Pau Gasol.
Kobe Bryant fue la figura señera de los californianos durante todo el partido, pero en los últimos 3 minutos emergió una figura imparable, la del español Pau Gasol, que con 7 puntos y 1 tapón decidió el partido en los últimos 3 minutos.
El partido había llegado al último cuarto con una igualdad tremenda, cuyo mejor reflejo no es otro que el hecho de que a 6:07 del final el resultado era empate a 77 con Kobe Bryant y Tony Allen teniendo que disputar una lucha. Ese salto entre 2 ejemplificaba como nada la naturaleza del partido, un encuentro que fue el mejor escenario para que los de Phil Jackson lanzaran un mensaje: pueden ganar a Boston en el cuerpo a cuerpo, en la brega extrema, en un encuentro físico y defensivo, dejando en 16 puntos a los Celtics en el último cuarto. Es decir, el mensaje contrario al que lanzaron en las pasadas finales.
Himno nacional de corte navideño
Era el Día de Navidad. El himno estadounidense se interpretó en clave de villancico navideño, el ambiente era especial. Y al final, el gran regalo se lo llevó el bueno de Phil Jackson, que con la victoria ante el máximo rival alcanza los 1.000 triunfos en su carrera en la NBA. Un número redondo que logra con mayor rapidez que ningún otro entrenador y como sólo a él le podía ocurrir: el Día de Navidad y ante Boston Celtics.
Ese guión perfecto para la historia de Navidad de Jackson no habría sido posible sin dos hombres: Kobe Bryant y Pau Gasol.
Bryant hizo un fantástico partido y al final del mismo supo delegar en Pau Gasol, al que buscó con inteligencia cuando la rocosa defensa bostoniana se cerró sobre la ofensiva del escolta de Filadelfia.
Suyas fueron las conexiones decisivas, pero había que meterlas. Y Gasol estuvo increíble, se portó como un gigante para acallar más de una voz que ponía en tela de juicio su liderazgo y su capacidad de decidir partidos.
Kobe y Pau deciden
Con 81-81 en el marcador, el internacional español anotó 7 puntos decisivos para llevar el luminoso a un esperanzador 88-83 a 1:28 del final. Primero encestó una suspensión de más de 4 metros tras pase de Bryant, después resolvió con técnica depurada un medio gancho por encima de su defensor, también asistido por Bryant, y finalmente otro pase de Kobe acabó en sus manos para que el catalán fabricara una jugada prodigiosa para un jugador de 2,13: entrada a canasta con amago, dribbling y bandeja con la izquierda para hacer cesta y ganar una personal cuyo tiro adicional fue dentro. 3 canastas decisivas de Gasol, 3 asistencias de Bryant. El dúo perfecto.
Pero por si fuera poco, la jugada defensiva del partido también fue del ala-pívot de los Lakers. Con 88-83 Ray Allen buscó el triple para poner en aprietos a los locales y Gasol taponó el tiro, el balón terminó llegando al otro hispano del equipo, Trevor Ariza, y el 3 de los Lakers corrió el contraataque en solitario para rubricarlo con un fantástico mate que mató el partido (90-83).
No tuvo Ariza su mejor partido ofensivo, pero protagonizó, eso sí, la jugada más eléctrica del partido cuando tras una carrera inmensa dio una asistencia desde la línea de fondo a Vujacic, que logró un 2+1. Además, fue el que apagó la oposición céltica con esa volcada que ponía fin a una fantástica labor colectiva de los Lakers que endosaron un parcial de 11-2 a Boston en los últimos 180 segundos de juego.
Bryant terminó el partido con 27 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias. Tuvo que jugar 43 minutos, prueba de que éste no era un encuentro más de temporada regular. Gasol concluyó con 20 puntos (14 en la segunda parte) y aunque no anduvo activo en el rebote (sólo 3), sí lo anduvo en la intimidación (3 tapones) y en la distribución del juego (5 asistencias).
Fueron, de largo, los mejores de su equipo, si bien hay que alabar también en ataque la determinación de Lamar Odom (10 puntos, 7 rebotes), Sasha Vujacic (otros 10 puntos) y Luke Walton, que firmó algunas de las más bellas asistencias, así como la capacidad de sacrificio colectiva en defensa.
Una espina clavada
Tenían los Lakers una espina clavada tras su dolorosísima derrota por 131 a 92 en el sexto y último partido de la pasada Final de la NBA.
Tal vez por ello, Phil Jackson no estaba para bromas, utilizó más de lo habitual a su quinteto inicial y la rotación no se extendió tanto como otras veces, si bien es verdad que la baja de Jordan Farmar limita un poco los movimientos y obliga a que Fisher esté en pista más de lo aconsejable dada su edad.
En el bando céltico, el mejor fue Kevin Garnett, que estuvo colosal todo el partido pero que al final se fue con la espina de que fuera Gasol y no él quien decidiera el choque. El ala-pívot de los Celtics acabó con 22 puntos, dominó la zona durante todo el partido y estuvo casi infalible (11 de 14 en el tiro de campo), siendo el patrón perfecto de un equipo que durante todo el encuentro no abandonó su impronta de equipo campeón, de máquina perfecta.
Le acompañó en el ataque y en los tableros Paul Pierce (20 puntos y 10 rebotes), que firmó 3 grandes cuartos pero se apagó en la recta decisiva del encuentro. Mientras, el tercer miembro del Big Three, Ray Allen, empezó muy bien pero no tuvo su día. Acabó con 14 puntos, pero con malos porcentajes.
Fuera del trío estelar, cabe destacar el espectacular partido, de más a menos eso sí, de Rajon Rondo, que ofreció momentos vibrantes y 12 asistencias.
Los números:
- Lakers: Bryant 27 pt, 9 reb y 5 as; Gasol 20 pt, 5 as y 3 tp.
- Boston: Garnett 22 pt y 9 reb (11 de 14 en tiro de campo); Pierce 20 pt y 10 reb.
- Phil Jackson logró su victoria número 1.000 en la NBA.
- Los Celtics vieron truncada una racha de 19 victorias consecutivas.
- El visitante Glen Davis volvió a jugar tras el accidente de tráfico que sufrió el pasado domingo.
- Boston lanzó sus primeros tiros libres cuando restaban 13 segundos para llegar al descanso.